Tras su emotivo preestreno mendocino en la apertura del Bafici Itinerante, el pasado 30 de julio, y luego de un auspicioso recorrido por festivales internacionales, “Quinografía” -la primera biografía de Quino- finalmente llega al circuito comercial.
La película se exhibirá desde este jueves 7 de agosto en el Cinemacenter de La Barraca, a las 19.20. Bajo la codirección de Mariano Donoso y Federico Cardone, el documental se impone como el primer retrato cinematográfico de Joaquín Salvador Lavado Tejón, el hombre que, con trazo fino y observación punzante, moldeó la reflexión y el amor por las viñetas de generaciones enteras.
Pero “Quinografía” no es un filme convencional, ni en su forma ni en su gestación. “Bueno, esta película es atípica —o tal vez todo el cine argentino lo sea— en su producción. Desde el comienzo, desde la gestación, y también lo está siendo en cuanto a su exhibición”, reconoce Donoso en diálogo con Los Andes. “Cada vez es más difícil para el cine lograr las etapas en forma más pura: una preproducción, escritura del guion, rodaje, producción, postproducción, distribución y exhibición. Esas etapas ya son casi imposibles de lograr de forma pura; todo se va mezclando, y todas las mismas etapas van reclamando partes de la otra, en forma un poco ilógica, atemporal”, contó el director mendocino.
-¿Cómo fue ese recorrido hasta ahora?
- Se hizo un preestreno en el Festival de La Habana —obviamente fuera de competencia—, y fue muy bueno. Lamentablemente, yo no pude ir, pero Ciro Novelli, el productor, fue. Es un festival al que le tenemos muchísimo cariño, y un país al que le tengo muchísimo afecto. Y ahí también Cuba fue muy importante para Quino. Después pudimos también en el Bafici hacer un preestreno. Logramos pasarla como película de clausura de este año. Eso fue emocionante porque, bueno, el Bafici también es un festival al que le tengo mucho cariño desde siempre. Y nada menos que una película de clausura es siempre una emoción. Fue muy bien recibida en Buenos Aires. Imaginate: Quino, obviamente, llenó la sala en las dos funciones.
Un mendocino universal
-¿Cómo evaluás la recepción de la gente?
- La gente está muy ávida de ver una película sobre Quino, porque se sabe muy poco de él. Fue una persona muy reservada. Se sabían cosas muy generales, como: es una persona tímida, es una persona reservada, es una persona muy abocada a su trabajo, piensa mucho las viñetas… pero nada más. Después no se sabía. De hecho, nos pasó también que, filmando en esos países, en España pensaban que Quino era español, y en Italia que era italiano. Entonces los fanáticos de Quino —que son millones en el mundo— están interesados en saber un poco más. Y espero que esta película logre ese cometido: un poquito, al menos. Es una película corta, de 75 minutos, donde solo habla Quino, la familia de Quino y los amigos más íntimos de Quino. Y hablan de él. No hay un análisis de la obra: es una biografía y una biogeografía, ya que viajamos por los lugares donde él vivió, buscando a esa gente y buscando esos lugares que lo inspiraban.
- ¿Y cómo será la recepción en los distintos públicos...?
- Espero que buena, dado que Quino puede abordar públicos distintos. Creo que es el ejemplo más famoso o más importante de la Argentina. Yo diría que está a la altura de Borges, que puede ser asimilado por distintas culturas y por todo el mundo, y tomado como propio. Creo que está en ellos dos esa universalidad que se ha logrado. De hecho, "Mafalda" es el libro más traducido a otros idiomas de la Argentina, lejos. Y es el libro más impreso de un escritor argentino en todo el mundo. Incluso, la genialidad de Borges no puede competir con la masividad de Quino. Y es impresionante, porque se siguen reimprimiendo. Ahora sale una nueva reimpresión completa en China, por ejemplo, con lo cual estamos hablando de tiras de millones de ejemplares.
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- ¿A qué se deberá esa universalidad?
- Eso es algo inexplicable. Siempre que me lo han preguntado, no sé en qué reside la clave para poder expresar la razón de la universalidad de Quino y la manera en cómo todos los públicos pueden tomarlo como propio. Sobre todo de Mafalda. Hay algo genial ahí, que habrá que analizar, que habrá que ver. Hay algo que es argentino y hay algo que, evidentemente, es más que argentino, que nos excede completamente. O sea, tal vez es como "La muerte y la brújula", de Borges: es el cuento menos argentino, y eso lo convierte como en el prototipo de la argentinidad, finalmente. Pero bueno, espero que la película también sea recibida en todos lados con esas mismas ansias. Pero, bueno, en definitiva, el propósito de la película es dar a conocer aspectos íntimos de la vida de Quino, sobre todo con una entrevista inédita al mismo Quino del año 2014 que nosotros teníamos. Es decir, no es una teoría sobre Quino, sino es él mismo, y la gente de su círculo más íntimo, afectuoso, lo más cercano a su corazón, que hablan sobre su vida.
Un Quino desconocido
- ¿Había aspectos de su vida que no habían sido suficientemente explorados y te impulsaron a hacer esta película?
- Creo que ningún aspecto de la vida de Quino había sido lo suficientemente contado o lo suficientemente tratado. Hay un desconocimiento sobre él —no en el mal sentido, pero sí un desconocimiento producido por el mismo Quino sobre su vida— en el sentido de que no le interesaba eso. De hecho, en la misma entrevista él nos dice en un momento: "A mí no me interesa saber si a John Lennon le gusta la mermelada de naranja o de durazno; a mí me interesa su música". Era muy reacio a hablar de su vida privada.
- ¿Sabían que esa entrevista iba a ser la materia prima de algo más grande?
- No teníamos la menor intención de que esto que nosotros filmamos en el 2014 se transformara en su biografía. Pero bueno, lo fuimos convenciendo y finalmente la familia también nos ayudó muchísimo. Esta película no se puede concebir sin la familia Lavado Tejón. Y se transformó en la biografía oficial porque es la primera, básicamente. Habrá otras, seguramente, después. Pero bueno, en esta contamos con el apoyo y el amor de toda la familia, y con el mismo Quino, que nos brindó esa tarde de charla y esa última entrevista que dio —larga y muy íntima, muy relajada—. Como no teníamos la intención de hacer una película, eso permitió que nos relajáramos todos y habláramos de una manera muy familiar. Eso me parece que es una ventaja que ya nadie más va a tener, lamentablemente.