2 de abril de 2025 - 00:00

Malvinas: eco eterno de justicia y paz

La “Causa Malvinas” trasciende generaciones y se ha convertido en una política de estado que unifica a los argentinos, ya que su relevancia va más allá del reclamo territorial: representa un fortalecimiento de nuestra identidad nacional.

La historia de las Islas Malvinas, parte esencial de nuestro territorio nacional, está profundamente vinculada con la valentía y el sacrificio que enaltecen nuestra memoria colectiva. Este legado se refuerza cada 2 de abril, cuando conmemoramos el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. En 1982, cientos de jóvenes argentinos emprendieron una misión que no solo transformaría sus propias vidas, sino también el destino del país. Lucharon en una guerra lejana y en condiciones extremas, dejando como herencia un ejemplo de coraje que resuena en cada rincón de la Argentina.

Es fundamental separar la entrega y el heroísmo de estos jóvenes del contexto político que marcó el inicio del conflicto. Un grupo de gobernantes oportunistas vio en la guerra una ocasión para rescatar un régimen en decadencia, ignorando las consecuencias humanas y estratégicas para el país.

Paradójicamente, el enfrentamiento fortaleció el prestigio de un gobierno en crisis de la potencia usurpadora, mientras dejó en nuestra nación una profunda herida, pero también una renovada determinación de preservar la memoria y reafirmar nuestros derechos soberanos.

Por casi dos siglos, los reclamos por la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas han sido una constante en la historia de la diplomacia de nuestro país. Desde aquel enero de 1833, cuando fuerzas británicas ocuparon ilegalmente las islas, desalojando a las autoridades y pobladores argentinos, se inició un largo camino de demandas diplomáticas y cooperación regional frente a la agresión colonial. Este día especial no solo honra a los caídos y veteranos de la guerra, sino que también reafirma el compromiso indeclinable de nuestro pueblo con la causa malvinense, rindiendo homenaje eterno a quienes entregaron todo en su defensa.

La “Causa Malvinas” trasciende generaciones y se ha convertido en una política de estado que unifica a los argentinos. Su relevancia va más allá del reclamo territorial: representa un fortalecimiento de nuestra identidad nacional, un reconocimiento de un capítulo importante de la historia como nación y una aspiración por resolver esta disputa desde el respeto y la diplomacia.

La evocación de Malvinas nos ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la paz y el diálogo en la resolución de conflictos internacionales, mostrando que los derechos soberanos pueden reivindicarse sin perder el espíritu humano que promueve la convivencia pacífica, una postura histórica en política internacional que mantuvo Argentina y que quedó reflejada en la doctrina del jurista argentino Carlos Saavedra Lamas, primer latinoamericano en recibir el premio nobel en 1936, quien: “condenaba las guerras de agresión y propugnaba el arreglo pacífico de las controversias internacionales de cualquier clase que fueran”, y que expresó a partir de su intervención en el tratado de paz a partir de su papel en la mediación de la Guerra del Chaco, conflicto que enfrentó a Bolivia y Paraguay entre 1932 y 1935 y dejó más de 100 mil muertos.

Por otro lado, Malvinas ocupa un lugar especial en nuestra identidad cultural: poesías, canciones, actos conmemorativos y expresiones artísticas exaltan su recuerdo y significado simbólico, convirtiéndolas en un faro de unión nacional. Cada 2 de abril, el pueblo argentino recuerda con respeto y admiración a quienes dieron su vida, y también renovando su compromiso con la soberanía y la memoria. Así la cuestión Malvinas no es solo un capítulo del pasado; es un tema vivo que sigue resonando en la diplomacia argentina. En cada foro internacional, nuestro país sostiene firmemente su reclamo de soberanía, destacando que la memoria e identidad debe permanecer vigente. Este esfuerzo constante por mantener el diálogo abierto refleja el compromiso argentino con la justicia y el respeto mutuo entre las naciones.

Las islas Malvinas y su espacio geográfico y marítimo son, además, un lugar de belleza natural única, hogar de una biodiversidad que merece ser preservada, y un patrimonio natural único que pertenece tanto a la nación argentina como al mundo. Por todo ello hablar de Malvinas es mantener viva la llama de la memoria e identidad cultural, no como un grito de rencor, sino como un canto de esperanza, paz y justicia, es un legado que trasciende generaciones y fronteras, enseñándonos que la memoria de un pueblo no es solo un registro de hechos pasados, sino una brújula que guía nuestro presente y nuestro futuro. Malvinas, hoy y siempre, seguirán siendo mucho más que un territorio en disputa y una cuestión de estado de nuestra política exterior, son además un espejo donde la Argentina ve reflejada parte de su historia, su identidad y su profundo anhelo de paz y soberanía, tan necesario en un escenario de conflictos y guerras como las del mundo de hoy.

* El autor es docente y escritor.

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