Pirotecnia: Hacia un cambio de mentalidad que evite el daño a los demás

Pirotecnia: Hacia un cambio de mentalidad que evite el daño a los demás
Pirotecnia: Hacia un cambio de mentalidad que evite el daño a los demás

Se acerca la época de fin de año y como sociedad seguimos utilizando tradiciones que deberían ser desterradas. En cada casa y evento público o privado mendocino se reitera el error de incurrir en costumbres que van en contra de los intereses ajenos.

La pirotecnia abarca todos aquellos procesos y recursos aplicados a la creación de fuegos artificiales, y existen infinidad de clases y con diversos efectos. Si bien a simple vista se trataría de un "espectáculo de ruido y color", los daños colaterales de su uso son extremadamente graves. Es por eso que desde la Comisión de Derecho Animal del Colegio de Abogados de la Primera Circunscripción, intentamos concientizar sobre estos daños, a fin de prevenir y evitar, en la mayor medida posible, la compra y utilización de pirotecnia en la Provincia de Mendoza.

Los animales son terriblemente afectados por el uso de pirotecnia. Ante las explosiones, comienzan a sufrir taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo, e incluso la muerte. En infinidad de casos las mascotas salen corriendo, se alejan de sus hogares y se pierden, o son atropelladas por algún vehículo. Otro tanto sucede con los animales callejeros, que muchas veces se encuentran, sin quererlo, muy cerca de donde se está usando pirotecnia. A veces los animales se acercan al artefacto por curiosidad y esto les ocasiona lesiones terribles, pierden parte de su rostro, la visión, la audición, y muchas veces mueren. En las aves, las taquicardias son tan fuertes que causan muerte en la mayoría de los casos.

Las personas que tienen TEA (Trastorno del Espectro Autista), cuentan entre sus síntomas la hipersensibilidad en sus sentidos, sobre todo el de la audición, por lo cual viven las explosiones como un estímulo externo que los afecta de manera directa, llegando en muchos casos a tener que ser internados para controlar los efectos sobre su cuerpo. Pueden llegar a autolesionarse, sufren crisis de miedo, llanto, gritos, su actitud se vuelve agresiva, se eleva su nivel de estrés y ansiedad, y se eleva su nivel de cortisol en sangre, lo que les produce tensión y conductas repetitivas.

Los veteranos de guerra también son afectados directos de la pirotecnia. Al haber sufrido el trauma de la guerra, los ruidos les generan una sensación de estar reviviendo aquellos momentos terribles, lo cual los lleva a padecer miedo y a tener recuerdos muy fuertes, generando así un estrés post traumático. A todos estos grupos de afectados debemos sumarle los bebés y niños pequeños, que sufren accidentes por el uso, las quemaduras de personas de todas las edades, muchas veces sumamente graves y peligrosas  o con riesgo de vida, y el daño a los adultos mayores.

Otro efecto extremadamente grave es la contaminación. Por un lado la contaminación sonora, y por otro la de todo el ecosistema. El medio ambiente se ve alterado, se modifican las conductas de los animales y se llenan de basura los espacios verdes y las calles, eso sin contar la emisión de humos y gases nocivos para todos nosotros, y el peligro de ocasionar incendios. Las guardias de los hospitales se llenan de víctimas de accidentes y en algunos de ellos las consecuencias son de por vida para la personas.

En Mendoza existen algunos departamentos que han prohibido el uso y venta de pirotecnia, entre ellos Tunuyán, Tupungato, Maipú, Godoy Cruz, Luján, Malargüe, Rivadavia y Capital; incluso actualmente el Código Contravencional de Mendoza en su artículo 55 inciso "g", penaliza a quienes perturben el descanso, la convivencia, la actividad laboral o la tranquilidad de las personas, con gritos o ruidos, y a quienes abusen de instrumentos sonoros, o ejerciten un oficio ruidoso en forma notoriamente abusiva, los cuales por su volumen, reiteración o persistencia, excedan la normal tolerancia. Si bien estas prohibiciones son un avance, la Comisión de Derecho Animal considera sumamente necesario el dictado de una ley específica, provincial, que prohíba el uso y comercialización de pirotecnia, dado que no hacen falta más pruebas para considerar que estamos ante una práctica nociva y que afecta, en mayor o menor medida, a todos los habitantes de la provincia.

Si bien existe una ley, la 8.632, la misma prohíbe algunos artefactos, y ni siquiera se cumple como debería. Asimismo, consideramos un avance la utilización de la llamada "pirotecnia fría", que es aquella que no genera ruidos, pero creemos que es necesario que su uso se reduzca a ciertos espectáculos públicos en los que sea extremadamente inevitable, y siempre pensando que todo se trata al fin y al cabo de una cuestión cultural, y que poco a poco debemos ir aprendiendo nuevas formas de disfrutar de los espectáculos, formas que no dañen al prójimo.

Inventemos una nueva cultura y rompamos los viejos paradigmas. Seamos conscientes de que claramente existe diversión sin pirotecnia, que no podemos ser insensibles y disfrutar con artefactos que generan tanto sufrimiento en otras personas, en los animales y en el ambiente. Que el dolor del otro no nos sea indiferente, y que podamos empezar así, a vivir unas fiestas diferentes, y evitando el uso de la pirotecnia en esta y en todas las épocas del año.

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