La serie televisiva Cebollitas se encamina de a poco a convertirse en un escándalo de alcance impensado, debido a las constantes y cada vez más numerosas denuncias de maltratos sufridos por el elenco.
La serie televisiva Cebollitas se encamina de a poco a convertirse en un escándalo de alcance impensado, debido a las constantes y cada vez más numerosas denuncias de maltratos sufridos por el elenco.
Uno de los últimos exintegrantes de la famosa tira que se animó a hablar fue Marcelo Italiano, quien hizo crudas revelaciones de todo aquellos que ocurrían cuando las cámaras estaban apagadas.
En diálogo con Juan Etchegoyen para “Mitre Live”, el actor que personificó a “Sammy”en Cebollitas sorprendió a los oyentes por la crudeza de su relato. “Yo viví una experiencia de mucho aprendizaje con las cosas buenas y con todas las cosas que no estaban bien, yo en ese momento lo detecté que no estaba bien y con el tiempo lo ratifiqué y por suerte se está hablando de esto”, relató.
“Había gritos, te gritaban, no te sabías la letra o no te cambiabas con la rapidez que pedían y te gritaban. ´Che pibe no seas tan pajero, no seas tan boludo, esto es televisión, esto sale como chorizo, dale, dale, dale´ gritos. Había amenazas también porque te decían que si no hacías lo que ellos pedían te mandaban el telegrama”, confesó el joven.
Pero la violencia no se limitaba a lo verbal, ya que Italiano detalló lo que ocurrió un día con un productor furioso: “Había acciones indeseadas y violentas. Un productor entró una vez al estudio donde grabábamos y en determinado momento a alguien no le salía la escena y la letra, y entró este productor furioso, agarró una silla que estaba puesta sobre la mesa y la revoleó contra una pared, soy testigo que no hubo ningún muerto, de milagro”.
Marcelo detalló que las situación “A un niño le decís que sos un inútil y te lo cree y saber eso depende de cómo trabajes lo psicológico pero era un programa que no estaba preparado con la capacitación psicológica infanto juvenil que tenían que prepararnos y darnos las órdenes específicas”.
“De milagro no hubo una internación o una muerte, obviamente. Son acciones violentas innecesarias pero son producto de no saber manejar situaciones, no había nadie que se ponga en pensar en lo psicológico de las niñas y niños que trabajaban”, concluyó.