La calle Almirante Brown de Luján, hacia el oeste de Viamonte, es una arteria angosta y de tierra, por la que transitan vehículos en ambas direcciones y que carece de veredas o espacios de estacionamiento. La acequia de riego suele desbordarse e inundar la vía de circulación, y cuando llueve todo el trazado se convierte en un cauce. Ahora, el municipio empezó a concretar un proyecto de ampliación del tramo hasta calle Chaco, con un bulevar central.
Sobre la intersección con Viamonte hay un cartel que anuncia la nueva traza de Almirante Brown hacia el oeste, con este espacio intermedio. Y en el costado sur del trazado original se observa otro incipiente, en una extensión de mil metros, que conserva la arboleda entre ambas.
Juan José Errio, quien vive y tiene un negocio en Almirante Brown y Viamonte, manifestó que hace cuatro meses que está colocado el anuncio y no observa avance. El joven planteó que no es una esquina muy linda, pero que espera que cambie su apariencia con la rotonda proyectada. Y manifestó que, cuando llueve en verano, la calle se convierte en un río, al punto que tuvieron que colocar unas alcantarillas en la vereda para evitar que el agua se meta en la vivienda.
Unos metros hacia el oeste se encuentra la escuela primaria Juan Marchionatto. Alejandra Naveda es una de las mamás que tiene que circular con sus hijos por la calzada, ya que no todas las propiedades tienen vereda, con el riesgo que esto implica. Es que la mujer señaló que los vehículos circulan a gran velocidad, en ambas direcciones, por lo que necesitan la presencia de un policía vial en los horarios de entrada y salida.
Nora Solla, quien tiene su vivienda y negocio sobre calle Almirante Brown, comentó que el asfalto implicaría una mejora porque el tránsito levanta mucha tierra y el camión regador pasa rápido y no humedece lo suficiente. Pero resaltó que más que un bulevar sería necesaria la construcción de veredas para que puedan caminar, sobre todo, los alumnos de la escuela y sus padres. Como también, que se dejen espacios de estacionamiento, que hoy no tiene la angosta arteria.
La mujer expresó que la calle está abandonada, al punto que hace dos meses se cayó un árbol y dañó el tendido eléctrico y desde entonces se han quedado sin alumbrado público. También planteó que la acequia se rompe con frecuencia y se desborda, pero los arreglos son poco efectivos.
Una obra por etapas
El secretario de Obras e Infraestructura de Luján, Rolando Baldasso, explicó que, ante el crecimiento de la zona, se evaluó la posibilidad de ensanchar calle Almirante Brown. Y para conservar los árboles que se encuentran en el costado sur, se optó por construir un bulevar central y trazar una segunda vía 9 metros al sur de la actual. Si bien tal vez se tenga que sacar algunos forestales, se replantarán tres por cada uno que se retire.
Esto, desde Viamonte hasta prolongación Medrano. Al oeste de esta arteria hay una calle hacia el norte, que se aprovecharía haciendo una “s” en el trazado de Almirante Brown hasta Chaco.
En esta primera etapa, señaló el funcionario, se dejará marcada la segunda vía en el costado sur y se empezarán a buscar los fondos para concretar el proyecto completo, que incluye también la instalación del tendido de cloacas, del que carece la zona.
La propuesta, que desarrollará el municipio con Vialidad provincial -que es el organismo que tiene jurisdicción sobre la arteria-, contempla el asfalto de las vías en ambos sentidos; el hormigonado del bulevar central y de cordón, banquina y cuneta; la construcción de una rotonda en la intersección con Viamonte, de veredas y de una ciclovía en la margen sur; y la creación de un colector aluvional de mayor capacidad que la acequia existente.
Preocupa el destino de una histórica mansión
El arquitecto e investigador del Conicet Jorge Ricardo Ponte manifestó su preocupación por el hecho de que para trazar una segunda vía hacia el sur de la actual es necesario quitar parte del terreno de la ex mansión Aguinaga, que estima data de 1915.
El patrimonialista señaló que si bien no se tocará el antiguo chalet, se eliminará el parque que le otorga un marco acorde al tipo de edificación y que también se deberán retirar la reja del cierre y el portón. Sobre este último, se rumorea que es uno de los que se sacaron en 1938 del ingreso principal al parque General San Martín.
Ponte planteó que la ampliación de la calle seguramente responde a la necesidad de loteadores frentistas, pero que la presencia de esta mansión y su parque le otorga valor al entorno, que se perderá con la eliminación del cierre y de los árboles del ingreso.
El secretario de Obras e Infraestructura de Luján, Rolando Baldasso, comentó que en 2014 los propietarios pidieron que la propiedad se fraccionara en tres y acordaron correrse 9 metros hacia el sur.