La provincia, precisa, cobra al tomador del crédito $437.500, de manera que lo encarece un 14,58%. Esto, con el 21% de Nación hace que ese préstamo aumente un 35,58%. Y resalta que lo llamativo de todo esto es que ese dinero es utilizado para comprar o pagar, y los productos o servicios ya vienen con Ingresos Brutos e IVA.
Pagano planteó que se trata de un nivel de confiscación muy alto, al tiempo que destacó que la provincia de Córdoba llega, entre varios conceptos, a una alícuota de 9,5% para el sector financiero y Neuquén, del 9%. Asimismo, subrayó que en los ’90 no se aplicaban Ingresos Brutos sobre los préstamos.
También advirtió que este impuesto provincial sobre la actividad financiera aplica a la totalidad de las personas, incluidos quienes no usan tarjeta de crédito o toman un crédito. Es que todo costo de producción se traslada al consumidor.
Beneficio para el consumidor
El también directivo del Consejo Empresario Mendocino explicó que los márgenes de las empresas se van ajustando siempre por competencia y, en ámbitos de estabilidad, la existencia clara de precios relativos permite al consumidor elegir. Eso obliga al empresario, sea del rubro que sea, a “afinar lo máximo el lápiz”, ya que todo costo que se logra ajustar le permite bajar el precio y le otorga una ventaja competitiva con respecto a su competencia; lo que beneficia al comprador.
Una vez que el lápiz de las empresas está afinado al máximo, continuó, igualmente existen diferencias de precio, por procesos de producción, calidades diferenciales, publicidad más costosa y otros factores. “Si la carga tributaria pasa del 7% al 3% eso se va directamente al precio porque es la forma de seguir siendo competitivo. En la góndola se ve qué empresa lo usa y las otras quedan fuera de mercado”, planteó.
Pagano evaluó que Mendoza tiene sus cuentas ordenadas, por lo que debería “desmarcarse fuertemente del resto, marcando el ritmo y atrayendo actividad económica con fuerza. Si una tasa baja del 7% al 4%, muchas empresas van a aplicar toda su creatividad para poder aprovecharlo. Y lo mismo pasa con Sellos y tasas municipales”. Añadió que lo fundamental es que sea muy bien comunicado para que las empresas lo aprovechen y busquen instalarse en las jurisdicciones que brindan estos incentivos.
Pero para poder implementar esta baja sin caer en un déficit, señaló que tanto el Estado provincial como los municipios deben ajustar sus gastos: reducir la planta de empleados públicos y gastar sólo en lo imprescindible. “Esta misma provincia hace 20 años se manejaba con un 2,7% de Ingresos Brutos, aproximadamente. Los servicios son más o menos iguales, sino en algunos casos peores. Y en ese entonces se recibía mucho menos dinero de Nación”, lanzó.
Cambio de cultura tributaria
El especialista en planificación tributaria, Mario Comellas, comentó que bajar las alícuotas de Ingresos Brutos puede tener un efecto virtuoso, que es mostrarle al contribuyente evasor que es menos costoso estar al día -ya que uno de los motivos de la evasión es la alta carga impositiva-, con lo que también se impacta en el contribuyente cumplidor.
De esta manera, se genera un trabajo de cultura tributaria. Además, se incrementa la recaudación, porque aumenta la base -facturación bruta- sobre la que se aplica el impuesto, aunque se reduzca la alícuota. Y se necesita menos personal para controlar a los evasores (menor gasto público).
Por otra parte, el que no registra el 100% de sus ventas no sólo paga menos Ingresos Brutos, sino también IVA y Ganancias, que, si bien son nacionales, son coparticipables, con lo que la disminución de la evasión también implicaría, de modo indirecto, un aumento en la recaudación del Estado mendocino.
Pero resaltó que lo fundamental es cuidar el gasto, haciéndolo eficiente, aunque sin afectar los servicios públicos al ciudadano. Esto, indicó, no sólo se refiere a la planta de personal, sino a todas las erogaciones. Para ilustrarlo, indicó que la colocación de paneles solares en las escuelas, si bien demanda una inversión inicial -que se puede financiar con un crédito de un organismo multilateral- genera un ahorro importante en el costo de la energía.
“Competir” con otras provincias
Comellas, quien también es coordinador en la Mesa de la Producción y el Empleo, y de equipos técnicos de la UIM (Unión Industrial de Mendoza), sumó que reducir las alícuotas de Ingresos Brutos de determinadas actividades, para que queden por debajo de las de otras provincias vecinas, puede ser un atractivo para que estos sectores se desarrollan en Mendoza.
En la misma línea, consideró que se podrían reducir los impuestos patrimoniales a las empresas. La ubicación de Mendoza, si se bajara el Automotor, podría atraer a compañías de logística, que verían conveniente radicar los vehículos en la provincia. De esta manera, habría ingresos por las tasas del registro y por una mayor recaudación del impuesto. Incluso, si decidieran asentarse en suelo mendocino y construir o ampliar una edificación existente, también podría impactar en el Inmobiliario.
Saldos a favor
Otra preocupación de los empresarios mendocinos se vincula con los saldos a favor que se generan por dos instrumentos en las provincias: el Sistema Web de Agentes de Retención y Percepción de Impuestos (Sarepe) y el Sircreb (Sistema de Recaudación y Control de Acreditaciones Bancarias), que se aplica a todas las acreditaciones bancarias.
Comellas consideró que este sistema debería ser eliminado gradualmente (para no afectar la recaudación provincial, que de esta manera está asegurada), porque es distorsivo y muchos contribuyentes tienen saldos a favor, para los que no está previsto un mecanismo de devolución. Añadió que Nación ya suspendió los sistemas de retención de IVA y Ganancias, por lo que la provincia podría seguir esa línea.
Impuestos y PBG
El economista Nicolás Aroma indicó que lo primero que hay que mirar, cuando se analiza la cuestión impositiva, es cómo está conformada la recaudación provincial. En este sentido, Mendoza tenía un 50% de recursos propios y un 50% provenientes de Nación, pero se fue transformando en el 40% y 60%, respectivamente, de la actualidad.
Por otra parte, al observar cómo está compuesta la “torta” de recursos provinciales, el primer impuesto en importancia es Ingresos Brutos. Según los datos de ATM (Administración Tributaria Mendoza), el 80% de la recaudación de 2024 correspondió a este impuesto, mientras que el 20% restante se repartió entre Sellos, Inmobiliario, Automotor e Ingresos varios.
E Ingresos Brutos, añadió, es distorsivo, porque se va a aplicando en todas las etapas de la cadena productiva. Pero, al mismo tiempo, resulta muy difícil de reemplazar, porque es el principal en términos de recaudación.
De todos modos, planteó que, cuando se han bajado las alícuotas en la provincia, no ha sucedido lo que se suele decir que se producirá, que es un aumento de la inversión. De hecho, la reducción impositiva se ha visto acompañada de caída de PBI, bajas tasas de inversión y pobre creación de empleo. Por eso, consideró que es importante que cualquier baja de Ingresos Brutos se asocie a una contraprestación, como la generación de trabajo.
El director del Centro de Economía y Finanzas (CEFI) expresó que el segundo ingreso para la provincia son los intereses por capital, que están mencionados en el presupuesto como Otros recursos no tributarios, pero no transparentados. Acotó que este ítem duplica el monto del Inmobiliario, el Automotor y Sellos en conjunto. Se trata de rentas por dinero proveniente del superávit acumulado y, probablemente, de los fondos de Portezuelo, ya que aún no se ha invertido la cifra que supera el millón de dólares.
Simplificar el sistema
Volviendo a la reducción de la carga impositiva, señaló que hay discusión, porque los empresarios quieren eliminar Ingresos Brutos -y en otras provincias se está proponiendo implementar un tributo como si fuera un IVA, que sólo se aplica sobre la diferencia entre lo que se compra y se vende-, los sectores que tienen patrimonio importante piden que se quite Bienes Personales; y los trabajadores demandan no pagar Ganancias por su renta.
Aroma opinó que esto tendrá que debatirse, aunque hay un acuerdo en la necesidad de simplificar el sistema tributario, para que no se acumulen cargas nacionales, provinciales y municipales.
El Iaraf (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) presentó, a fines del año pasado, el Vademécum tributario argentino de personas humanas 2024, que muestra cuántos tributos (impuestos, tasas y contribuciones) puede llegar a pagar un argentino al año.
El estudio muestra tres casos, según nivel de ingresos y de consumo. El perfil 2, intermedio, paga 37 tributos -16 nacionales, 7 provinciales y 14 municipales- por el consumo de alimentos y bebidas, tarifas de servicios públicos, celular, internet, plataformas de streaming, propiedad del auto, propiedad de la casa, combustible, seguro de auto y casa, actividades de recreación (recitales y cine), compra de dólar oficial para ahorro y compra de productos electrónicos.
La organización también ha identificado la presencia de 155 diferentes tributos a nivel de los gobiernos nacional, provincial y municipal, y resaltado que los diez que más recaudan aportan el 92% de la recaudación consolidada del país.
Competitividad del sector productivo
Diego Stortini, vicepresidente de Producción de la FEM (Federación Económica de Mendoza), señaló que la reducción de la carga impositiva en Mendoza debe estar en el centro del debate, si se quiere mantener la competitividad del sector productivo. “No podemos dejar de insistir en que la baja de impuestos es clave, pero entendiendo el contexto actual, también hay que buscar alternativas que permitan aliviar a las empresas sin desfinanciar al Estado provincial”, resaltó.
Consideró que Mendoza debe revisar tributos como Ingresos Brutos, impuesto a los Sellos y la tasa estadística en el sector primario, que generan un costo en cascada e impactan en esa competitividad. “¿Sigue teniendo sentido la tasa estadística aplicada al sector vitivinícola? Es momento de evaluar qué gravámenes son realmente necesarios”, lanzó.
Añadió que el crédito en la provincia sigue atado a la banca pública, con poco margen para que el financiamiento fluya desde el sector privado, lo que limita las posibilidades de innovación y crecimiento empresarial.
Stortini también indicó que la inversión en infraestructura logística y digital es clave para que Mendoza pueda competir en un mundo globalizado. “No basta con participar en ferias internacionales; debemos garantizar costos logísticos eficientes para exportar, porque Mendoza no está ‘a mano’ geográficamente. Sin rutas, trenes y conexiones eficientes, cualquier estrategia de apertura comercial queda a medias”, analizó.
Asimismo, mencionó algunas reformas nacionales que podrían contribuir a mejorar el clima de negocios, como la reforma laboral, para reducir la litigiosidad y promover el empleo formal; la simplificación impositiva, para evitar la superposición de cargas fiscales; y tratados de libre comercio, para ampliar los mercados y potenciar las exportaciones.