El debate por la Reforma Constitucional se posterga hasta el año próximo

La iniciativa lleva tres meses paralizada en la Legislatura. En el Gobierno dicen que se tratará pero que ahora hay otras prioridades.

Para el ministro Víctor Ibáñez, autor del proyecto, reformar la Constitución de Mendoza “requiere sus tiempos” / Mariana Villa
Para el ministro Víctor Ibáñez, autor del proyecto, reformar la Constitución de Mendoza “requiere sus tiempos” / Mariana Villa

Una de las promesas de campaña de Rodolfo Suárez se cristalizó en los papeles en agosto de este año. Pero tres meses después de haber mandado el proyecto de Reforma de la Constitución y con nulo movimiento legislativo, es un hecho que el debate se posterga para el año que viene.

En el Gobierno entienden que las prioridades hoy son otras, como el Presupuesto 2021. Pero igual sostienen que la “reforma institucional” es necesaria y que sigue en pie. “Está claro que hay otros temas que, a fin de año, ocupan la agenda, pero no deja de ser la reforma unos de los aspectos centrales del gobierno”, reconoció el ministro de Gobierno, Víctor Ibáñez. “Tenemos voluntad de seguir adelante porque estamos convencidos de que es una propuesta de reforma institucional que Mendoza necesita”, ratificó.

Sin embargo, Ibáñez evitó poner una fecha al tratamiento legislativo, aduciendo que un debate como éste “requiere sus tiempos”. E insistió: “Pensar que un tema como éste pueda demorarse un poco más no significa que no vaya a tener tratamiento”.

Está claro que el cronograma electoral jugará un papel fundamental en la estrategia que encare el Ejecutivo para avanzar con esta promesa de la campaña de 2019: si Suárez decide acoplarse al calendario nacional, estará obligado a apurar el tratamiento legislativo de la reforma en el primer semestre, para poder incluir el referéndum en la elección; pero si respeta la normativa provincial, podrá disponer de más tiempo ya que se votaría recién en febrero de 2022.

Tres meses

El 1 de mayo pasado el Gobernador, cumpliendo con lo que había dicho en su campaña, anunció en la Legislatura que iba a enviar el proyecto de reforma de la Constitución. Tres meses después, el 11 de agosto, el ministro Ibáñez ingresó en persona la iniciativa de su autoría a la Mesa de Entradas del Senado, en medio de flashes y cámaras.

Pero otros tres meses más tarde, las expectativas han ido bajando; la iniciativa quedó en la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales (LAC) del Senado sin haber experimentado ningún movimiento.

Los motivos por los que no empezó el debate son varios. Uno de ellos involucra al peronismo, principal partido de la oposición, que debe aportar votos para lograr los dos tercios, en ambas Cámaras, para aprobar la necesidad de reformar la antigua Constitución. Aduciendo que no fue consultado previamente, el PJ decidió enfriar el debate desde el principio. “Vamos a estudiar el tema y luego nos expresaremos”, repitieron sus voceros, algo que no sucedió.

En el terreno de las especulaciones, no son pocos los que intuyen que las elecciones en el Partido Justicialista, previstas para diciembre, serán de vital importancia en la negociación de los votos a la reforma, lo cual abona la teoría de la falta de apuro en el oficialismo.

La presentación de listas cierra mañana y, en la tan ansiada unidad peronista, debe pasar una posición común de sus legisladores hacia la reforma que propone Suárez. Sobrevuela en el partido un interés de incluir la reelección del primer mandatario, algo que expresamente el Gobierno sacó del proyecto para favorecer el debate.

El Vice enfría el debate

Mientras el PJ evita el tema, en medio de la pandemia empezaron a surgir otras prioridades en el oficialismo. Así fue como las leyes económicas de Suárez, como Mendoza Activa, el Banco de Vinos, incentivos al sector tecnológico y, recientemente, el hidrocarburífero, coparon la agenda legislativa. “No es el momento de cosas políticas. Es algo importante pero hay otras preocupaciones. Los movimientos más fuertes van a ser el año que viene”, se sinceró con Los Andes un legislador oficialista con línea directa con Casa de Gobierno.

La intención de no levantar el perfil a la discusión de la necesidad de reforma de la Constitución, es algo que se percibe en la Legislatura. “No hay apuro” es una frase que salió desde el oficialismo varias veces en el invierno y la primavera. Cerca del verano, sigue repitiéndose.

El vicegobernador Mario Abed, quien será clave en la negociación con la oposición, ratificó que los asuntos a atender hoy desplazan de las prioridades al proyecto. “Tenemos tiempo. El Gobernador me ha pedido que madure como corresponde una reforma constitucional”, sostuvo a Los Andes. “La coyuntura nos ha llevado a priorizar otras leyes económicas y esto es una reforma”, completó Abed, enumerando las “15 ó 16” leyes “productivas” que se han aprobado “para la gente, que es lo que se necesita en este momento”.

Referéndum

El calendario electoral marcará el ritmo

En el caso de obtener el aval legislativo, el referéndum por el Sí o el No debería hacerse en las próximas legislativas. Si la decisión de la Provincia es votar junto con la Nación, las PASO serán el 8 de agosto del año próximo, mientras que las generales se llevarán a cabo el 24 de octubre. Suárez tiene tiempo hasta 90 días antes, es decir el 8 de mayo, para decidir si se acopla a ese calendario o desdobla los comicios provinciales.

En ese caso, se mantendría la fecha estipulada en la ley 8.967, aprobada en 2017, que modificó la de las PASO (8.619) y la Ley Electoral de la Provincia (2.551). Así, las primarias provinciales serían el 6 de febrero de 2022, y las generales, el 10 de abril. Un calendario electoral postergado a 2022 daría más tiempo al Gobierno para abrochar la necesidad de la reforma e incluir el referéndum en esos comicios legislativos.

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