El regreso al Feliciano Gambarte: una vuelta al corazón del barrio y de la historia de Godoy Cruz

FÚTBOL. Tras 20 años, el estadio Feliciano Gambarte será reinagurado con una verdadera fiesta que contorá con más de 21 mil hinchas de Godoy Cruz.

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Este siglo de historias de Godoy Cruz no se mide solo en goles y ascenso, se mide en murales y graffitis

Este siglo de historia tombina no se mide solo en goles y ascensos. Se mide en murales, en graffitis, en las paredes que cuentan su historia como si fueran viejas partituras de amor eterno. Porque en este rincón azul y blanco del oeste argentino, el fútbol no es una pasión: es una forma de vida. Y el Gambarte, cerrado por años, vuelve a abrirse como una herida que sana.

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El regreso del Feliciano Gambarte: una vuelta al corazón del barrio y de la historia tombina

El regreso del Feliciano Gambarte: una vuelta al corazón del barrio y de la historia tombina

La zona aledaña a la histórica Plaza Godoy Cruz ha cambiado. Creció, se extendió, se tiñó a sol y sombra con una identidad que no todos los barrios tienen. La cultura tombina está viva en sus calles: en el Boulevard Balcarce, en los retratos del Pacha, del Loco Julio, del Morro, de los Héroes del Barro, y en ese homenaje profundo del bajista Diego Apud, quien dejó en una canción la síntesis perfecta de ese sentimiento: “Somos Cuyo dónde sea y ese sentimiento no se mata con nada”.

Hoy, con el Gambarte reabierto, esa contracultura que gira alrededor de la pelota se reaviva. Las paredes siguen hablando y los viejos ídolos vuelven a cobrar vida. Porque el Tomba no solo vive en la tabla de posiciones, vive en expresiones inesperadas como aquel el personaje de Khalil (interpretado por Ernesto “el Flaco” Suárez) en la película Camino a la Paz, cuando dice con orgullo: “De pibe jugaba en Godoy Cruz. De wing derecho. Me decían la Saeta”.

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El regreso del Gambarte: una vuelta al corazón del barrio y de la historia tombina.

El regreso del Gambarte: una vuelta al corazón del barrio y de la historia tombina.

La reapertura del estadio, entonces, es también la recuperación de un centro cultural al aire libre. Un museo viviente donde las paredes son las vitrinas y los colores, una declaración de principios. Guido Siragusa, el inolvidable muralista, fue el alma fundadora de Los Pintores Bodegueros, ese colectivo que hoy sigue pintando con el Pacha como bandera, como chispa creativa.

Marcelo López compuso “El tren de los fieles”, interpretado por Roberto “Negro” Fiat, con la intensidad que solo da la sangre tombina. Fiat, integrante de Les Alfajores de la Pampa Seca, junto a Sergio Bonelli, el chamán del rock mendocino, le puso música al sentimiento.

Pero esto no empezó ahora. La semilla viene de los 80, cuando Godoy Cruz peleaba en la Liga Mendocina y la hinchada más rockera del país se hacía oír. Una cofradía de artistas, músicos, poetas y pensadores que hoy son leyenda: Marmat Padilla, los hermanos Aput, Goy Ogalde, Lechuga Calderón, y tres nombres que hoy no están físicamente, pero que siguen siendo columna vertebral de esa historia cultural y futbolera: Roly López, Andrés Carrión y Alejandro Parigi.

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El regreso del Gambarte: una vuelta al corazón del barrio y de la historia tombina

El regreso del Gambarte: una vuelta al corazón del barrio y de la historia tombina

Parigi, periodista y narrador de mil anécdotas tombinas, alguna vez contaba entre risas y nostalgia: “¡Esa historia está muy buena! Éramos una hinchada rocker. Tocábamos el sábado, volvíamos destrozados, pero el domingo estábamos en la cancha. Teníamos un costado bohemio, libros, música, pero también bancábamos la parada y los trapos”.

Y ahí está también, como un faro intacto en medio del tiempo, el tanque de agua, testigo silente de todas las eras del Gambarte. Muchos lo ven como una rareza, otros como un símbolo irremplazable. Es un emblema que no se toca. En días donde los estadios tienden a parecerse entre sí, ese tanque se impone con una mística propia, con su forma simple y su alma intacta. Mientras todo se moderniza (tribunas, vestuarios, accesos) él sigue ahí, como un punto de referencia emocional para generaciones que crecieron mirándolo como parte del cielo tombino.

Porque hay belleza también en lo que resiste, en lo que no necesita brillar para ser parte del alma de un lugar.

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El regreso del Gambarte: una vuelta al corazón del barrio y de la historia tombina

El regreso del Gambarte: una vuelta al corazón del barrio y de la historia tombina

Hoy, ese espíritu de barrio,rebelde, creativo, comunitario, vuelve a encontrar un punto de encuentro en su templo original. El Gambarte no es solo un estadio; es un símbolo. Es la casa que se llena de nuevo con la memoria viva de generaciones que hicieron del Tomba una forma de ser. Las canciones de amor y de lucha siguen estampadas en las paredes. Y ahora también vibran otra vez en las tribunas.

El Expreso volvió a casa. Y con él, volvió todo lo que lo hace inmortal.

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