Crisis de pareja: ¿Cómo acompañar a tu hijo en ese proceso?

El divorcio de una pareja a veces puede ser un proceso doloroso y otras, un alivio. Pero cuando hay chicos de por medio, la historia cambia.

Tememos que nuestros hijos sufran desde que están en la panza y si bien no queremos que nada les afecte, no siempre se puede sostener una relación de pareja por su bienestar.

Lo cierto es que, en muchos casos, creemos que mantener el matrimonio es la mejor opción para los más pequeños, que deben crecer y convivir con sus padres juntos, respetando el mandato familiar que se los inculca desde los viejos tiempos. Pero, aunque cueste admitirlo, es mejor que un niño crezca en un hogar en donde prevalezcan los buenos tratos, el amor verdadero y la unión, en lugar de convivir en una casa en donde solo se escuchen peleas, malos entendidos y desacuerdos cotidianos. Esto tampoco es sano para su crecimiento y desarrollo.

Otro dato es que los niños más pequeños, en una separación, suelen verse más perjudicados ya que no disponen de los recursos cognitivos y emocionales necesarios para aceptar y asimilar la nueva situación con facilidad. Aunque es importante destacar, que el divorcio puede causarle mucho daño a los hijos, sin importar su edad. Hay quienes opinan que los adolescentes lo toman mejor, pero no olvidemos que la adolescencia es una etapa compleja, y los especialistas consideran que precisamente por esos factores, ellos son los más vulnerables. Es decir, que hay que prestar mayor atención con respecto a sus amistades, lugares que frecuentan y, además, que no pierdan las esperanzas con respecto a la construcción de una familia propia cuando comiencen sus relaciones amorosas.

"Sabemos cuan doloroso es el rompimiento de una relación, y aun más con hijos a cuestas. Pero si el niño logra entender que sus padres se llevan bien aunque estén separados y que él podrá verlos a ambos en distintos momentos, será mucho más saludable para su mente y su corazón", explica Adriana Rodríguez, licenciada en Psicología. La especialista agrega que: "El problema ocurre cuando esa pareja no finaliza la relación en buenos términos y son los hijos los que pagan los platos rotos. Pasan a ser una especie de palomas mensajeras en donde sufren muchísimo. Por este motivo es muy importante no utilizarlos como escudos, hay que saber separar los tantos", reflexiona.

La flexibilidad ante los régimen de visitas

Algunas personas deciden poner abogados para llevar un control o establecer una manera más ordenada de los horarios del niño. Otros prefieren organizarse con las agendas de ambos padres. Pero: ¿cuán estricto debe ser el cumplimiento de las visitas? "Como remarqué anteriormente, es fundamental pensar en el niño. En el sufrimiento que ocasiona que un menor se quede esperando la visita de su mamá o su papá. La llegada tarde para retirarlo del colegio y hasta un plan de último momento", indica Rodríguez.

La separación, sobre todo para los más chicos, es un proceso de dolor y sensación de desamparo. Por eso hay que tratar de ser lo más cuidadosos posibles, sin ser extremistas y buscando ser lo más flexibles posibles entre la madre y el padre, por lo menos los primeros tiempos, cuando hay un cambio en el seno familiar. No olvidemos que el niño pasa a estar algunos días en otra casa y su rutina, de algún modo, se ve afectada.

La ley establece también que el progenitor que no vive con sus hijos los puede ver y comunicarse. Así, suelen encontrarse una o varias veces por semana, algún fin de semana entero, hablarse por teléfono, enviarse mensajes por correo electrónico, Whatsapp, ir a los actos escolares, etc.

También debe participar en las decisiones importantes en la vida de los niños; como su salud, educación, viajes, etc. Esta participación requiere un diálogo con el progenitor con quien viven los niños.

Familias ensambladas

En algunos casos, las separaciones vienen acompañadas de un tercero. Puede ocurrir que una de las dos partes ya esté iniciando una relación o que pueda entablarla un tiempo después.

Pero: ¿cuándo es el momento correcto para incluir a los chicos en este tipo de presentaciones? "La separación es un proceso para todos, pero el niño es, sin dudas, el que más sufre. Hay muchísimo por organizar y resolver antes de dar a conocer una nueva pareja y se necesita, aun más tiempo para presentar a los hijos de la misma según corresponda en cada caso", comenta la psicóloga.

También explica que hay que darle tiempo al tiempo, si no el niño, que ya viene perturbado por la separación, terminará muy confundido y atormentado. Siempre lo mejor es esperar un tiempo prudencial. Cada uno internamente evaluará en qué momento es adecuado. No hay una fecha ni un día específico. Lo ideal es estar seguros de que esa relación tiene proyección a futuro. No tiene sentido presentar una pareja pasajera.

Consejos útiles 

Aquí apuntes para que la separación sea menos dolorosa:

Tratar de cambiar los hábitos del niño lo menos posible. Respetar sus horarios, rutina y las actividades que se realizaban cuando convivían bajo el mismo techo.

Tener una charla entre padres e hijos explicando el motivo de la separación, aclarando que ninguno de los dos estará ausente, sino que ambos podrán comunicarse en cualquier momento. Por ejemplo, telefónicamente.

Evitar discusiones y enfrentamientos en general y sobre todo frente a los hijos.

Comenzar una terapia infantil o familiar, según lo que indique el especialista, para afrontar este proceso de la manera correcta y con el menor sufrimiento posible.

Explicarles que los hijos no son los culpables de las rupturas, y que si bien se separa la pareja, se sigue siendo una familia.

Preguntas que nos van a hacer y que debemos responder sí o sí: ¿Por qué se separan? ¿Es mi culpa? ¿Tengo que tomar partido? ¿Me abandonarán? ¿Cómo va a ser mi vida a partir de ahora?

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