Mora Godoy, la bailarina más reconocida del tango argentino, llega esta semana a Mendoza con “La máquina tanguera”, un espectáculo que es puro vértigo, retrospectiva y reafirmación de su lugar central dentro del género. Serán dos funciones: este miércoles 16 de julio en el Teatro Roma (Av. Hipólito Yrigoyen 280) de San Rafael (con entradas desde los $20.000 en EntradaWeb.com) y el viernes 18 en el Teatro Mendoza (San Juan 1427) de Ciudad (con entradas también en EntradaWeb.com, desde $33.000 y con 2x1, más 50% off, con Los Andes Pass).
Pero no llega sola. Con ella viaja su Compañía de Tango Argentina —una verdadera troupe de élite—, cambios de escenografía al estilo Broadway, trajes y escenas que combinan la destreza del tango con luces y efectos que hacen vibrar hasta el último asiento.
"La máquina tanguera" repasa los cuadros más emblemáticos de “Tanguera”, “Chantecler tango” y los shows que Mora presentó en la gala del G20 y en la inauguración de los Juegos Olímpicos de la Juventud. El espectáculo incluye también pasajes de tango electrónico, en una puesta que desafía la solemnidad del género, pero sin traicionarlo.
Mora Godoy: la osadía como marca registrada
A los 20, Mora Godoy ya había egresado del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Pero lo suyo no era quedarse en el ballet clásico: se lanzó de lleno a la pista con una propuesta híbrida, fusión de arrabal y acrobacia, de sensualidad y modernidad. En más de 30 años de carrera, no solo giró por el mundo —París, Tokio, Nueva York—, sino que redefinió el tango escénico desde una perspectiva singular: la de una mujer al mando total. Bailarina, coreógrafa, directora y productora.
Su estilo mezcla vértigo y precisión, con una visión contemporánea del tango que lo aleja del cliché y lo instala en la actualidad de una manera vibrante. De ahí que se haya ganado títulos como “la reina del tango”.
En esta notable trayectoria, ¿qué es lo más grato que le ha dado el tango? Ella misma nos respondió, en una entrevista de 2022: "Todo, sobre todo el público. Lo más grato es la gente. Lo más grato es ese aplauso genuino, real. Ese es el premio. Yo siempre digo que el verdadero premio es el público, su presencia y su aplauso, donde uno hasta prueba las coreografías o la obra porque el público te va marcando qué le gusta y qué no. En cada función el público nos enseña muchísimo y en cada función, tanto mi equipo como yo, nos brindamos en más del cien por ciento, de corazón".
Detrás de escena, sin embargo, Mora Godoy también está librando otra batalla. Durante el fin de semana sorprendió al contar en el programa “El Run Run” que está en medio de un juicio millonario contra la periodista Mariana Brey, a quien acusa de haberla difamado públicamente, después de haber afirmado que ella había estafado bailarines.
“Ella sabía perfectamente que era mentira”, dijo sobre las acusaciones que Brey deslizó en LAM hace cuatro años. La bailarina afirma que fue despedida de un proyecto junto con otros compañeros, y que el lugar siguió funcionando con otro equipo.
La demanda por daños y perjuicios es contundente: 27 páginas, con el patrocinio de los abogados Juan Cruz Caimi Villanueva y Miguel Eduardo Mirmi, y una cifra de reclamo que ronda los 5 millones de pesos, aunque con intereses podría escalar hasta los 20. “Pensó que no iba a accionar, pero causó un daño inmenso a mí y a mi familia”, sentenció. Su padre, antes de morir, le preguntaba si había ganado el juicio. Mora todavía busca esa justicia.
“Yo no tengo un marido millonario ni un político de turno. A mí me dice la productora, para la que ella trabajaba, que creen que sí, que le pagaron para que dijera eso. Ella nunca jamás se va a poner del lado del laburante, se especializa en eso. Tiene una soberbia y una maldad extrema”, lanzó, con la misma contundencia con la que en escena se lanza a los brazos del compañero en un giro perfecto.
El expediente sigue en el Juzgado Civil N.º 19 y aún resta un informe del Teatro Metro sobre las facturas de los bailarines. Según Godoy, Brey habría tenido a la vista toda esa documentación antes de hablar. Y aun así, decidió ir al aire. “Con clara intención de dañar”, dijo.