En medio de una coyuntura marcada por la incertidumbre política y económica, el mercado inmobiliario transita una etapa de pausa y expectativa. Los actores del sector siguen de cerca las definiciones que puedan surgir en los próximos meses, con la esperanza de que lleguen políticas claras y sostenidas que apunten a normalizar la situación del país.
El director de Puebla Inmobiliaria, Óscar Puebla, explicó que “persiste la expectativa en torno a la continuidad de políticas que aporten previsibilidad y estabilidad”. No obstante, aclaró que “las operaciones avanzan, aunque a un ritmo más lento. Hay interés, pero también mucha cautela. El mercado entró en una pausa forzada por la coyuntura política y económica nacional”.
Según el broker, esta situación genera un escenario dual ya que por un lado, la falta de definiciones frena decisiones de compra y venta; pero, por otro, los valores actuales y las oportunidades disponibles siguen despertando el interés de quienes buscan proteger su capital.
El ladrillo: una opción que no pasa de moda
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Incertidumbre política y económica: por qué el ladrillo sigue siendo una apuesta segura.
Andrés Alaniz.
De cara a lo que resta del año, Puebla evaluó que el ladrillo continúa siendo una de las alternativas más sólidas de inversión, sobre todo en contextos volátiles. “Las propiedades todavía están por debajo de los valores máximos registrados en 2018. Eso significa que hay margen de crecimiento y que la compra de inmuebles sigue siendo una opción segura frente a la inestabilidad de bonos o acciones”, subrayó.
A esta ecuación se suma un dato al cual calificó como "alentador". Dijo que los alquileres hoy generan una renta positiva, algo que durante mucho tiempo estuvo en duda.
“Esto le devuelve atractivo al mercado locativo y representa un incentivo adicional para quienes buscan resguardo y rentabilidad a mediano plazo”, sostuvo Puebla.
Mientras tanto, el sector observa con atención los próximos movimientos del escenario político y económico. La expectativa general es que, con reglas claras y medidas que estimulen el crédito y la inversión, el mercado inmobiliario pueda recuperar un ritmo más dinámico y sostenido.
"En un contexto de cambios permanentes, el ladrillo sigue siendo sinónimo de refugio, estabilidad y valor a futuro", concluyó.
Por otra parte, tras el endurecimiento de los créditos hipotecarios, los desarrolladores apuestan por ofrecer financiamiento directo a sus clientes: cuotas en dólares fijas, sin interés, y alternativas pensadas para resguardar el valor en un mercado donde las reglas cambian todo el tiempo.
Para los desarrolladores: una política económica de Estado
Pablo Barrera, team leader y gerente comercial de Alto Grande Desarrollos y M&M Propiedades dijo que frente a este escenario "muchas desarrolladoras ofrecen como alternativa el financiamiento directo para los inversores".
"Confiamos en que las tasas vuelvan a bajar y que se reactive el crédito hipotecario. Ese motor no sólo impulsa las ventas; también facilita que quienes venden una propiedad reinviertan, ya sea en una nueva unidad o en un resguardo de valor", indicó Barrera.
Posteriormente con relación a este tema indicó: "En un escenario de inflación global en dólares, tener liquidez no alcanza. Lo que protege al inversor es contar con activos reales. En ese sentido, el metro cuadrado sigue siendo el instrumento más sólido. Frente a la volatilidad de bonos y acciones, que suben o bajan al ritmo de cada noticia, el ladrillo mantiene su valor y, en general, se revaloriza".
Y concluyó: "El inmueble no solo conserva capital, sino que ofrece usos múltiples. Un departamento puede venderse, alquilarse, habitarse o destinarse a distintas funciones. En definitiva, brinda seguridad y tangibilidad. Es un activo que está, que se ve y que siempre ofrece una alternativa”.
Adaptarse a los tiempos que corren
Por su parte, el CEO del Grupo Branson, Hugo Koifman, consideró que los últimos meses han sido positivos, dado que “la inflación más baja nos ha permitido un día a día más previsible y más normal en la negociación de contratos y ventas”.
Respecto de la coyuntura económica y social, reconoció que “siempre hay momentos de mayor incertidumbre, que pueden traer un poco de pesimismo o desconcierto en la actividad”, aunque remarcó: “Ha sido un buen año y creemos que va a ser un excelente año para este sector, que seguirá creciendo, generando trabajo y oportunidades para todos”.
También puso el foco en los créditos hipotecarios, a los que definió como “un tema central para toda la sociedad”. Al respecto, explicó que “se está desarrollando, aunque se vio limitado por la tasa de interés, y ojalá vuelva con más fuerza para poder generar viviendas, que es lo que uno trata de hacer”.
En cuanto a los costos, Koifman señaló: “Uno siempre aspira a que bajen, pero lo cierto es que son altos y hay que adaptarse a la realidad. En los últimos meses se observó cierta disminución, sobre todo en materiales, porque ingresó más producto importado y eso obligó a la industria local a ajustar precios”.
Por último, sostuvo que “tanto la demanda como el costo empujan a subir los valores, hasta donde el mercado puede soportarlo”. Y concluyó: “Lo positivo de esta coyuntura es que, con una inflación más razonable, se facilita la contratación y la negociación, que antes estaban muy condicionadas por los ajustes permanentes”.