Una reciente quiebra en Bélgica encendió las alarmas en el sector turístico. Una aerolínea con operaciones internacionales terminó cesando su actividad tras una crisis financiera, dejando a miles de personas afectadas en sus viajes. El conflicto desató un fuerte reclamo sobre la falta de respaldo a los consumidores.
La quiebra de la aerolínea preocupa a agencias y turistas
La compañía venía acumulando pérdidas desde hace varios años, agravadas por la pandemia, que redujo drásticamente los vuelos hacia Asia. Aunque muchos creían que esta aerolínea era la principal de Bélgica por su nombre, en realidad era una charter especializada en transporte de carga y pasajeros, con foco en rutas hacia China.
En octubre de 2023, la empresa suspendió todos sus vuelos comerciales. A lo largo del siguiente año, redujo personal, vendió aviones y buscó inversores. Pero el 30 de abril de 2025, un tribunal del Brabante Valón declaró su quiebra definitiva.
Una parte de su negocio fue adquirida por la empresa de logística CMA CGM, que salvó 124 puestos laborales. El resto será liquidado, y los pasajeros que tenían boletos pendientes podrían no recuperar el dinero.
Reclamos por la falta de protección ante quiebras de aerolíneas
Según la Asociación Europea de Agentes de Viajes y Operadores Turísticos (ECTAA), la quiebra dejó un saldo de más de 8 millones de euros en pérdidas, principalmente para operadores turísticos que habían vendido paquetes de viaje.
De ese total, 5 millones de euros fueron absorbidos directamente por agencias y empresas intermediarias.
“Las entradas no reembolsadas ahora forman parte de los reclamos por quiebra”, informó un vocero de la compañía a la agencia Belga, explicando que esos montos quedarán bajo la administración judicial. Es decir, si tenías un vuelo cancelado, el reembolso está prácticamente perdido.
Desde ECTAA presionan a la Unión Europea para que establezca mecanismos que protejan al pasajero y también a las agencias de viajes en estos casos.
Sostienen que las reglas actuales obligan a los operadores turísticos a responder por vuelos que ellos no controlan, generando un fuerte desequilibrio.
“El organizador del paquete está obligado por ley a ofrecer un billete alternativo a sus clientes, muchas veces sin poder recuperar el dinero de la aerolínea”, advirtió la asociación. Y remató con un mensaje claro: “Las agencias quedaron a cargo de absorber las pérdidas”.
La aerolínea en cuestión es Air Belgium, fundada para unir a ese país con China y otras regiones de Asia. Si bien no era la aerolínea de bandera oficial (ese rol lo ocupa Brussels Airlines), su caída dejó un vacío y muchos pasajeros a la deriva.