La nómina de perjuicios que sufre el planeta y que contribuyen a malograr la vida humana es cada vez más extensa: cambio climático, el efecto invernadero, las cíclicas inundaciones, los incendios forestales y otras contaminaciones varias.
La contaminación lumínica es uno de los tantos problemas de contaminación actual. Es un tema global que consiste en la alteración de la oscuridad natural de la noche y se produce por la emisión excesiva de luz artificial, que puede afectar la salud humana. Recomendaciones para morigerar los efectos de esta moderna contingencia.
La nómina de perjuicios que sufre el planeta y que contribuyen a malograr la vida humana es cada vez más extensa: cambio climático, el efecto invernadero, las cíclicas inundaciones, los incendios forestales y otras contaminaciones varias.
Son problemas muy graves que muchos países tratan de solucionar, mientras otros, que pueden contribuir a las mejoras, no se ocupan con la debida determinación.
Entre los tipos de contaminaciones figuran como principales la atmosférica, la del suelo, la del agua…
En este caso, sin desconocer que existen otras muy importantes, vamos a ocuparnos de la contaminación lumínica, que es la que impide, entre otras consecuencias, ver con claridad las estrellas de noche.
No parece ser un hecho muy grave, pero lo cierto es que tiene consecuencias que conviene atender.
Es un tipo de contaminación que causan las luminarias (fuentes de luz artificial) proyectadas hacia el cielo nocturno.
Además de ser un obstáculo para la ciencia, puesto que no permite realizar bien labores de Astronomía o de Física, tiene consecuencias en la salud de las personas, en los recursos energéticos y en el estado del medio ambiente.
En nuestro medio, la doctora en Astronomía Beatriz García, investigadora del Conicet, explica en los auditorios a los que llega que para percibir este fenómeno sólo es necesario salir una noche y ver el resplandor producido por nuestras ciudades en el cielo (como una nube luminosa) o transitar por la vía pública y que nuestra visibilidad esté dificultada por el efecto de la luz emitida por instalaciones de iluminación artificial (deslumbramiento).
La investigadora agrega que es posible encontrarse con la "luz intrusa", que ocurre cuando una instalación de iluminación emite luz en direcciones que exceden el área donde es necesaria.
Un caso posible de afectación a la Astronomía se puede dar en Chile. Ocurre que en el vecino país hay un megaproyecto de producción de hidrógeno “verde”, que según los técnicos contaminará a uno de los cielos más oscuros del mundo.
Los especialistas señalan que el megaproyecto industrial de hidrógeno aportará polución y contaminación lumínica a uno de los cielos más oscuros y ricos para observar el universo.
Es el impacto que se teme cause, si finalmente se instala la planta de hidrógeno, a unos once kilómetros del observatorio astronómico Paranal, operado por la European Southern Observatory (ESO), ubicado en la comuna de Talta, región de Antofagasta.
El emprendimiento contempla plantas de producción de amoníaco e hidrógeno, un puerto y unidades de generación eléctrica que podrían ser fuente de una alta contaminación lumínica en la zona, aumentando el brillo entre 10% y 40%, un incremento en la polución que ensuciaría los lentes de los telescopios y traerá cambios en la atmósfera que afectarán directamente la visual de los mismos. Es por ello que en la comunidad científica encendieron las alarmas al verse amenazados los observatorios astronómicos Paranal y también el de Cerro Armazones, dos de los más importantes a nivel mundial.
Con prescindencia del caso de los observatorios, la recomendación de la astrónoma local es propender a un "uso racional de la energía (URE) en la instalación", lo que implica "llegar a los niveles recomendados con el menor consumo energético posible".
Para combatir este tipo de contaminación, se debe evitar mantener encendidas luces interiores y exteriores cuando no sea necesario, así como utilizar lámparas no contaminantes y, en alumbrados de seguridad, de vapor de sodio de baja presión.
Asimismo, es necesario promover en todo nivel educativo la inserción del tema de la contaminación lumínica, fomentar el desarrollo de campañas de información ciudadana, así como acciones comunitarias y de políticas públicas.