De un viejo árbol de olivo en Maipú a una medalla internacional por la calidad de su aceite en Turquía

La empresa Old Tree Premium Olive Oils logró una importante distinción en el concurso Anatolian IOOC 2023 en la ciudad de Burhanye, que reunió 356 muestras de aceite de oliva virgen extra (AOVE) de todo el mundo.

Querían posicionar a Old Tree como un referente de innovación y calidad en la industria. Había explorado nuevas técnicas para obtener aceites con mayores niveles de antioxidantes. / Imagen: Internet
Querían posicionar a Old Tree como un referente de innovación y calidad en la industria. Había explorado nuevas técnicas para obtener aceites con mayores niveles de antioxidantes. / Imagen: Internet

Argentina se destacó en el escenario internacional de la producción de aceite de oliva virgen extra al obtener un notable éxito en el concurso Anatolian IOOC 2023, celebrado en la ciudad de Burhanye, Turquía. Este prestigioso certamen es considerado como uno de los más importantes del mundo en su categoría. Allí, los productos argentinos se alzaron con un total de 21 medallas del concurso, destacándose especialmente los aceites mendocinos con la Indicación Geográfica (IG) de calidad.

De las 21 distinciones que logró Argentina, 13 fueron otorgadas a los aceites provenientes de Mendoza, consolidando su reputación como una región destacada en la producción de Aceite de Oliva Virgen Estra (AOVE). El reconocimiento obtenido por Argentina en este concurso es destacable, ya que el país se posicionó en el tercer lugar del medallero global, superando a países con una larga tradición en la producción de aceite de oliva, como España, Italia y Portugal.

Dentro de los aceites argentinos galardonados, el Coraggio Arauco, producido por Old Tree Premium Olive Oils logró un medalla de plata. Un producto que encierra una interesante historia que se remonta a Roccastrada, en el siglo XIX, y que trasciende varias generaciones. Un espíritu emprendedor enraizado en las tradiciones de la Toscana y que es llevado a nuevas fronteras como un legado familiar en la zona de Maipú.

Con aires de la Toscana

Fernando Casucci, oilmarker y heredero de un viejo olivo de más de 80 años, ha dado un salto audaz en el mundo del aceite de oliva con su empresa Old Tree. Junto a sus socios Alejandro Vigil (reconocido enólogo mendocino), María y Pablo Sance, han establecido una fábrica de aceite con tecnología de vanguardia importada desde Italia. “Sabía que el mundo estaba cambiando, que la demanda de productos de alta calidad y tradición estaba en constante crecimiento”, explica el oilmarker.

Aunque el plan original se vio retrasado debido a los desafíos constantes que presenta la economía, lograron consolidar el proyecto de Old Tree y le dieron vida a tres marcas, combinando diferentes varietales de oliva y persiguiendo como meta contar con siete líneas diferentes de aceite. Fernando Casucci, descendiente de una larga tradición familiar vinculada a la elaboración de aceite de oliva, partieron del concepto de “coraggio”, que también está presente en la marca de vinos “El Enemigo” de su amigo y socio Alejandro Vigil, donde se considera que el principal enemigo a vencer es uno mismo.

Casucci y sus socios comparten la visión sobre el coraje, un valor fundamental en su emprendimiento inspirado en la Divina Comedia de Dante Alighieri.
Casucci y sus socios comparten la visión sobre el coraje, un valor fundamental en su emprendimiento inspirado en la Divina Comedia de Dante Alighieri.

Casucci explica que su inspiración para estas variedades proviene de los siete pecados capitales, ya que siempre han deseado crear aceites con perfiles únicos y distintivos. Pero el Coraggio Arauco (varietal distintivo de Argentina), no es su primer producto premiado porque su blend llamado Lussuria Fuerte, compuesto por Arauco, Frantoio y Coratina, ganó una medalla de plata en el Buenos Aires International Olive Oil Competition, donde participaron más de 200 empresas de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.

Bajo la marca “Coraggio” (coraje), Casucci y su equipo decidieron emprender en un país con crisis financiera y recesión económica, desafiando un mercado que aún no está familiarizado con el aceite de oliva de alta calidad. Reconocen a Zuccardi como el líder indiscutido en el sector, pero consideran que hay pocos competidores que elaboren aceites de oliva de categoría premium. Su objetivo es posicionarse como protagonistas del sector y expandirse internacionalmente, con especial interés en ingresar al mercado de Chile.

En Old Tree, la innovación es una prioridad y han realizado pruebas para obtener aceites con un mayor contenido de antioxidantes, los cuales tienen beneficios para la salud, como retardar el envejecimiento celular y prevenir enfermedades como la diabetes, tumores y el Alzheimer. Estos aceites, que son populares en Europa, buscan establecer nuevas formas de consumo y desarrollar productos de alta calidad gastronómica y de vanguardia.

Un paso de Coraje

A Fernando Casucci su abuelo, Ferdinando, le había enseñado que el coraje y la perseverancia eran fundamentales para alcanzar el éxito en un mundo en constante evolución. Él comparte su visión sobre el coraje, un valor fundamental en su emprendimiento. Inspirado en la Divina Comedia de Dante Alighieri, entiende el coraje como un dejar atrás el miedo y enfrentar la realidad con valentía.

Para Casucci, el coraje implica superar obstáculos y desarrollar una fuerza de voluntad que no teme al fracaso. El concepto de coraggio también está presente en la marca de vinos “El Enemigo” de su amigo y socio Alejandro Vigil, donde se considera que el principal enemigo a vencer es uno mismo. Este es el sello más representativo de su Arauco; modelando un aceite con un perfil verde, de gran frescura y un frutado intenso, de mayor picor.

El día a día de Casucci está lleno de momentos de coraje. Cada mañana, se levanta frente al espejo y se motiva a sí mismo para que sea un gran día, convencido de que nada puede impedirle alcanzar su destino. A pesar de las dificultades que lo rodean, no se permite caer en la depresión. Estos pequeños actos cotidianos, aparentemente insignificantes para algunos, son vitales para él y lo impulsan hacia adelante.

Su abuelo ha dejado atrás las callejuelas empedradas de Roccastrada, ciudadela medieval en la cima de una montaña, la sombra de sus árboles, el aire de la Toscana; en viaje a la gran exposición de la industria de 1898 en Torino. Ferdinando, con sus manos ásperas, aprendió a cultivar el olivo y a elaborar aceites... más e 100 años después, aquel “coraje” que lo llavó a establecerse en Mendoza persiguiendo el progreso, se transformó en una medala, como un legado.

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