Maricel Valdez: “Para hacer vinos de alta gama hay que conocerlos y entenderlos”

La joven enóloga es la responsable de la gran apuesta por la alta gama de Familia Millán. Recientemente protagonizó el lanzamiento de Satélite, pero se sumarán Descendiente de los Monos y La Cúpula.

Maricel Valdez, la enóloga de Familia Millán Wine Series. - Gentileza
Maricel Valdez, la enóloga de Familia Millán Wine Series. - Gentileza

La alta gama del vino argentino tiene un nuevo jugador que salió con los tapones de punta. Se trata de Familia Millán, que ya estaba en el mercado con Los Toneles, Mosquita Muerta y Fuego Blanco (San Juan), pero que ahora busca posicionarse entre los mejores vinos del país con Familia Millán Wines Series.

El proyecto, compuesto por tres líneas concebidas bajo conceptos bien diferenciados, tuvo su debut con la presentación de la cosecha 2022 de Satélite Pinot Noir -integrado por tres componentes- y se complementa con otros dos próximos lanzamientos: Descendiente de los Monos y La Cúpula.

La responsable de todo este cambio es Maricel Valdez, una joven enóloga que durante 13 años tuvo la experiencia de desarrollar toda la alta gama de Catena Zapata y que desde hace dos años encaró el proyecto con el que busca romper los esquemas del segmento, apostando por partidas limitadas, microvinificaciones, nuevos recipientes, interpretación de cada vino y más.

Satélite Pinot Noir, la primera línea de Familia Millán Wine Series. - Gentileza
Satélite Pinot Noir, la primera línea de Familia Millán Wine Series. - Gentileza

- ¿Cómo definirías la alta gama de Familia Millán?

- Estamos en una etapa de mucho cambio en cuanto a la enología. La decisión que hemos tomado es empezar a entender los vinos. Para eso hay que conocerlos, sobre todo sus orígenes. Y para eso hay que trabajar fuerte en el viñedo y conocer sus perspectivas para saber cómo se va a comportar en la fermentación o qué estilo se le puede dar y cómo se tiene que trabajar.

A nivel general, ha habido un cambio de estructura. Por ejemplo, con el Pinot Noir estábamos acostumbrados a probarlo con madera, pero en nuestro proyecto no tiene nada de madera y mucha gente se asombra. Pero fue una decisión enológica.

También estamos rompiendo con estructuras de antes, como que los trabajos de fermentación no tienen que ser siempre masivos, sino que tienen que ir acompañados por la variedad y el estilo que se quiere. Es un cambio de visión: para entender al vino hay que conocerlo, y para eso hay que sumergirse en su mundo.

- ¿Cómo se gestó la nueva etapa de la alta gama de Familia Millán?

- Todo se concentra en Familia Millán Wine Series. El proyecto es de pequeñas producciones y busca ser sumamente prestigioso, apuntando siempre a la excelencia. Se armó con tres series de vinos. El primero es Satélite, que consta de tres Pinot Noir. Fue un gran desafío, porque cuando ingresé a la empresa, en ninguna de las tres líneas que había en la empresa existía este varietal para la alta gama.

El trabajo se dividió en dos etapas. La primera fue buscar viñedos, porque en Familia Millán tenemos cuatro fincas propias, pero en solo una había Pinot Noir. El desafío fue encontrar productores, porque acá en Mendoza hay, pero poco es de la calidad que buscamos para el proyecto, y los que cumplían con esa condición, generalmente ya está vendido de antemano. Con Pablo Gómez, el ingeniero agrónomo, salimos y recorrimos hasta que encontramos siete “fincas satélites” en el Valle de Uco, aunque en principio no nos vendían casi nada.

La segunda parte fue la enológica. Como todos saben, cuando se compra uva no se puede definir demasiado sobre el viñedo, pero sí pudimos determinar cuándo cosechar, algo que nos permitió marcar lo que queríamos. Fue un trabajo muy fuerte porque trabajamos con pequeñas cantidades, con fermentaciones desde 400 a 3.000 litros en clayvers, huevitos de concreto y piletas. Eso nos dio microvinificaciones.

- ¿Cómo pasaron de ocho fincas distintas a solo tres vinos?

- El Pinot Noir no es una variedad muy difícil para fermentar y tuvimos que tener mucho cuidado en la fermentación. Como equipo enológico decidimos hacer varias diferentes para ver qué obteníamos, siempre con mucho cuidado por el volumen. Obtuvimos 16 componentes diferentes de ocho viñedos, los cuales estuvieron separados durante los ocho a 12 meses que tuvieron de guarda. Al momento de armar los cortes hicimos una degustación a ciegas y el resultado fueron tres vinos diferentes. Lo curioso fue que, sin saber qué componente era de cada finca, resultó que la agrupación había sido por altura desde los 1.000 a los 1.600 metros. Para diferenciarlos, los sobrenombres se determinaron por las principales características: “Flores de Saturno”, “Torre de Júpiter” y “Seda de Plutón”.

Cada Pinot Noir de Satélite está integrado por componentes de distintas alturas. - Gentileza
Cada Pinot Noir de Satélite está integrado por componentes de distintas alturas. - Gentileza

- ¿Cuánto se complica trabajar con este modelo de no tener viñedos propios en un año donde la producción se vio tan afectada por las inclemencias climáticas?

- Por suerte, a pesar de la merma, pudimos tener los mismos productores que el año pasado y sumamos uno más. La decisión que tomamos este año fue adelantar la cosecha y tenemos la cantidad necesaria para encarar este año.

- En este primero apostaron por el Pinot Noir, ¿qué buscaron en las otras líneas?

- Tenemos un proyecto de terroir de Gualtallary, llamado Descendiente de los Monos, y un proyecto de integración llamado La Cúpula. Los dos son de Malbec, pero el que más me identifica es La Cúpula, porque está formado por 14 viñedos diferentes del Valle de Uco. Y para lograr 14 fermentaciones, hay que entender cada viñedo, conocerlo, ver la zona y definir el estilo. El gran desafío fue determinar cómo integrarlos en cada corte para que cada uno siga siendo único. La idea de este vino es que puedas encontrar las notas características de cada zona, como la nota típica mineral del suelo calcáreo de Gualtallary, el tanino rugoso de Los Chacayes, o la fruta roja de Los Árboles.

- Si bien sos una de las enólogas de la nueva generación, en tu experiencia te tocó estar a cargo de vinos históricos en la alta gama en Catena Zapata. ¿Qué diferencias podrías marcar sobre esa etapa y esta nueva apuesta?

- Fueron 13 años en Catena y tuve la suerte de trabajar con los dos estilos. Por un lado, cuando empecé me tocó iniciar con la vieja escuela, pero ya mis últimos años me fui actualizando y pude ver cómo iba cambiando el estilo de los vinos. Creo que la mayor diferencia es que ahora estamos dejando que las variedades se expresen y no llevándolas a un cierto estilo que nosotros queremos. Esto se da cuando no se usa madera u otros agregados.

Ese fue el gran cambio. Antes llevábamos los vinos a un cierto estilo y ahora estamos dejando que sea y se muestre como realmente es.

Maricel Valdez cuenta con más de una década de experiencia en los vinos de alta gama. - Gentileza
Maricel Valdez cuenta con más de una década de experiencia en los vinos de alta gama. - Gentileza

Perfil

Maricel Valdéz tiene 35 años y es Licenciada en Enología graduada de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Su experiencia laboral se ha centrado principalmente en Catena Zapata, donde trabajó durante 13 años en el manejo de los vinos de alta gama a la par de Alejandro Vigil.

Desde hace dos años llegó a Familia Millán, donde es una de las líderes enológicas de la gran apuesta en la alta gama: Familia Millán Wines Series, un proyecto que debutó con la cosecha 2022 de Satélite y está pronto a presentar sus otras dos líneas: Descendiente de los Monos y La Cúpula.

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