Siempre Messi. Siempre. El 10 de la Selección Argentina fabricó una falta en la puerta del área, el estadio gritó por él, sabiendo lo que vendría, y el 10 no defraudó. Nunca lo hace. La acomodó y la clavó contra el palo. Gol. Golazo, en un momento clave. Impresionante.
Fue el 2-1 de Inter Miami vs. Porto por el Mundial de Clubes, para dar vuelta una historia que había empezado mal.
Al momento que Messi cayó en el césped, justo en la medialuna del área, la gente coreó por él. Es que el argentino la armó, la buscó y se hizo cargo. Acomodó la pelota, miró al arquero Cláudio Ramos y ejecutó. Gol para ver mil veces. La pelota tocó la parte del costado de la red, pero desde adentro.