Aclaro que la sentencia de la Corte Suprema en el caso Vialidad ha producido cosa juzgada y es inmodificable en el país y por ningún otro Tribunal. Entonces esta es una interpretación jurídica para evitar cualquier otro error futuro.
Sin la asociación ilícita era imposible en el caso la comisión del delito de defraudación y sin ésta, era imposible la asociación ilícita. Los jueces en sus fundamentos lo aceptan, pero omiten aplicar las condenas por asociación ilícita.
Aclaro que la sentencia de la Corte Suprema en el caso Vialidad ha producido cosa juzgada y es inmodificable en el país y por ningún otro Tribunal. Entonces esta es una interpretación jurídica para evitar cualquier otro error futuro.
El rechazo de la condena a Cristina y a los nueve imputados por asociación ilícita fue un grave error jurídico penal judicial. El tipo de delito, defraudación a la administración pública y en este caso en particular, por 86 mil millones de pesos, requería imprescindiblemente de uno o más autores intelectuales y uno o más autores materiales. Sin la asociación ilícita era imposible en el caso la comisión del delito de defraudación y sin ésta, era imposible la asociación ilícita. Los jueces en sus fundamentos lo aceptan, pero omiten aplicar las condenas por asociación ilícita, de modo tal que a todos los procesados les han “perdonado” seis años de prisión, por lo que Cristina y los kirchneristas deberían estar muy agradecidos.
Cristina y sus socios intelectuales debieron planear cuidadosamente las formas en que Lázaro Báez y sus socios debían ejecutar dichos delitos. Además, los autores intelectuales debieron articular las normas, decretos, resoluciones y procedimientos administrativos que les permitieran a Lázaro, Austral Construcciones y asociados, presentarse en las licitaciones, ganarlas –siempre Lázaro- y ejecutarlas de tal modo que construyéndolas parcialmente o no construyéndolas pudieran cobrarlas íntegramente con dineros que iban para Cristina y para ellos solapadamente. Cristina nunca ejecutó ni omitió ejecutar las obras y Lázaro jamás intervino en la planificación estratégica ni la implementación normativa de las mismas.
Pero sin Cristina y asociados no hubieran existido delitos y sin Lázaro y asociados jamás habría existido defraudación a la administración (Vialidad). En síntesis, los jueces, con otras palabras, dijeron lo que digo, condenaron por defraudación, pero omitieron y rechazaron condenar por asociación ilícita, con lo cual perdonaron la pena de seis años por asociación ilícita y condenaron con seis años en lugar de doce, solo por defraudación a cada uno.
La inteligencia no es una virtud ni un mérito propio. Es un don de Dios para los creyentes. Cristina tiene super inteligencia orientada por ella hacia el mal. Por eso la cantidad y enormidad de los delitos que ha cometido en su paso por la administración pública. Condenada por la Corte Suprema puedo afirmarlo categóricamente porque es cosa juzgada.
¿Por qué nunca se declaró inocente en su defensa? Con lucidez no lo hizo porque ante la magnitud y cantidad de pruebas de cargo, declararse inocente era una ingenuidad absoluta. Ella sabe que quien es inocente no debe probar que lo es. Son los fiscales y jueces quienes deben probar que es culpable de cometer delitos. Y sabiendo que lo iban a hacer, como lo hicieron, debía recurrir a argumentos impactantes para movilizar y si era posible desatar una gran resistencia contra la sentencia y todo el sistema, tal como lo está haciendo ahora con éxito. El kirhnerismo se moviliza, destruye y hace mucho ruido. Declararse inocente no le hubiera reportado nada. Y decidió recurrir a algo mucho más efectivo: declararse víctima de una persecución judicial, de la derecha mafiosa, y proscripta de la política atentando contra la democracia a través de los jueces que ella misma designó a quienes ahora llama “monigotes”.
Y así gana movilizaciones internas, quebrantamiento de la paz social y solidaridad de las dictaduras internacionales como Venezuela y Cuba. También sabe que de los seis años de prisión va a cumplir solo dos tercios, cuatro años y así volverá triunfante a seguir con su actividad desestablilizadora, porque no habría cumplido una condena sino obtenido un certificado de dignidad, como lo afirma actualmente preparando su futuro.
Es de esperar que los jueces no se vuelvan a equivocar. Las cárceles no son para castigo sino para rehabilitación de los condenados en ellas, reza la Constitución. Estoy especializado en Derecho y en Ciencias Sociales, no en Medicina ni en Sicología Forense. Pero sí puedo plantear temas para que los resuelvan los médicos especialistas.
Cristina no cree que deba rehabilitarse ni rectificar error alguno. Todo lo ha hecho bien y en beneficio del pueblo, hasta la enorme fortuna acumulada, 1.326 millones de dólares según Silvina Martínez hasta ahora (faltan Los Sauces, Hotesur, los cuadernos y la ruta del dinero K) imprescindibles para hacer política según ella. Desde los balcones de su residencia saluda con risas y sonrisas al kirchnerismo que la aclama.
La prisión domiciliaria no es un derecho sino un beneficio que se le puede conceder o no. Por lo tanto, su lugar de detención debe adecuarse al rigor carcelario por lo que debe estar recluida, sin salidas al balcón ni fiestas populares ni visitas políticas, como cualquier preso en el país. La cárcel no es un hotel, ni un spa ni un lugar de recreación.
Que no se equivoquen los jueces. Ya le han regalado seis años de prisión que no le aplicaron. No le regalen beneficios que no le corresponden.
* El autor es doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales.