La economía después de las elecciones: 3 desafíos y 3 oportunidades latentes
La paz cambiaria en la economía que trajo el resultado de la elección es una oportunidad que viene con pros y contras. Lo que se espera para el nuevo periodo.
Luego de las elecciones, se abren nuevas posibilidades en la economía.
Como es cada vez más común en Argentina, la previa de las elecciones implicó un fuerte freno de la economía que no solo se estiró más de la cuenta cuando ya se encontraba previamente frenada o a la baja. En este contexto, el resultado electoral ha despejado algunas incertidumbres y marcó un rumbo claro de acá a los dos años que le restan de gobierno al presidente Javier Milei. Tal cual ha declarado el mandatario, a partir de ahora se abre una ventana de oportunidad para encarar reformas estructurales prometidas por esta gestión y sin avances hasta el momento.
El camino no está libre de obstáculos en un contexto fuertemente recesivo, consumo a la baja y salarios pisados; situación que se viene profundizando desde abril de 2025. A esto se sumó a partir de agosto la fuerte suba de tasas restringió el acceso al crédito tanto de las personas como de las empresas, principal motor de la economía. El mensaje que dejaron las urnas es, entre otros, que parte de la ciudadanía está dispuesta a soportar un mayor sacrificio y ajuste a cambio de una inflación más estable y la promesa de mejora futura.
La tarea hacia adelante no parece sencilla e implica la profundización de muchos de los cambios que comenzaron y que tienen que ver con el ajuste y las jubilaciones estabilizadas. Es que mientras el Gobierno ha prometido superávit fiscal a cualquier costo también deberá negociar con los gobernadores (acordar fondos) para poder darle aire a la alicaída microeconomía. En palabras de muchos empresarios de Mendoza, el triunfo oficialista no implica un cheque en blanco sino una apuesta por lo diferente. Tal vez desde la Unión Industrial Argentina (UIA) hayan sintetizado el sentir general del sector privado.
A través de un comunicado, la UIA expresó que el resultado electoral reflejó un amplio respaldo de la sociedad al presidente Javier Milei y la necesidad de fortalecer la estabilidad económica y la baja de la inflación. En representación del sector productivo, la entidad reafirmó la voluntad de impulsar la agenda de competitividad a fin de que la industria pueda competir con el resto del mundo en igualdad de condiciones. “Esta agenda está encabezada por la modernización laboral y la reforma tributaria”, señalaron desde la UIA.
Sin embargo, como lo ha hecho en otras oportunidades, desde la Unión Industrial reiteraron su preocupación por el nivel de las tasas de interés, que desalienta la industria y limita el financiamiento. “Esta variable resulta clave para la actividad productiva y por ello es prioritaria en su resolución”, reclamaron. También se esperanzaron en que la confianza en que un clima de negocios renovado dé paso a una mejora en las condiciones para fomentar el crédito al consumo y a la producción bajar el costo del capital de trabajo.
Sin Vale, la metalmecánica reduce empleados y busca nuevos destinos
“El desafío es grande, pero también la oportunidad”, destacó el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini. El empresario expresó que hacia adelante será importante el diálogo, la cooperación y una agenda común entre el sector público y el privado para construir una “Argentina industrial, moderna y competitiva”.
En línea, desde AmCham Argentina expresaron que a partir de las elecciones del domingo 26 surge una nueva oportunidad para avanzar hacia las transformaciones estructurales que Argentina necesita. “Alcanzar la estabilidad macroeconómica y la desregulación han sido un gran logro de los primeros dos años de la administración del presidente Milei. Sin embargo, el país necesita mejorar su competitividad, modernizar su infraestructura, simplificar su sistema tributario, adecuar las normas sobre las relaciones laborales modernas e impulsar la formalidad laboral y fiscal”, detalló AmCham a través de un comunicado.
Este organismo se hizo eco de otras voces al expresar que resulta esencial conformar un marco normativo que brinde previsibilidad, fomente la inversión y genere las condiciones necesarias para que las empresas puedan producir, innovar y generar empleos de calidad. El ejercicio del diálogo y la búsqueda de acuerdos, entre todos los actores y en particular entre los poderes ejecutivo y legislativo, permitirán instrumentar las reformas que impulsen un entorno de negocios hacia el desarrollo sostenible.
Oportunidad 1: Alivio en el mercado cambiario
Los economistas Jorge Day, Nicolás Aroma y José Vargas valoraron el efecto inmediato del resultado electoral que ha reducido la incertidumbre económica en un país intrínsecamente incierto que ha convivido con ochenta años de inflación crónica. Esto implica una menor volatilidad del dólar, situación que suma intranquilidad a los mercados y las personas en general. “Cualquier ancla de certidumbre es un punto importante”, destacó Jorge Day, economista del Ieral de la Fundación Mediterránea.
Para Nicolás Aroma, economista del Centro de Economía y Finanzas de Mendoza, la economía en recesión fue mejor valorada que la idea de cambiar de fuerza política. Como oportunidad, señaló que al despejarse el frente financiero y las presiones cambiarias, las expectativas serán más calmas al menos por algunos meses. El respiro en el ámbito cambiario y financiero casi inmediato debería extenderse por algunos meses aunque no está claro hasta cuándo.
Con los bonos argentinos al alza y el Riesgo País a la baja, el dólar también se tranquilizó aunque luego del lunes se vio una suba por encima de la banda de los $1.400 y por momentos llegó a los $1.500. Para Aroma, entre los principales beneficios está que el país se acerque a nuevas posibilidades de financiamiento externo privado así como al apoyo de organismos internacionales. Se abre la oportunidad del crédito en un contexto en que el financiamiento se ve como uno de los principales motores (o el principal) a partir de los cuales la economía podría volver a la senda del crecimiento ya que no se ven otras por el momento.
Desafío 1. Engrosar las reservas y no aplicar el swap
El economista de la consultora Evaluecon, José Vargas, destacó que la oportunidad que trae la calma cambiaria podría durar poco si no se rellenan los huecos por donde se fugan los dólares. “Hay que ver si el Banco Central de la República Argentina (BCRA) amplía las bandas o sigue interviniendo en el mercado”, apuntó Vargas. En este contexto, el principal desafío será profundizar el plan económico para que en el mediano plazo la economía logre despegar.
Dólar cripto, exchanges de criptomonedas
web
Para Vargas, el Gobierno deberá ver cómo aprovechar la actual calma cambiaria para engrosar las reservas y no tener que activar el swap con Estados Unidos. Casi desde la primera semana de septiembre, cuando se celebraron las elecciones bonaerenses, la participación del Tesoro de ese país ha sido clave para evitar una suba del dólar y una mayor fuga de capitales. “Es una tarea muy compleja, pero tiene q favor el aval de la ciudadanía y un futuro congreso más afín”, señaló Vargas.
Oportunidad 2. Las reformas y la simplificación tributaria
Otro frente de oportunidad relativa es la agenda de reformas ente las que se destacan la laboral y la fiscal. Se trata de cambios largamente pedidos por los empresarios que aseguran que la baja de estos costos contribuirá a equiparar la cancha con los países competidores. En esta línea, Vargas anticipó que el Gobierno avanzará en las modificaciones de esas leyes. No será una pelea sencilla más allá de los nuevos apoyos del oficialismo y habrá que ver qué sucede en los hechos.
El economista Nicolás Aroma advirtió que es probable que la reforma tributaria se centre más en simplificar la estructura impositiva que en bajar los impuestos de hecho. “Si el Gobierno pretende continuar con el superávit fiscal no podrá hacer muchos cambios en este sentido”, destacó Aroma. En este marco, hacer más sencillo el pago de impuestos es una ganancia para todos ya que el exceso de burocracia es un costo que se paga alto en las empresas y esto podría mejorar u ordenar la recaudación.
Esta oportunidad reformista podría ser una piedra en el zapato para el Gobierno que deberá encontrar otras maneras de reactivas la economía y de negociar con los gobernadores. Dentro el esquema actual, las jubilaciones seguirán por detrás de la inflación y habrá que ver si los cambios laborales no atentan más contra un salario contraído.
Desafío 2: La transición o el “mientras tanto”
La calma financiera lograda en el ámbito cambiario y la reafirmación del plan económico solo representa el inicio de un camino que se vislumbra arduo. El grueso de los desafíos se concentra ahora en la economía real, en la gestión del costo social del ajuste y en la necesidad de transformar un statu quo empresarial acostumbrado a dinámicas inflacionarias. El escenario está plagado de dificultades y una de ellas tiene que ver con el modo de lograr que el orden macroeconómico se refleje en la microeconomía. Es decir, en una mejora de la actividad, el empleo y la inversión más allá de los sectores energético, minero y agropampeano.
Si bien los esfuerzos por controlar las variables nominales han dado frutos, la actividad económica, el consumo y el turismo aún no muestran signos claros de repunte. Nicolás Aroma no vislumbró ningún tipo de cambio drástico en la economía real en el futuro inmediato, y de hecho, expresó que no se espera un boom de ventas en el mediano plazo. De este modo, las empresas deberán ver cómo afrontan los tiempos que vienen.
Cada vez mas se observan locales en alquiler y comercios cerrados que funcionaban hasta hace poco tiempo. Foto: Claudio Gutiérrez / Los Andes
Para Jorge Day, en tanto, uno de los desafíos fundamentales del Gobierno es la fase de transición que se perfila como un punto crucial por su duración y costos posibles para la actividad en general. Desde su punto de vista, la transición de una economía inflacionaria y cerrada a otra sin precios que se disparan y más abierta, será el principal punto a resolver hacia adelante. En un contexto en que el consumo no será impulsado desde el Estado, muchas empresas deberán terminar de adaptarse a nuevas reglas de juego y el tiempo entre el punto actual y una posible reestructuración es una gran dificultad en ciernes.
En la actualidad, los sectores más estancados son los industriales y los comerciales incluido el turismo. Los primeros porque con un dólar barato hacia afuera seguirán caros en esta moneda y tendrán que repensar sus modos de competir. El economista del Ieral expresó que las industrias tecnológica y de indumentaria se encuentran entre las más vulnerables a la apertura de la economía. “Si el panorama de desinflación y estabilidad cambiaria se mantiene, inevitablemente estos pueden ser algunos perdedores en esta transición”, expresó el economista Jorge Day.
Desde AmCham Argentina expresaron que los procesos de cambio requieren equilibrio. Por este motivo, opinaron que junto con la remoción de las barreras regulatorias y la creación de un entorno de crecimiento, el Estado debe acompañar con políticas de transición que protejan la empleabilidad y contengan el impacto en los sectores más vulnerables y la clase media, durante los próximos dos años.
Oportunidad 3: Tratados de libre comercio
Un reclamo de los empresarios e industriales tiene que ver con la diferencia de velocidad entre la apertura de importaciones y la baja del costo argentino. En este sentido, los sectores productivos como la vitivinicultura se han quedado a la espera de la concreción de tratados de libre comercio. Sería una manera de mejorar las exportaciones en medio de un alicaído mercado interno y de un costo argentino que seguirá alto al menos por un tiempo.
Las exportaciones de las pymes crecieron casi uno 18% en 2024. Imagen ilustrativa.
En este sentido, tanto Jorge Day del Ieral como Nicolás Aroma del Centro de Finanzas coincidieron en que los tratados o la reducción de aranceles es algo que podría darse, pero que tomará tiempo. Por un lado, el mundo está convulsionado por los cambios proteccionistas de Donald Trump y la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Por el otro, la apertura importadora ya es alta por lo que hay que ver cómo se negocia el ingreso de productor a otros países. “Hay que ver qué se da a cambio y no son negociaciones sencillas”, sostuvo Day.
Desafío 3: Le importancia del crédito
Hacia adelante, el desafío de la política económica no es solo bajar los costos al sector privado, sino, fundamentalmente, asistir y permitir que la transición estructural sea lo más llevadera posible para aquellos negocios cuyo modelo ha quedado “obsoleto”. Así, mientras el sector privado debe sobrevivir a lo que viene luego de dos años de fuertes golpes, un punto clave será la aparición del crédito y la baja de tasas.
Las inversiones del RIGI –todas grandes pero con tiempos largos de desarrollo- será un paso importante. Sin embargo, los sectores que no están alcanzados por este beneficio estarán muy complicados los próximos meses. En este marco, el problema acuciante que debe resolver la política económica es la baja de tasas que hoy hacen imposible el crédito y que ha puesto contra las cuerdas a muchas pymes argentinas. Es porque tampoco pueden refinanciarse y hoy las tasas superan el 60% con una inflación estimada en el 30%.
Esta situación no solo impactó de lleno en el consumo y lo llevó a seguir por el piso sino que también atenta contra el capital de trabajo de las empresas. En este contexto, las pymes se ven impedidas de invertir en crecimiento, modernización o nuevos proyectos, lo que constituye un freno explícito a la reactivación. La normalización de la tasa en pesos es uno de los motores potenciales para reactivar la economía, y la expectativa es que esto suceda y se transforme en oportunidad.
En este sentido, desde Amcham Argentina expresaron que es dar certezas permitirá que el riesgo país caiga de manera sostenida. De este modo, agregaron, tanto nuestro país como las empresas podrán retomar la posibilidad de acceder al mercado internacional del crédito.