En el mundo de la moda masculina, muchos caen en errores comunes que, aunque parecen pequeños, pueden tirarte abajo cualquier look. Hoy más que nunca, las tendencias cambiaron el juego, y si sos un hombre que quiere mantenerse atractivo, hay detalles que no podés pasar por alto.
Ponerte medio litro de perfume
No falla: entrás a un lugar y todos giran... pero porque saturaste el aire con colonia. Menos es más. Un buen perfume no se tira como si fuera repelente para mosquitos. Un par de toques bien puestos duran más y pegan mejor. Oler bien no es oler fuerte.
Vestirte con ropa que no te queda bien
Podés tener la mejor camisa del mundo, pero si te queda como carpa de circo o te aprieta como fajador, no hay onda que aguante. El ajuste justo es clave: ni demasiado flojo ni que no te deje respirar. Y si no encontrás, mandala al sastre, que ese tipo te salva siempre.
Combinar mal los estampados
Un error clásico: ponerte rayas con cuadros, lunares con rayas... o todo junto. El resultado es un caos visual que hace doler los ojos. Si te gustan los estampados, buscá equilibrio. Y si dudás, andá por colores lisos que no fallan. Menos confusión, más facha.
Tener los zapatos detonados
No hay vuelta: unos buenos zapatos dicen mucho de vos. Si están sucios, rotos o fuera de lugar, arruinan el look entero. No hace falta tener veinte pares, pero sí uno para cada ocasión. Y por favor, que estén limpios y cuidados. No seas flojo con eso.
Tener la barba como si vivieras en la montaña
La barba descuidada no suma, resta. Puede ser tu sello personal, claro, pero si no la recortás, no la peinás o la tenés toda despareja, perdés presencia. Buscá un estilo que te quede bien y mantenelo. La barba tiene que acompañar tu cara, no robarle protagonismo.
Exagerar con los accesorios
Un reloj copado, una pulsera de cuero o un anillo pueden levantar cualquier outfit. Ahora, si te ponés todo junto y encima colgás cadenas, parece que vas a grabar un videoclip. Lo ideal es elegir dos o tres piezas, nada más. Lo simple, bien pensado, siempre queda mejor.
Olvidarte de los básicos
Las remeras blancas, los jeans oscuros, una buena camisa: eso no pasa de moda nunca. Y si están bien cuidados, te salvan en cualquier ocasión. No te vayas de tema buscando siempre lo último. Primero tené una buena base y después sumá con cosas más jugadas. La clave está en el equilibrio.
Vestirte solo según las tendencias
Sí, las modas cambian, pero eso no quiere decir que tengas que parecer un catálogo. Lo que se usa hoy, mañana ya fue. Buscá un estilo que sea tuyo, con ropa que te represente y que puedas usar siempre. Lo trendy es un condimento, no el plato principal.
No cuidar tu piel
Muchos piensan que el skincare es solo para mujeres. Error. Una buena rutina diaria puede hacerte ver más joven, más saludable y con más presencia. Lavate la cara, usá crema hidratante y no te olvides del protector solar. No es tanto laburo, y posta que cambia todo.