—Más de 50 nuevos empleos, entre recepción, housekeeping, mantenimiento, restaurante, seguridad. La estructura ya existente —gerencia, marketing— va a operar también el hotel, pero el resto del personal es nuevo. Y después sumamos tareas específicas vinculadas a las reservas online, con plataformas como Booking, Despegar, Expedia, que requieren seguimiento personalizado. En total, vamos a estar cerca de los 60 puestos directos.
—¿Qué te impulsó a apostar por el Este?
Creo que hay que animarse a proyectar cosas que otros no se animaron. Durante 20 años funcionó un anexo de juego en pleno centro de San Martín que no invirtió absolutamente nada, ni siquiera compró una cochera. Lo repito en cada inauguración porque me parece clave: nosotros llegamos con un proyecto pensado para crecer.
Si hoy me preguntás dónde invertiría dentro de la provincia, elijo el Este sin dudar. Hasta que el mercado diga lo contrario, vamos a seguir apostando ahí. Cada vez que montamos un local, hay diez interesados esperando entrar. Eso te marca una oportunidad clara.
El Este necesita infraestructura pensada con criterio: estacionamiento cómodo, seguridad, una estética cuidada. Además, hay algo que valoramos muchísimo de este proceso: el 95% de la mano de obra que empleamos es local.
También impulsamos capacitaciones permanentes, y eso nos permitió algo muy valioso: que trabajadores del Este hoy estén yendo a la ciudad a desempeñarse en hotelería, construcción y comercio. Nos encontramos con gente capaz, con ganas de crecer, que queremos seguir recuperando para nuestros proyectos.
—Mirando esta primera parte completa, ¿qué aprendiste de esta zona?
—Que está ávida de renovación. El Este mendocino necesita una actualización comercial, conceptual. El público demanda mejores servicios, buen diseño, estacionamiento cómodo y seguro. También valora mucho las marcas locales que apuestan a algo distinto. La clínica modelo que hoy funciona en el Tótem podría haber llegado antes, pero nadie se animaba. La circulación de gente en tan poco tiempo nos confirma que hay mucho por hacer. El Este todavía necesita más espacios comerciales bien pensados.
Hay margen para crecer, y la respuesta de la gente es impresionante. Cuando abrimos un local, hay diez más esperando entrar. Eso te habla de una demanda no satisfecha. Pero también hay un compromiso nuestro con el territorio: usamos un 95% de mano de obra local, capacitamos gente permanentemente, y estamos logrando que trabajadores del Este también se integren a proyectos de la Ciudad. Hay un crecimiento interno real. Y eso, para mí, vale más que cualquier cifra.
Flavio Kristich en el nuevo hotel Totem en San Martín.
Flavio Kristich en el nuevo hotel Totem en San Martín.
—¿Qué proyectás para la siguiente etapa en el strip center?
—Vamos a seguir sumando locales comerciales, con una fuerte orientación gastronómica. Ya tenemos una clínica que moviliza más de 1.500 personas por día y un gimnasio con otras 500 o 600 personas. La gastronomía fue lo que mejor funcionó en esta primera etapa, y vamos a potenciarlo. Además, estamos trabajando en el desarrollo de nuevos espacios habitacionales.
—¿Qué tipo de viviendas estás pensando?
—Vamos con residencias permanentes, departamentos. No un barrio privado. Ya sondeamos ese modelo y no nos cierra para esta zona. El Este tiene otros desarrolladores, precios ya establecidos, es difícil competir ahí. Pero sí vemos un enorme potencial en la vivienda multifamiliar, sobre todo ahora que reapareció el crédito hipotecario.
—¿Qué tipo de crédito estás viendo hoy como clave para reactivar?
—El crédito UVA fue y sigue siendo la mejor herramienta que tuvo el mercado inmobiliario en la última década. Los que lo tomaron son los grandes ganadores: los inmuebles subieron en dólares y el crédito se mantuvo en pesos. Hoy Banco Nación está ofreciendo líneas nuevas, por ejemplo, créditos de 100 millones de pesos a 30 años, con cuotas de 480.000 pesos mensuales. Es un sistema que permite el acceso real a la vivienda, especialmente a sectores medios.
—¿Cómo ves el sector de la construcción para los próximos seis meses?
—Creo que estamos en uno de los mejores momentos de la industria de la construcción de los últimos años. El que no compra hoy es porque no quiere, no porque no pueda. Se están alineando los factores: crédito accesible, valores competitivos y una demanda contenida que empieza a movilizarse. Nosotros seguimos apostando fuerte.
—¿Los costos en dólares no son un problema?
—Obvio que se mueven, pero no son determinantes. Muchos componentes siguen en pesos, y cuando el dólar sube, se ajustan para abajo. No son un freno para los que estamos acostumbrados a hacer desarrollo. Siempre hay vaivenes, pero hay que mirar el mediano plazo.
—¿Qué otros proyectos tenés en marcha?
—Estamos construyendo un nuevo strip center en Guaymallén, sobre el terreno lindero a Carrefour. Compartimos estacionamiento con ellos, techado y abierto. Van a ser más de 40 locales, con marcas como Central de Bebidas, La Popular, Patagonia, Banco Macro, Mesura, Graziotin, Suri, y heladerías y cafeterías como Paracelso, que va a abrir otra sucursal.
—¿Cuándo tienen pensado inaugurarlo?
—La intención es abrir a fin de año. Ya está avanzada la obra, en dos meses vamos a tener el techado. Es nuestro cuarto strip center en la provincia y uno de los más ambiciosos.
—¿Están desarrollando en otras provincias o países?
—Sí, en noviembre abrimos nuestro primer strip center en Chile, en Quillota. Es un lugar estratégico, sobre la autopista Troncal Norte, entre Viña del Mar y Santiago. Estamos al lado de un McDonald’s, enfrente de un Jumbo y un Easy, y con marcas como AliStore y Alvi (segunda marca de Unimarc). Son ocho locales de primera necesidad.
—¿Y en Mendoza, qué más?
—Estamos trabajando en dos desarrollos habitacionales de alta gama. Uno sobre calle Emilio Civit, con 89 departamentos, a metros del Portón del Parque. Es un proyecto ABC1+, de lujo. Y otro en la esquina de San Martín, San Lorenzo y 9 de Julio, donde vamos a construir dos torres: una corporativa, con pisos completos para oficinas y empresas tecnológicas, y otra de residencia permanente, frente a Plaza España. Todos con zócalos comerciales sobre las tres calles.
—Ese último proyecto tiene viviendas más accesibles...
—Sí, volvimos a entrar al mercado de clase media, con unidades por debajo de los 150.000 dólares. Creemos que es el segmento que más necesita soluciones reales, y hoy el contexto lo permite. Con las líneas de crédito que mencioné antes, este tipo de vivienda vuelve a ser posible.