1 de agosto de 2025 - 16:05

Se hizo una cirugía reductora de mamas, no quedó satisfecha, demandó al médico y perdió

“Para quien no entiende, está desastroso… para quien entiende de esto, que soy yo, esto está perfecto”, dijo un especialista que analizó el caso, observando que había que corregir unas imperfecciones a las que llamó “orejas de perro”.

Una paciente que se realizó una intervención quirúrgica de reducción de mamas en el hospital Español demandó al médico por mala praxis al considerar que el resultado había sido totalmente “deficiente y antiestético”.

La justicia civil falló en contra de la mujer, teniendo en cuenta, diversas pruebas presentadas por el profesional de la salud y, sobre todo la opinión de un especialista que actuó a modo de perito, quien sostuvo que para un lego en la materia, el resultado podía considerarse desastroso y que solo había que corregir unas imperfecciones a las que llamó “orejas de perro”.

La paciente presentó una demanda civil en el Tribunal De Gestión Asociada Tercero por daños y perjuicios contra el médico José C. y el Hospital Español, reclamando el pago de $ 157.142 por mala praxis, en concepto de daño moral y material.

En el escrito explica que el día 7 de junio de 2012 el médico le practicó una cirugía reductora de mamas en el hospital Español, por cuestiones de salud ya que padecía gigantomastía bilateral (desarrollo excesivo de las mamas) y, por lo tanto, el fin de la cirugía era tener una mejor calidad de vida.

Según su opinión, el medico realizó incisiones totalmente desproporcionadas, asimétricas, de distinta longitud y con diferente trazado, a tal punto que los cortes inferiores, que normalmente se disimulan bajo el pliegue del seno, tienen una diferencia de longitud de varios centímetros entre sí.

Poder Judicial mendocino.
El fallo fue dictado por el Tribunal de Gestión asociada-Segundo. Archivo.

El fallo fue dictado por el Tribunal de Gestión asociada-Segundo. Archivo.

Y no solo eso, sino que en el seno derecho el corte se prolongó indebidamente varios centímetros en línea recta hacia la axila y hacia el esternón, es decir, que la cicatriz sobresale, fuera del pliegue del seno hacia ambos lados.

En tanto que en el seno izquierdo el corte llega casi hasta la espalda, formando un pliegue de piel muy visible en el costado del cuerpo.

“Esta torpeza médica dejó grandes cicatrices muy visibles con pliegues deformantes. Como consecuencia de ello los senos quedaron con proporciones totalmente diferentes, con distinta forma, ubicados asimétricamente respecto del eje central del cuerpo, con feas cicatrices, distinto volumen, etc”, sostiene la demanda que incluyó fotos en soporte digital.

La intervención fue totalmente deficiente, con resultado antiestético, diferente al deseado y prometido por el médico, si bien el volumen se redujo, ello fue logrado a costa de provocar una deformidad totalmente injustificada”, agregando que “el daño puede ser reparado mediante otra cirugía que no puede costear”.

La respuesta del médico

El médico, a través de su abogado, rechazó la demanda afirmando que le explicó a la mujer cómo era la operación que le dejarían cicatrices de gran tamaño y que la cicatrización dependía de su tipo de piel.

Así, lamentó que la paciente la paciente tuvo cicatrización queloide (crecimiento excesivo) y que su reclamo se debe a “secuelas estéticas típicas, indeseadas e imprevisibles de una mastoplastia reductora”.

También explicó que “algunas pequeñas diferencias de volumen es otra de las típicas situaciones no deseadas pero difíciles de controlar”, algo que fue explicado antes de la cirugía reductora que era necesaria por razones de salud.

“La paciente hoy se queja porque no le quedaron bien los senos, pero lo cierto es que la cirugía cumplió con la finalidad perseguida ya que se acabaron los dolores y molestias que le provocaban los senos. Algunas de las secuelas son mejorables, pero las cicatrices siempre serán queloides”, dice el profesional al responder la demanda.

Por otra parte aclara que la mujer “fue por los problemas que la gigantomastía bilateral, no por una cirugía estética” y que “lo estético muchas veces queda en segundo plano o para una segunda ocasión, aunque en el caso de la actora, la cicatrización será siempre con rasgos queloides”.

En tanto que desde el hospital señalaron que “el médico tratante si bien operó en el hospital, no es un prestador del nosocomio, sino contratado por el Hospital para la realización de ciertas prácticas, pero la mastoplastía reductiva no está incluida dentro de las mismas”, por lo que quedó afuera de la demanda.

El medido había diagnosticado “hipertrofia mamaria bilateral con cervicalgia y homalgia”, “recomendándole que para su reparación debía realizarse una mastroplastia reductiva bilateral”.

El fallo de juez

El juez, al rechazar la demanda de la paciente, sostiene que se trató de una cirugía plástica que comprende tanto la cirugía reparadora como la estética. La cirugía reparadora tiende a la corrección de defectos congénitos o adquiridos y tiene por lo común un fin terapéutico conectado con frecuencia a una preocupación estética, aunque ésta queda absorbida por aquel fin. En tanto que la cirugía estética posee por finalidad el embellecimiento del individuo, su perfeccionamiento físico.

En tanto que la jurisprudencia sostiene que, aún en las cirugías de puro embellecimiento es posible que no se logre el resultado esperado, no obstante que el médico haya empleado en la intervención la mayor de las diligencias.

Luego, para fundamentar el caso, tuvo en cuenta la opinión de un perito especialista en la materia, quien declaró que en estas cirugías reductoras siempre quedan cicatrices visibles y asimétricas; la simetría de volumen es excepcional. Además, la simetría se logra cuando la anatomía de paciente es simétrica.

Simetrías y “orejas de perro”

En una audiencia ante la jueza y las partes el medico dijo:

-“Son cirugías en las que el paciente a veces viene con dolor de cuello, hongos en el pliegue, etc., y generalmente queremos hacer una sola cirugía, en EEUU se hacen varias cirugías hasta que el paciente queda lo más simétricamente posible. Son procedimientos riesgosos, y del 0 al 10 mejora 7 puntos en una sola cirugía. Puede ser perfectible, pero pienso que el caso está bien”.

“A veces veo que las cosas están mal hechas que técnicamente pudieron hacerse mejor y que hay impericia y negligencia. Yo en este caso no veo que haya imprudencia. Considero que la simetría está dentro de un rango esperable. Hay estudios hechos, casi ningún paciente tiene los hombros ni las clavículas a la misma altura. Cuando el paciente tiene una cadera más alta que la otra, seguramente habrá asimetría·.

Para quien no entiende de esto, esto está desastroso… para quien entiende de esto, que soy yo, esto está perfecto. Mire (al abogado), la subjetividad la puede poner usted, la diferencia es mínima. Si usted observa, la mama está más alta porque el hombro está más alto. Si quiere usted ver una paciente que operé la semana pasada, está más asimétrica que ésta y está feliz”.

-“Lo único que hay que retocar acá, si usted ve mi foto bien, usted va a observar que fuera del contorno de la mama, aparece otra teta ahí, como si fuese un dedo pulgar, eso es porque el doctor no siguió cortando hacia atrás, a eso en medicina le llamamos oreja de perro, no lo va a encontrar escrito en un libro. Le quedaron orejas de perro, pero operamos al paciente acostado y cuando se para, eso aparece y luego se extirpa”.

- “La señora no es una maratonista, es una señora mayor y por ahí desde afuera, no vamos a obsesionar hasta el último detalle, el tiempo no da. El paciente no es millonario. Uno en una sola oportunidad quiere capitalizar el mayor rédito posible, Si esta paciente fuera mía, le ofrecería recortar esas orejitas ahí, pero eso es lo único que se puede hacer. El doctor no lo hizo porque correr riesgo de trombosis, etc”.

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