La artista María Celina Dell’Isola presenta su muestra “La mitad de mi vida” en las salas Libertad de Guaymallén, hasta el 10 de octubre. Sin un hilo argumental, la muestra es “un pantallazo” de sus obras, que según la artista pueden considerarse una pintura documental que llega a la denuncia social.
María Celina es oriunda de Buenos Aires, pero hace 40 años llegó a nuestra provincia y nunca se fue. Aun cuando su marido murió, ella decidió quedarse acá y nuestras montañas y nuestra gente se convirtieron en su refugio.
Este año la artista cumplió 80 años y 40 viviendo en nuestra provincia. Ella decidió celebrar estos números compartiendo su arte con el público.
“Yo acá me desarrollé como pintora”, nos dice María Celina, y marca la diferencia entre ser una señora que una vez por semana va a un taller y ser una pintora. Nuestra provincia y el tiempo libre, tan bueno como agobiante, le dieron las alas que no tenía.
“No trabajaba, los chicos estaban grandes y podía disponer de mi tiempo”, revela con cierta nostalgia. “Cambia la vida, por un lado, envejecés y por otro te liberás de muchas cosas. Y sos más dueña de tu tiempo”, reflexiona la artista.
En nuestra provincia, María Celina no solo encontró su inspiración, sino que además encontró a sus maestros. Su primer acercamiento con los grandes de la pintura en Mendoza fue de la mano de Hernán Abal. Él ya no daba clases, pero la mandó con la gente del Taller Alfa, integrado, entre otros, por Ángel Gil y Antonio Sarelli.
Al principio, María Celina caminó de la mano de estos grandes maestros y artistas, pero después siguió sola hasta convertirse en una eximia pintora del arte figurativo y realista.
Dell’Isola ha dedicado gran parte de su obra a reproducir figuras “de los pueblos originarios, de la columna vertebral de Los Andes”. Pero a lo que más le ha dedicado tiempo y bastidores, es a la gente de Lavalle.
La artista cuenta que hace muchos años había un cuadro que ganó un premio Nacional. Acá elogiaban el paisaje como “la laguna del Rosario” y a ella le dio cierto pudor no conocer ese paisaje del que le hablaban, así que hacia allá partió y comenzó a documentar todo eso que veía, que iba conociendo.
Su última muestra, antes de la pandemia, se hizo en la sala que estaba en el centro comercial de La Barraca y fue enteramente dedicada a Lavalle. María Celina asumió, con su obra, el compromiso de darle a conocer a los demás esos paisajes que alguna vez le eran ajenos y hoy conoce como pocos.
Mendoza es la mitad de la vida de esta artista, y se anima a celebrarla entre pinceles y montañas con una muestra que repasa su obra y que muestra los rostros (muchas veces desconocidos) de nuestra propia identidad latinoamericana.
La exposición podrá ser visitada hasta el 10 de octubre, de lunes a viernes de 8 a 19, sábados de 9 a 19 y domingos de 9 a 13, en Libertad 466 de Villa Nueva. La entrada es libre y gratuita.