Faltan esfuerzos por la paz en Ucrania

Si bien Ucrania, valiéndose de la ayuda recibida de países occidentales, ha logrado en varias oportunidades atacar con éxito objetivos rusos, es evidente que la disparidad de fuerzas juega en favor de los propósitos de Moscú.

En medio de conflictos internacionales cada vez más preocupantes, fundamentalmente en Oriente Medio, la situación en Ucrania parece por estos tiempos librada a la suerte de los propios ucranianos.

Las fuerzas militares rusas continúan con sus periódicos ataques sobre el territorio invadido hace ya tres años y medio, como ocurrió recientemente con la utilización de 600 drones y misiles en lo que constituyó uno de los mayores bombardeos desde que comenzó dicha guerra. Si bien Ucrania, valiéndose de la ayuda recibida de países occidentales, ha logrado en varias oportunidades atacar con éxito objetivos rusos, es evidente que la disparidad de fuerzas juega en favor de los propósitos de Moscú.

Además, desde todo punto de vista debe admitirse el fuerte disgusto del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, por la concreción de este brutal ataque en momentos en que se encontraba todavía deliberando la Asamblea de las Naciones Unidas, siendo, justamente, la situación en esa región uno de los motivos de análisis y preocupación.

Es de destacar que Rusia sigue ejerciendo una especie de tutelaje en las regiones cercanas al actual escenario bélico y así mantiene en alerta a los países más cercanos. Justamente, las fuerzas militares de Polonia debieron enviar aviones de combate a su espacio aéreo, mientras se consumaba el reciente bombardeo sobre Kiev, debido a la incursión de drones rusos sobre su territorio.

Situaciones similares se produjeron previamente con la presencia de aviones de Rusia también sobre territorio polaco y de otros países de esa región. Para algunos observadores internacionales, probablemente se esté ante el inicio de una especie de “guerra fría” de las fuerzas de Putin para generar un latente clima de conflicto en gran parte de Europa.

Y en medio de todo este desorden no puede dejar de mencionarse al presidente de Estados Unidos, probablemente responsable de una postura no del todo clara por parte de su país con respecto a la acción bélica iniciada por Rusia en febrero de 2022. Donald Trump heredó una posición norteamericana, encarada por la gestión de su antecesor, Joe Biden, en la que EEUU tuvo un rol de liderazgo en cuanto al rechazo a las acciones rusas y de apoyo económico y material a Ucrania. Todo parece haber cambiado.

Luego de su último encuentro con el presidente Zelensky, Trump dijo que Ucrania se encuentra en estos momentos en condiciones de “luchar y ganar” la guerra contra Rusia, lo que constituyó un sorpresivo y radical giro en cuanto a su propia postura, ya que inicialmente había sostenido que el gobierno ucraniano debía ceder territorio en el marco de una gestión de alto el fuego con Rusia.

Mientras tanto, el territorio ucraniano sigue viéndose afectado en cuanto a su más importante infraestructura y en cada ataque por parte de Rusia aumenta la cantidad de víctimas, en muchos casos fatales.

Es doloroso observar cómo en distintas regiones del mundo se imponen las previsiones ante la posible expansión de conflictos, como actualmente Europa con respecto a Rusia. Demostrativo, tal vez, de que la negociación diplomática parece ser cosa del pasado.

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