3 de febrero de 2025 - 00:00

El desafío de impedir que se agoten los humedales

Los humedales son aliados clave en la conservación del ambiente y la biodiversidad y en lucha contra el cambio climático. En Mendoza, tenemos varios de estos reservorios de agua y tenemos que cuidarlos lo mejor posible porque algunas formaciones se han secado y otras pasan mucho tiempo sin agua.

Estamos en las jornadas previas a la celebración del Día Mundial de los Humedales, que este año dirigió la mirada a la necesaria protección de estos recursos de agua para nuestro futuro común.

El Día Mundial de los Humedales se celebra cada 2 de febrero, y en esta ocasión la fecha coincide con la 15ª Reunión de la Conferencia de las Partes Contratantes en la Convención sobre los Humedales (COP15), que se hará en julio próximo en Victoria Falls (Zimbabwe).

En Mendoza estos sistemas son muy importantes para el desarrollo de la vida y el mejoramiento del ambiente, y nos compete a todos -autoridades y público en general- contribuir a su protección.

Los humedales juegan un papel clave en el almacenamiento, absorción y limpieza de agua dulce y en la protección de las personas de los impactos climáticos extremos. En términos de ingeniería, brindan servicios similares a una infraestructura que pueden reemplazar o complementar las estructuras grises convencionales, como las instalaciones de tratamiento de agua y los embalses, a un costo mucho menor y con considerables beneficios colaterales de biodiversidad, carbono y recreación.

Frente a estas certezas, Irrigación está desarrollando un Programa de Seguimiento de la Calidad de los humedales de nuestra provincia, con el propósito establecer cómo se encuentran y qué perspectivas tienen de seguir manteniendo sus servicios.

Obviamente, algunos de estos espacios se encuentran en buena forma, como por ejemplo la majestuosa Laguna del Diamante, en San Carlos.

En cambio, no pasa lo mismo con una serie de lagunas que se encuentran entre los departamentos de Maipú y Lavalle, llamadas El Viborón, La Paloma y la Laguna de Soria.

La laguna de Soria, en el distrito Las Violetas, de Lavalle, es parte de la cadena Leyes-Tulumaya, o también conocido como "los bañados del Bermejo", presenta menor nivel de agua del que debería.

La disminución del caudal está directamente relacionada con los usos que se le dan aguas arriba, específicamente en Maipú.

También gravitan los usos que se hagan en las orillas de la laguna y todos configuran aspectos que deben armonizarse entre los distintos interesados.

Diferente es el panorama de la Laguna del Viborón, que formó parte del sistema de Guanacache. En la actualidad está formación está seca y no cumple la función de reservorio de agua dulce que tuvo durante mucho tiempo.

La situación de las lagunas, en especial las de Guanacache, el sistema más grande del área norte provincia, en el límite con San Juan, depende en cran medida de las nevadas en alta monta y por consiguiente en la generación de líquido de deshielo hacia los ríos y luego el encauzamiento de caudales hacia las zonas del secano.

El febrero del año pasado, justo hace 365 días, el agua llegó al distrito de Lagunas del Rosario, generando una enorme alegría entre los pobladores del secano lavallino, que volvieron a usufructuar los beneficios del recurso en la crianza de sus animales y los cultivos que realizan en la zona, además del retorno de la fauna avícola de esos parajes que migran al no haber líquido.

En esa parte del territorio mendocino se necesitan obras permanentes, consolidadas, de manera que cuando nuevamente se abran las compuertas del dique Potrerillos y llegue otra vez el agua, tras un larguísimo recorrido, ese manantial de vida permanezca en el área la mayor cantidad de tiempo posible y no retroceda y desaparezca como ocurre frecuentemente.

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