Miguel Wiñazki en el cierre de año de Los Andes: La mutación del sistema perceptivo en la era digital
En el marco del 142 aniversario de Diario Los Andes, se realizó el encuentro de fin de año para reflexionar sobre economía, política y filosofía. El periodista y pensador Miguel Wiñazki aportó una mirada sobre la aceleración histórica, la transformación de la percepción y el impacto de la no linealidad en la sociedad contemporánea.
Miguel Wiñazki y su análisis de la realidad política.
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Ramiro Gómez
Miguel Wiñazki
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Sofia Diamante, Juan Germano y Miguel Wiñazki en el panel para pensar el presente y el futuro desde la filosofía.
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Los Andes
Invitados especiales y público general a pleno en el evento de diario Los Andes para cierre del año.
Los Andes decidió celebrar su 142 aniversario con un encuentro de fin de año que buscó pensar el presente en un contexto de cambios culturales, económicos y políticos que avanzan a un ritmo tan rápido que, muchas veces, la propia sociedad se queda sin palabras para describirlos. En ese marco, la voz encargada de aportar densidad filosófica fue la de Miguel Wiñazki, periodista, docente, filósofo y una referencia en el análisis crítico de los medios y la culturadigital.
Wiñazki arrancó su exposición con una afirmación contundente: “Estamos atravesando una aceleración notable en la historia. Aquí se vive esa aceleración en la Argentina y en el mundo”. Para él, el país no es un caso aislado ni excepcional, sino un punto dentro de un fenómeno global que reconfigura mentalidades, lenguajes, hábitos de lectura y modos de circulación de la información.
Miguel Wiñazki
Miguel Wiñazki y su análisis de la realidad política.
Ramiro Gómez
Uno de los ejes que desarrolló fue el consumo de noticias por parte de los estudiantes de periodismo, tema que viene investigando desde hace años. Apoyado en un estudio realizado por más de una docena de universidades latinoamericanas, señaló que “el celular es el 97%” de la vía de acceso a la información. Pero el dato más elocuente es el orden de las plataformas: “TikTok primero y luego las demás, Instagram, etcétera".
La sorpresa no pasa por esas redes, sino por la caída de otras tradicionalmente asociadas al debate público. “Twitter no es la más consumida para obtener noticias… solo el 22% de los estudiantes consumen noticias de Twitter".
La pregunta que surge entonces es cómo circula la información en este nuevo ecosistema. Wiñazki lo articula a través de los aportes de la teoría del caos: “Hay una mutación, la transformación que los teóricos de la teoría del caos denominan punto de bifurcación”. Ese punto, explica, altera profundamente el sistema perceptivo. No se trata solo de nuevas plataformas, sino de una nueva forma de leer, mirar y comprender.
Evento fin de año Los Andes 2
Una de las transformaciones más sutiles pero decisivas, según marcó, tiene que ver con la luz. La pantalla ya no refleja iluminación externa: “El dispositivo emana luminosidad”. Esa diferencia aparentemente mínima modifica el modo en que los usuarios se relacionan con la información. El efecto lumínico tiene un impacto que describió como “ligeramente hipnótico, pero no sé si tan ligeramente”. Para ilustrarlo, invitó al auditorio a revisar su propio consumo digital: “Si a cualquiera de nosotros se toma ahora su teléfono y va a salud digital verá qué pasó”. La extensión diaria de uso, explicó, sorprende incluso a quienes creen tenerlo bajo control.
Ese cambio perceptivo global también repercute en la velocidad de respuesta, la lógica comunicacional y la comprensión del debate público. “Tenemos respuestas rápidas, puesto que el acto reflejo de mandar una respuesta es inmediato".
En ese punto introdujo otro componente clave: la inteligencia artificial. Su advertencia fue clara: redes y sistemas algorítmicos funcionan de manera “no lineal… con un alto grado de imprevisibilidad”. Millones de usuarios publican mensajes simultáneamente sin saber hacia dónde se moverá la conversación. Esa no linealidad produce “desconcierto” y crea condiciones donde un detalle inesperado puede desencadenar efectos políticos o sociales de enorme magnitud.
Para ejemplificarlo, citó el caso reciente del fútbol argentino: “De pronto el señor Chiqui Tapia decide otorgarle un título al Club Rosario Central. No es muy relevante… pero genera un punto de bifurcación”. Ese gesto, dijo, abre procesos de degradación simbólica o de investigación social, porque las redes mantienen un nivel de privacidad relativo y la realidad opera fuera de ellas: “La red tiene un grado de privacidad muy relativo, porque hay algo que fuera de las redes se llama la realidad también”.
La política, en este marco, está inmersa en una transformación permanente. Retomó a Maquiavelo para explicar lo que considera una oportunidad histórica: “El buen gobernante es el que aprovecha la fortuna… ver donde hay una oportunidad de cambio y capitalizarla”. La fortuna, recordó, no es suerte sino la capacidad de leer el momento.
Evento fin de año Los Andes 3
Esa lectura aparece, según argumentó, en fenómenos globales que revelan una influencia simbólica norte-sur más compleja de lo que suele pensarse: “Lo que afirma [Giovanni Badel] es que del norte encuentran ejemplos a seguir. Entonces, ahí aparece un es Trump… de Milei y no a la inversa”.
La llegada del actual presidente argentino, explicó, fue también un proceso comunicacional disruptivo, donde artefactos simbólicos como la motosierra funcionaron como irrupciones de impacto masivo: “Inventó un artefacto comunicacional que tiene enorme impacto comunicacional”.
La exposición avanzó sobre las tensiones entre espectáculo y política, atravesadas por redes, figuras televisivas y lógicas emocionales. Lo describió como un proceso “espectacular, vital y real” que se vuelve efectivo porque detrás se juega la realidad material de la sociedad.
Antes de cerrar, planteó un desafío mayor: el avance del narcotráfico y su capacidad de construir estructuras de poder paralelas. Allí volvió a poner el foco en la oportunidad política: “Frente a los narcofeudos… hay una enorme oportunidad. Si las aprovecha, realmente cambia su perfil”.
Hacia el cierre de su exposición, Wiñazki se detuvo en una pregunta que resonaba entre los asistentes: cuánto puede prolongarse este escenario de caos controlado que caracteriza al presente argentino. “¿Hasta cuándo se extiende el caos? ¿Un caos que dura hasta 2027 o no se puede predecir?”, formuló. Y enseguida aclaró que no se trata de confundir conceptos: “Un caos con controlado, digo yo, si pues valga el oxímoron, porque no es una anarquía… no confundir el caos que es la no linealidad y la imprevisibilidad, no es lo mismo que una anarquía".
Para él, la anarquía fue otra cosa. “Era lo que se vivía anteriormente con los piquetes copando las calles… era realmente anárquico". Esa diferencia le permitió abordar un desafío contemporáneo que, según analizó, excede las fronteras del país: la aparición de nuevos liderazgos con estéticas, lenguajes y métodos disruptivos. Allí mencionó el caso de Nayib Bukele: “Es complejo porque es una especie de millennial autoritario, pero resolvió un problema especial que es el crimen".
Conversatorio Los Andes fin de año hotel Sheraton
Los Andes reunió a especialistas y lectores en un encuentro destinado a repasar cómo la economía, la política y la filosofía en un conversatorio a cargo de Sofía Diamante en economía, Juan Germano en política y Miguel Wiñazki en filosofía.
Ramiro Gómez / Los Andes
Esa efectividad, señaló, interpela directamente la demanda social: “Sacáme los billetes de la calle, resolvé el crimen".” Y ese cumplimiento genera que “la democracia, según la conocimos, cobre otra dimensión, una dimensión desconocida".
Más adelante retomó la cuestión de la influencia simbólica en política. “No es que Milei influya entrando… sí influye simbólicamente, algo mira, algo lo convoca". Sin embargo, la pregunta que considera central sigue siendo quién detenta realmente el poder: “El poder, ¿quién lo tiene? Es la pregunta central de la ciencia política… y ahí el dinero lo tiene Trump".
También ubicó allí a actores tecnológicos globales: “Tienen el poder los ingenieros de Silicon Valley que de alguna manera diagraman nuestra vida. Uno delega la inteligencia, el cerebro, en un dispositivo".
Ese pasaje del aparato analógico al dispositivo digital, explicó, constituye una mutación profunda. Para ilustrarlo, recuperó un gesto reciente ocurrido en Buenos Aires: “En la 9 de Julio tenemos un edificio pétreo, histórico… Eva Perón delineada en un perímetro. Y el milamismo… ponen arriba una leyenda giratoria virtual que decía ‘Cuca tira piedras’".
Lo definió como una risa sobre la historia y una catarsis simbólica: “Del aparato al dispositivo es una risotada sobre la historia". Y remarcó que ese choque entre lo monumental y lo digital abre nuevas interpretaciones sobre la memoria política y el relato colectivo.
El cierre volvió a poner el foco en la imprevisibilidad. “Ahí hay pequeños gestos de esa transformación… pero quién lo sabe, porque estamos en la Argentina y porque la vida es imprevisible".
Evento fin de año Los Andes 1
Aun así, dejó flotando una hipótesis moderadamente optimista: “Daría la impresión de que se hace fácil lo que parecía imposible. Veremos. Veremos". La metáfora final retomó una imagen futbolera para hablar del proceso político actual: “Milei es bilardista… esperemos los resultados finales porque el partido termina cuando termina el partido y ahora estamos en el medio del entretiempo".
Miguel Wiñazki (Buenos Aires, 1955) es periodista, filósofo y escritor. Doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona, es profesor titular de Ética y de Producción Periodística en la Universidad de Buenos Aires. Ha sido editor general y columnista en medios nacionales, además de autor de libros sobre epistemología del periodismo, teoría de la información y análisis cultural. Su trabajo combina pensamiento crítico, reflexión ética y estudio de los medios en la era digital.