19 de febrero de 2025 - 00:00

Impacto de la elección ecuatoriana

El presidente ecuatoriano Daniel Noboa se identifica con Trump y sus políticas duras, pero hay que ver si esta identificación le dará resultado para la segunda vuelta que enfrentará el 13 de abril. La inseguridad y la economía lo están afectando mucho.

La elección presidencial ecuatoriana terminó prácticamente en un empate y habrá segunda vuelta. Los sondeos daban tres semanas atrás un triunfo categórico del actual presidente, Daniel Noboa, sobre la candidata de Rafael Correa, Luisa González, pero esa ventaja se redujo a menos de medio punto de diferencia el domingo 9 de febrero: el primero obtuvo 44,1% y la segunda 43,9%. Noboa es un firme partidario del alineamiento con Washington y así lo ha demostrado en sus quince meses de gobierno, primero con Biden y ahora con Trump. González, en cambio, es lo opuesto: es una aliada y representante del ex presidente populista Rafael Correa, que continúa exiliado en Bélgica por acusaciones de corrupción.

Desde el 23 de noviembre de 2023, fecha en la que asumió por la renuncia anticipada de su antecesor, Guillermo Lasso, el actual presidente ecuatoriano ha puesto la prioridad en el tema de la seguridad. Este problema viene siendo crítico desde hace por lo menos una década en el país. Los carteles de la droga y el crimen organizado han hecho de Ecuador un país con niveles de inseguridad que se asemejan a los de Colombia y Venezuela, e indicadores que en algunos casos son más críticos.

Lo mismo intentó hacer sin éxito Lasso -los dos provienen del sector empresario y representan al centroderecha-. Pero ninguno obtuvo éxitos relevantes que cambiaran esta tendencia. Noboa realizó su campaña reiterando esta prioridad, como también había hecho su antecesor.

El presidente ecuatoriano se identifica con Trump y sus políticas duras, pero hay que ver si esta identificación le dará resultado para la segunda vuelta que enfrentará el 13 de abril. Ecuador fue uno de los seis países de la región que se negó a participar de la Cumbre de la Celac, la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe, que iba a realizarse este mes en Honduras. Cabe señalar que esta entidad funciona en los hechos como una suerte de plataforma para la relación regional de América Latina y el Caribe con China. Desde Tegucigalpa, la presidente Xiomara Castro -cercana al populismo- decidió suspender la reunión por considerar que no estaban dadas las condiciones para hacerla.

Cabe señalar que también se negó a participar el presidente salvadoreño Nayib Bukele, exponente de la “mano dura” contra la inseguridad en su país. Éste ha sido presentado durante las dos campañas presidenciales de Noboa como un modelo a seguir.

El presidente ecuatoriano intentó dominar las cárceles, controladas por los carteles. En esto tuvo éxitos parciales. Tuvieron lugar enfrentamientos entre bandas de presos y diversas acciones de tipo terrorista fuera de los penales.

Noboa también ha convocado a las Fuerzas Armadas a participar en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. Lo harán en un segundo plano, colaborando en conjunto con las fuerzas policiales. Es un modelo que ha permitido algunos avances, pero en modo alguno definitivos.

El Salvador es un ejemplo de la cooperación militar-policial que impulsa Washington para la región, y de la cual Ecuador busca presentarse como modelo. El presidente ecuatoriano ha comenzado la construcción de cárceles al estilo Bukele, pero todavía falta tiempo para que puedan entrar en funcionamiento.

El éxito electoral de Luisa González la pone cerca del poder, al ir a una segunda vuelta con muy poca diferencia con el ganador. Los simpatizantes del ex presidente Correa hacía una década que no obtenían un resultado tan satisfactorio. Las causas de este éxito parecen ser las dificultades económicas que sufre el país y que no han sido resueltas.

Desde la época del presidente Abdala Bucaram a fines de los años noventa, la crítica situación financiera de Ecuador lo obligó a endeudarse con el Fondo Monetario Internacional. En paralelo dolarizó la economía, dando curso legal a la moneda estadounidense.

Pese a que le dio cierta estabilidad, los demás países sudamericanos que también estaban afectados por la inflación no siguieron su ejemplo. Pero tanto el ingreso per cápita como el crecimiento económico han sido débiles e intermitentes. Antes de que Noboa llegara al poder, el presidente Guillermo Lasso, que ocupó la presidencia entre 2021 y 2023, enfrentó protestas sociales violentas que ocuparon las calles de la capital del país por el descontento económico. También participaron agrupaciones indígenas -las que en Ecuador tienen mucha fuerza- y obligaron a convocar a las Fuerzas Armadas para restablecer el orden.

Es así como en Ecuador, tras el populismo de Rafael Correa, se ha vivido más de una década de inestabilidad económica y malestar social.

Al mismo tiempo, la relación entre Estados Unidos y Venezuela parece haber entrado en una nueva situación. Maduro entregó a Trump media docena de rehenes norteamericanos que estaban detenidos ilegalmente desde hace meses e incluso años. Fue un gesto significativo. Días después, Maduro recibió ciento noventa migrantes venezolanos con antecedentes penales enviados desde Estados Unidos. El líder chavista llegó a un acuerdo con el gobierno estadounidense para la represión del grupo criminal venezolano denominado “Tren de Aragua” (Trump también acaba de firmar otro con Canadá por el mismo tema). Pero la administración estadounidense no ha hecho efectivo el anuncio expresado durante la campaña de que se suspendería el comercio de petróleo con Caracas. Noboa así deberá planificar su campaña con una relación bilateral venezolano-estadounidense que por ahora se plantea menos conflictiva.

* El autor es director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.

LAS MAS LEIDAS