En el plan “motosierra” del gobierno nacional encabezado por Javier Milei, que prevé el cierre de oficinas, secretarías, ministerios e institutos considerados inútiles o generadores de impuestos, está en la mira el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCBA). El objetivo original de este organismo es promover el consumo de carne y la exportación en diversos países. Con la excusa de hablar de ese posible cierre, en el programa Hermosos caos, de Aconcagua Radio, dialogaron con José Rizzo, presidente de la Cámara de Abastecedores de Mendoza. La charla sirvió también para conocer, desde su perspectiva, cómo se mueve actualmente el consumo de carne vacuna entre los mendocinos.
—En el plan “motosierra” del gobierno nacional se habla de que podría aplicarse a un organismo puntual que controla el precio de la carne. Estamos hablando del Instituto de Promoción de la carne Vacuna, ¿qué saben ustedes?
—Se trata del IPCBA, claro, que es un instituto que se dedica a promover la carne vacuna en distintos países, y para poderse generar recurso nos cobran un monto que es de 375 pesos por animal. Estaba viendo que, realmente si a eso lo llevás a nivel país y a la faena, es un montón de dinero. Pero si lo querés trasladar a costo, realmente no impacta en nada. Entonces, por lo menos en nuestra provincia, el monto no es significativo como para que impacte en el costo. Son 375 pesos por animal, para un animal que pesa 400. Para nosotros, si bien apoyamos la medida (porque todo lo que sea baja de impuestos o costos generados por organismos innecesarios lo apoyamos), en este caso no es que afectara el precio de la carne.
—Ya que hablamos de costos, ¿cómo están con ese tema? ¿Se sigue vendiendo carne, estamos un poco en standby? La semana pasada surgió esa duda: ¿cada cuánto comemos asado los mendocinos? ¿Una vez al mes, dos veces al mes?
—La media res está compuesta por un cuarto trasero y un cuarto delantero y lamentablemente, o felizmente, hay que vender todo. Entonces, se atrasa el asado durante la semana, pero siempre el fin de semana la venta mejora. Ahora, después del primero de mayo, estamos con un excedente de blanda o pierna, que todavía no lo podemos recuperar porque se ha vendido mucho asado. Estamos en un mercado que está recesivo, en el que lamentablemente cada vez la carne cuesta más sacarla. Hay que vivir con ofertas permanentes. Pero también hay un cambio de hábito, que se está reflejando, que es el consumo de cerdo (que ha bajado mucho debido a la importación que hemos tenido vía Brasil) y el pollo (que también que ha tenido otro retroceso). Eso hace que la carne esté con un valor muy superior a las otras carnes alternativas.
—¿Y esto se da desde hace mucho?
—Se va incrementando plaulatinamente. Si una costeleta vacuna y vale entre los 10 y 12.000 pesos y una costeleta de cerdo vale entre los 6 y 7.000 pesos, es lógico que la gente, cuando ve esa diferencia, elija el cerdo. Entonces, un kilo de vacío de cerdo o 1 kilo de punta espalda de cerdo está entre los 7 y 8 000 pesos y 1 kilo vacío vacuno, punta espalda vacuno, está entre los 13 o 14.000 pesos. La gente no es que deja de comer la carne vacuna, sino que, a la hora de hacer la parrilla, pone un poco de cerdo y pone mucho menos carne vacuna.
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