La importancia de manejar los tiempos

Cornejo y sus funcionarios sostienen con frecuencia que, en líneas generales, los ajustes que viene poniendo en práctica la administración libertaria nacional ya se estaban aplicando en Mendoza desde que el cornejismo entró en escena a través de ese gran acuerdo interpartidario que lo llevó al gobierno en 2015.

A nivel nacional el calendario electoral se simplificó con la suspensión de las PASO previstas para este año. Antesala, a no dudarlo, de la estrategia para erradicarlas definitivamente. Demostración de que, créase o no, La Libertad Avanza maneja los tiempos.

La aludida simplificación no es otra cosa que el alargamiento de los tiempos para sellar acuerdos con respecto a alianzas y listas de candidatos, porque en lo que respecta al clima político propiamente dicho, está muy en evidencia que no es el más indicado. Y se advierte cómo los pocos libertarios que anidan en el Congreso se las ingeniaron para convivir con la casta que supuestamente venían a correr. ¿Será porque son tan pocos que nos les queda otra salida que adoptar sus mismos modales? Posiblemente. Veremos qué pasa si son más a partir de lo que surja de las elecciones de octubre.

Como desde el arranque de la gestión, la solidez de La Libertad Avanza para sortear instancias parlamentarias complicadas se basa en el apoyo irrenunciable de los legisladores que formaron parte de Juntos por el Cambio y que, en su mayoría, responden a gobernadores que también fueron de ese conglomerado, como es el caso del mendocino Cornejo, y que se mantienen en línea con las políticas económicas y de desregulación del gobierno nacional. A ellos hay que sumarles los denominados “con peluca”, básicamente radicales provenientes de provincias en las que la UCR es oposición al peronismo o a fuerzas locales; se puede decir que ya son parte del elenco estable libertario.

Así surgió el miércoles el lógico respaldo al DNU que habilita la negociación del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional. Una salida lógica que no dudó en apoyar desde el llano la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que también amaga con presentarse para competir por una banca en el Congreso en las próximas elecciones.

Cornejo y sus funcionarios sostienen con frecuencia que, en líneas generales, los ajustes que viene poniendo en práctica la administración libertaria nacional ya se estaban aplicando en Mendoza desde que el cornejismo entró en escena a través de ese gran acuerdo interpartidario que lo llevó al gobierno en 2015. Hubo altibajos, claro que sí, y desinteligencias durante los cuatro años de Rodolfo Suárez al frente del Ejecutivo, pero en general la línea rectora cornejista no se alteró.

Pero ese alineamiento en base a coincidencias conceptuales no garantiza, curiosamente, una amalgama que se extienda hasta las elecciones. En el mundillo político muchos aseguran que “Cornejo y Milei van a ir juntos” en nuestra provincia. Es una posibilidad. Son comicios legislativos, por lo que los entendimientos locales son más factibles que cuando entran en disputa los lugares para el Ejecutivo, tanto local como nacional. Por otra parte, hay que esperar qué decide el Gobernador con las primarias locales. Decisión que no debería dilatar por mucho tiempo.

En cuanto a la oposición local, De Marchi estaría ejecutando una estrategia que le permita, tratándose de lo que es, un referente, no caer en contradicciones políticas propias de quien se expone o es tentado a hablar más de la cuenta. Lo conforma su actual función en la conducción de Aerolíneas Argentinas, con mucha menor conflictividad laboral que hasta hace unos meses. Sí estaría expectante, como tantísimos otros, de lo que resuelva el líder del Pro, Mauricio Macri. Pase lo que pase, es probable que el ex candidato a gobernador apueste por la continuidad en el Congreso de Álvaro Martínez, ahora sumado a la élite libertaria, pero de origen demarchista, es decir, Pro. Comentan que el ex presidente Macri, que busca por todos los medios mantener vivo al partido que fundó, pidió a sus referentes provinciales hacer el mayor esfuerzo posible para que un representante del partido “amarillo” llegue al Congreso en la próxima cita electoral, desde Mendoza y desde otras provincias.

Y en el justicialismo mendocino, tan pendiente de una posible recuperación luego de muy flojas elecciones desde hace más de una década, ahora surge la posibilidad de que no haya interna, como se insinuaba hasta hace unos días, sino que el camporismo decida abrirse paso solo y formar una especie de nuevo movimiento o partido.

Señalábamos en esta columna hace una semana que había expectativa de una lisa y llana interna partidaria entre el sector llamado de los intendentes, que se referencia en el sanrafaelino Emir Félix, hoy presidente partidario a nivel provincial, y el kirchnerismo/camporismo, que sigue teniendo como punta de lanza a la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, de gran cercanía con Cristina Fernández de Kirchner. Y esa posible interna se potenciaría en el caso de que desde el gobierno local decidan sumarse a la suspensión de las PASO.

Claro, convocar desde el PJ a una interna entre afiliados y simpatizantes para definir candidaturas sin la existencia de las primarias abiertas resulta en estos momentos de difícil realización en virtud de la apatía ciudadana generalizada. Y dividir el partido buscando constituir otro a partir del kirchnerismo no asegura ninguna remontada importante en las urnas como pretende la actual conducción del PJ. Todo mal, dicen entre los intendentes.

Con ese escenario, Cornejo apuesta fuerte a mostrar su gestión de gobierno cada semana con abundantes reuniones y recorridas. Y, como Nicolino junto a un rincón del ring, a esquivar los golpes incómodos que surgen en la gestión diaria, como los recientes reclamos por la tasa del impuesto Automotor o la responsabilidad de la Provincia en el importante apagón que afectó a la zona Sur y parte del Valle de Uco como consecuencia de daños en centrales del complejo El Nihuil.

En lo referente al impuesto Automotor, el que salió a responder a los reclamos de la oposición fue el ministro del área, Víctor Fayad, que tiene reconocida solvencia como para discutir y apuntalar la nueva base de cálculo dispuesta en este caso. Uno de los problemas que ha mostrado Cornejo en la actual gestión es una incipiente debilidad de sus colaboradores para afrontar por sí solos planteos o críticas.

Conclusión: le toca a Cornejo manejar los tiempos aquí.

* El autor es periodista. [email protected]

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