Las explosiones de cohetes lanzados por Space X, la compañía propiedad de Elon Musk, han generado inquietud en el estado de Tamaulipas, en México, debido al peligro que representan para las comunidades cercanas a la frontera con Texas.
Fragmentos de cohetes impactan en el ecosistema mexicano y el gobierno de Claudia Sheinbaum evalúa una posible demanda internacional.
Las explosiones de cohetes lanzados por Space X, la compañía propiedad de Elon Musk, han generado inquietud en el estado de Tamaulipas, en México, debido al peligro que representan para las comunidades cercanas a la frontera con Texas.
El gobernador del estado, Américo Villarreal Anaya, señaló que no se han respetado las distancias mínimas requeridas entre la base de lanzamiento en Boca Chica y los poblados del lado mexicano.
Durante su visita a Ciudad Madero, el gobernador alertó sobre un reciente incidente donde fragmentos de un cohete cayeron y se dispersaron en un radio de hasta 15 kilómetros, afectando tanto zonas habitadas como áreas de valor ecológico. "Es fundamental que se cumplan las distancias internacionales establecidas para este tipo de instalaciones", enfatizó.
El gobernador también informó que, tras la explosión ocurrida el 1 de junio, se hallaron restos metálicos, plásticos y tanques de combustible en playas como la de Bagdad. En respuesta, las autoridades federales han comenzado a colaborar con el municipio de Matamoros para evaluar los posibles efectos.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que el gabinete federal se encuentra analizando las repercusiones ambientales y de seguridad que implica la proximidad de las bases de lanzamiento al territorio mexicano.
Además, no descartó la posibilidad de iniciar una demanda internacional contra SpaceX, ya que se han emitido alertas ambientales y se está revisando el marco legal correspondiente.
Diversas organizaciones civiles y ambientales de México y Estados Unidos también han emprendido acciones. Mientras tanto, en México, el colectivo Abogados Ambientalistas de Tamaulipas tiene la intención de llevar el caso ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La situación ha despertado alarma no solo por la presencia de desechos espaciales, sino también por el riesgo de afectaciones a ecosistemas estratégicos y vulnerables.