Trump y Zelensky en el escenario menos pensado

En febrero último los datos de la guerra en aquella zona eran ya impactantes: casi 300.000 millones de dólares gastados por los contendientes y quienes apoyan a Ucrania; más de 150.000 vidas perdidas y más de 10 millones de personas desplazadas. Probablemente por todo ello la imagen de los dos presidentes juntos dialogando en un apartado en el Vaticano aliente la esperanza de una pronta paz.

No faltó quien se animó a decir que se trataba del “primer milagro” del recientemente fallecido papa Francisco. La foto de los presidentes Donald Trump y Volodymyr Zelensky sentados en improvisada reunión en el interior de la Basílica de San Pedro previo a la misa de despedida del pontífice fallecido alentó la posibilidad de que, bajo un ámbito tan especial, pudiese arrancar el recorrido hacia la solución del conflicto que asola al territorio ucraniano.

¿Cómo surgió dicho encuentro? ¿Fue espontaneidad de las partes inspiradas por el recogimiento que supone toda despedida a un pontífice muerto? Lo cierto es que la imagen tuvo rapidísima repercusión mundial y muchos de los que en el ámbito internacional reconocen el drama de los ucranianos vieron con especial entusiasmo la posibilidad de entendimiento para una tregua o directamente el fin de la guerra.

Desde la Casa Blanca calificaron a la reunión de muy productiva, mientras que el líder ucraniano la definió como de mucho simbolismo y con la posibilidad de convertirse en un encuentro histórico. Lamentablemente, no pensaron lo mismo Vladimir Putin (ausente, no fue a Roma) y sus estrategas, que previamente habían consumado un nuevo y devastador ataque armado sobre Kiev y otras zonas del país invadido hace ya tres años.

Además, por primera vez el presidente de Estados Unidos se atrevió a dudar públicamente de la voluntad de su par ruso para terminar con el conflicto y hasta dijo temer que Putin se encuentre manipulándolo. Sorprendente por parte del siempre cortante presidente estadounidense.

Sea cual fuere el resultado inmediato de este impactante y sorpresivo encuentro, se trata de un paso delante de gran valor. Trump y Zelensky no se encontraban cara a cara desde aquella dura discusión que tuvieron a fines de febrero en la sede gubernamental estadounidense, en la que el líder ucraniano fue duramente reprendido en público por el presidente de EEUU y su vice Vance.

Lo de aquella vez fue realmente patético. Ambos líderes norteamericanos le criticaron al presidente ucraniano no haber sido lo suficientemente agradecido con Estados Unidos por el apoyo recibido desde la invasión rusa de febrero de 2022. En lo que no repararon los líderes americanos es en todas las trabas que Trump, entonces líder opositor al gobierno de Joe Biden, puso a través de sus representantes republicanos en el Congreso para la ayuda que Ucrania necesitaba, con niveles superiores a los logrados entonces.

En febrero último los datos de la guerra en aquella zona eran ya impactantes: casi 300.000 millones de dólares gastados por los contendientes y quienes apoyan a Ucrania; más de 150.000 vidas perdidas y más de 10 millones de personas desplazadas. A estos datos hay que sumarles las cuantiosas pérdidas en Ucrania en cuanto a infraestructura, viviendas y demás construcciones directamente afectadas por la destrucción bélica.

A estas cifras lamentables hay que sumarle el marco de incertidumbre existente en Europa, cuyos habitantes, en gran porcentaje, temen por la expansión del conflicto al no existir negociaciones firmes y seguras que determinen cuál es el límite a las apetencias expansionistas del gobierno de Putin.

Probablemente por todo ello la imagen de los dos presidentes juntos dialogando en un apartado en el Vaticano aliente la esperanza de una pronta paz.

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