Historias de terror y espanto sobre el Banco de Mendoza - Por Gastón Bustelo

Después de saber lo que pasó con los bancos oficiales, ¿Alguien tendría confianza en una “nueva entidad” y depositaría sus ahorros?

Historias de terror y espanto  sobre el Banco de Mendoza - Por Gastón Bustelo
Historias de terror y espanto sobre el Banco de Mendoza - Por Gastón Bustelo

"Ni el proceso inflacionario, ni el efecto Tequila fueron los causantes de la crisis del Banco de Mendoza, sino la actitud negligente y arbitraria de los directorios, comisiones fiscalizadoras y auditores externos. Ninguna administración demostró un real interés en llevar a cabo un gerenciamiento adecuado, con fallas a veces muy groseras de control interno, créditos mal otorgados y sistemas de información deficientes".

"Asimismo, se le brindó asistencia crediticia a firmas en mora, contraria a las normas del BCRA, otorgamientos de quitas y/o esperas sin respaldo de normativa legal alguno, juicios perdidos por negligencia de los responsables, etcétera, hasta el punto de llegar al aprovechamiento máximo de todas las fallas estructurales y operativas del Banco".

Los párrafos anteriores corresponden a las conclusiones a las que llegó la Comisión Investigadora de los ex Bancos Mendoza y Previsión Social, que funcionó durante 1995, 1996 y 1997 y que la integraron referentes de los partidos políticos de esa época, entre los que estaban Eduardo Difonso (PD), Osvaldo Ruggeri (Frepaso), Elio Parés (UCR), Omar Pérez Botti (PJ) y José Martiarena (País). La comisión se formó para investigar el manejo de los ex bancos oficiales desde la gobernación de Bonifacio Cejuela (1982) hasta la de Rodolfo Gabrielli (1991-1995) y se constituyó debido a que los Bancos oficiales ya eran inviables y se avanzó con su privatización.

Así fue como dieron su versión sobre el manejo de los bancos los ex gobernadores Bonifacio Cejuela, Eliseo Vidart Villanueva, Santiago Llaver, José Bordón y Rodolfo Gabrielli. También pasaron directores de los bancos como Eduardo del Amor, Ricardo Mastronardi, entre otros funcionarios de las entidades y síndicos.

Las 400 páginas del informe no tienen desperdicio y deberían ser lectura obligatoria para los funcionarios que están ocupados de estudiar la posibilidad de que Mendoza vuelva a tener un banco provincial. Es común que la política descalifique los informes cuando no les sirven para sus objetivos, pero deberían al menos tener conocimiento de que existe un documento en el que se mencionan los desmanejos que se realizaron en los bancos. (Si no lo consiguen se lo puedo prestar al que le interese)

El informe también señala que:

-"Todos coincidieron en que la situación económica en que habían gobernado fue difícil, con distintos problemas y fundamentalmente que el fenómeno inflacionario tuvo especial influencia, sobre todo hasta la gestión del Lic. Rodolfo Gabrielli".

-"Respecto a la situación del Banco de Mendoza, también ponen el énfasis en que era un banco de fomento y de ahí las consecuencias derivadas de esa característica del Banco que traía no pocos inconvenientes, traducido en la asistencia a productores, dando créditos de alto riesgo y con escasa rentabilidad de difícil recuperación. Esa asistencia implicaba pérdidas que debían ser absorbidas y muchas veces recurrir al financiamiento del Banco Central a través de redescuentos. Pero el hecho de que sea un banco de fomento, no significaba trabajar a pérdida y menos aún que no se cumplieran con las normativas bancarias para el otorgamiento de créditos y que se prestara sin la garantía suficiente, en coincidencia con lo manifestado por los Dres Bonifacio Cejuela y Santiago Llaver".

-" Todos coinciden en que la problemática del Banco, era una situación de muchos años con deudores que se repiten y la concentración de la cartera en pocos deudores, que representaban casi el 70% de los créditos del Banco".

-"El régimen jurídico del Banco pasó de ser una Sociedad de Economía Mixta en la gestión de Vidart Villanueva y Cejuela a una Persona Pública Estatal, en la gestión de Llaver y Bordón. Posteriormente con Gabrielli, se transformó en Sociedad Anónima".

-"El Banco Central durante todas las gestiones, hacía observaciones por deficiencias en la gestión administrativa. Incluso se realizaron sumarios al directorio durante la gestión de Llaver sobre créditos no previsionados, concentración de la cartera en unos pocos deudores, etcétera.

Esto demuestra que la situación del Banco de Mendoza era compleja y que debían hacerse las modificaciones para ajustar el Banco a las normativas del Central. El Banco tenía problemas, a pesar de que posteriormente, fueran aprobados sus balances. Es decir que hubo que ajustarse a las normativas del Banco Central porque no se hacían, por ejemplo, las previsiones correspondientes. Si bien en esto no se puede imputar ninguna responsabilidad a los gobernadores, el mal funcionamiento del sistema bancario, podía traer perjuicios a la Provincia".

-"La asistencia desmedida y sin control suficiente, créditos mal otorgados, sin garantías, el aprovechamiento de algunos deudores de que siempre con el Banco de Mendoza se podía arreglar algo conveniente para los intereses de los propios deudores, y en contra de los intereses de los inversores o depositantes, insuficiencia de los controles, mala gestión administrativa, son algunas de las razones de esta crisis".

-"Además se entregaron tarjetas con un monto de gasto de hasta U$S 5.000 sin que se conocieran los ingresos de los titulares, las garantías personales y sin pedido de informes al Codeme o al Registro de la Propiedad".

Después de todo esto y más, muchos problemas e irregularidades más, la política quiere otra vez un banco para "el desarrollo provincial".

El informe destaca la mala administración de todos los gobiernos que tuvo Mendoza desde 1982 hasta 1995 sin distinción de partidos políticos. Están demócratas, justicialistas y radicales; toda la clase política sospechada de no saber manejar bancos.

¿Hay motivos para pensar que esta vez va a ser distinto? Así como la misma clase política, fija por ley un Fondo Anticíclico para tener dinero en épocas de crisis, la misma política después por ley dice que ese dinero se puede usar para otra cosa.

En el gobierno debaten entre un banco de segundo piso que sea de fomento económico y entre uno comercial y de fomento. Algunos técnicos del Gobierno que se entusiasman con la idea y hasta imaginan un banco virtual, creen que Mendoza tiene buena conectividad y que cualquiera podrá ver sus operaciones desde el celular. Un delirio.

Otros son más escépticos y no ven con buenos ojos la creación del banco, hacen cuentas y hasta señalan que puede pasar con el banco lo que sucede con el Fondo de la Transformación. ¿Qué pasa con el Fondo? En principio se decidió, a través de la ley 6.069, que Mendoza recibiría 617 millones de pesos/dólares de la Nación en concepto de regalías petrolíferas mal liquidadas y se dispuso que el dinero se destinaría a crear un fondo para financiar empresas locales. Cuando se formó el Fondo de la Transformación en 1993, a través de la ley 6.071, se destinaron 334 millones de pesos/dólares por la convertibilidad. Hoy, el dinero que tiene la repartición para prestar llega a los 40 millones de dólares. ¿Qué pasó con el dinero? Estas respuestas las tienen los dirigentes que pasaron, de todos los partidos, por el Fondo.

También entienden que en 2021, cuando finalice el acuerdo con el Nación, las tasas pueden estar más bajas y la rentabilidad que tendría la provincia oscilarían entre el 8 y 5% de los 24 mil millones que maneja el Nación en concepto de salarios, plata del Gobierno en cualquier otro concepto y fondos judiciales. El número no entusiasma a los que llevan años sacando cuentas, entienden que es mayor el gasto y el riesgo.

Los bancos estatales siempre han sido un ejemplo de mala administración, vimos que el Mendoza fue de fomento y mixto en una época. Después de saber lo que pasó con los bancos oficiales, ¿alguien tendría confianza en la "nueva" entidad y depositaría sus ahorros? ¿Da confianza la política? Es otra historia, pero tampoco hicieron bien las cosas los empresarios Raúl Moneta, Daniel Vila y Enrique Pescarmona, entre otros empresarios que se quedaron con el Mendoza cuando se privatizó.

Mientras se debate el banco, la realidad se instala implacable. La actividad económica sigue en baja y, como se sabía, impactó en el empleo; en nuestra provincia la tasa de desocupación llegó al 6,2% en el tercer trimestre de este año, frente al 4,4% del 2017 y en Argentina la mitad de los trabajadores gana menos de $ 15 mil por mes, es decir salarios que no garantizan la salida de la pobreza debido a que una familia necesitó $ 22.139 para no salir ser pobres. Además, sabemos que la pobreza subirá por la inflación y el retraso de los sueldos.

Lamentablemente, no hay debate serio de ninguno de los partidos políticos sobre estos problemas.

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