Es un debate frecuente frente a la tragedia de un homicidio cometido por un menor, pedir el endurecimiento de las penas y la posibilidad de bajar la edad de imputabilidad. Monseñor Gustavo Carrara, Arzobispo de La Plata, escribía el año pasado, cuando fue consultado sobre la baja de punibilidad:
“Al visitar a un adolescente en un instituto de menores, debemos reconocer que hemos llegado tarde, que esto no debería haber ocurrido. Nos encontramos allí mayoritariamente con adolescentes que, desde el inicio de su vida, han padecido la pobreza multidimensional”.
“Es muy duro ver que el primer encuentro mano a mano del Estado con estos menores se da a través de la justicia penal”.
El problema incluye la desintegración de las familias, las dificultades crecientes para que la escuela contenga, el problema de la droga y la circulación de armas en los barrios populares. Situaciones complejas que no tiene fácil abordaje.
* El autor es presidente de la Fundación Pastoral Universitaria San Lucas. Presidente Instituto del Diálogo Interreligioso.