30 de mayo de 2025 - 18:15

¿Tiran todos para adelante en la dirigencia política mendocina?

Esta nota tiene como propósito aportar al debate sobre las pistolas Taser en Mendoza. Con este tema, hoy la clase dirigente mendocina tiene la oportunidad –y la obligación– de dejar de lado la chicana y asumir un compromiso común con la seguridad, el desarrollo y la calidad de vida de nuestra gente.

Mientras algunos legisladores provinciales eligen forzar teatralizaciones mediocres, quienes asumimos la responsabilidad de gobernar tenemos la obligación de proponer soluciones reales, prácticas y decididas. No podemos hacernos los distraídos ni seguir echando culpas: hay decisiones que deben tomarse hoy, sin demoras, porque impactan directamente en la vida cotidiana de los mendocinos.

La aprobación del uso de pistolas Taser por parte de los preventores municipales no es una medida aislada ni improvisada. Es una acción concreta, dentro de una política pública pensada para fortalecer la seguridad ciudadana y cuidar tanto a los vecinos como a quienes trabajan en el territorio. Es una herramienta que funciona en muchos lugares, no es una solución mágica, pero sí un paso firme hacia una Mendoza más segura.

Y es importante decirlo: no se trata de armar a cualquiera, ni de improvisar con la seguridad. Se trata de formar, profesionalizar, capacitar y dar herramientas a quienes están en la calle cumpliendo tareas de prevención. La tecnología no reemplaza al Estado, lo potencia. Y en contextos donde los desafíos crecen, pero los recursos son limitados, es sensato y responsable utilizar todos los instrumentos disponibles para prevenir el delito.

Es curioso cómo algunos actores políticos de la oposición se escandalizan cuando los municipios quieren involucrarse. ¿No es eso lo que venimos reclamando desde hace años, que cada nivel del Estado asuma un rol activo, que no esperemos a que otro haga lo que podríamos estar haciendo nosotros? Ya sea construir una ruta que la Nación dejó pendiente durante décadas o que un intendente decida participar activamente en la seguridad de su comunidad, lo que necesitamos es que todos pongamos el hombro.

El ciudadano está harto de ver cómo las jurisdicciones se convierten en líneas imaginarias que sirven de excusa para que los burócratas se pasen la pelota unos a otros. Como dice el dicho: el gato no caza ratones, y en política, cuando el que tiene que actuar no lo hace, es la gente la que sufre las consecuencias. Lo que hace falta es decisión, coordinación y voluntad. Gobernar es involucrarse, y hoy en Mendoza se necesita más acción concreta y menos discurso vacío, con puestas en escena de baja calidad que rebajan el nivel del debate público. Es lamentable que en plena Legislatura aparezcan legisladores con pistolas de juguete, como si se tratara de un sketch, banalizando un tema tan serio como la seguridad, y transformando un espacio institucional en un escenario de oportunismo y espectáculo. Eso es, lisa y llanamente, un bochorno.

Es hora de dar un paso más en la madurez institucional, que siempre ha destacado a Mendoza sobre el resto de las provincias, y de entender que las soluciones no siempre vienen de arriba hacia abajo, sino que muchas veces nacen en el territorio, cerca de la gente, donde el intendente, el preventor o el agente comunal ve todos los días lo que sucede en los barrios. Escuchar esas voces, dotarlas de herramientas, y respaldarlas políticamente es la mejor forma de gobernar con inteligencia.

¿Qué pasaría si en lugar de sacarle el dedo a la jeringa, empujáramos todos para el mismo lado? El lado de mejorarle de verdad la vida al mendocino. Mendoza necesita más dirigentes que trabajen, y menos que actúen. Se necesita unidad en lo esencial, sin mezquindades, sin gritos para la tribuna.

Con este tema, hoy la clase dirigente mendocina tiene la oportunidad –y la obligación– de dejar de lado la chicana y asumir un compromiso común con la seguridad, el desarrollo y la calidad de vida de nuestra gente. Si todos tiramos para adelante, Mendoza va a estar mejor. Y haremos, por fin, una mejor política.

* El autor es senador provincial (Cambia Mendoza).

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