Los períodos históricos difícilmente reconocen como fin y comienzo fechas claramente determinadas. Así el fin del siglo XX podemos situarlo cerca de la caída del Muro de Berlín en 1989 en tanto el comienzo del tercer milenio se inicia con la epidemia del Covid19, a comienzos del 2020, y se manifiesta claramente en el quinquenio que cerramos el 31 de diciembre de 2024.
Esto hace extremadamente difícil contar que está pasando globalmente y aún, casi imposible anticipar lo que vendrá en el futuro próximo. Sin embargo, un gran mendocino –aun suficientemente reconocido- lo hizo. Horacio Godoy, “argentino, pero de Mendoza ”, como solía presentarse en sus innumerables conferencias, fue artífice de un documento de extraordinario valor anticipatorio de lo que nos traería el nuevo milenio. Fueron también esos tiempos de gran expectativa mundial, por lo que éste nos deparaba el nuevo milenio.
Durante los tres años que demandaron el estudio de pre factibilidad de “The Millennium Project” hasta su creación en 1996, para investigar los grandes problemas que la humanidad enfrentaría en el próximo cuarto de siglo, Horacio participó de este proyecto de investigación del futuro global, hoy mundialmente reconocido. El primer informe “1997 State of the Future”, con el patrocinio de la Universidad de Naciones Unidas, fue presentado en Washington DC. en su edición original en inglés y en Buenos Aires con su traducción al español.
Apenas presentado en 1989 el segundo informe, igualmente dado a conocer en ambas ciudades, fallecía Horacio Godoy, dejando inédito un cuento, “La muerte en pausa”, editado recientemente por el Centro Latinoamericano de Globalización y Prospectiva.
"La muerte en pausa” es una obra atrapante, que anticipa con asombrosa precisión los desarrollos tecnológicos más relevantes y el impacto que tendrían en la humanidad la comunicación y las tecnologías en su desarrollo global. Un verdadero testimonio de aquello que el nuevo milenio nos traería, veinte años después.
La narrativa de Godoy se destaca por su capacidad de anticipar y explorar temas de gran relevancia en la actualidad como el papel de comunicación, de las tecnologías avanzadas y la búsqueda de la inmortalidad. Tema este último que es hoy objeto de estudio en la literatura y la ciencia, especialmente en el contexto de la longevidad y el envejecimiento.
Las indagaciones sobre tan curioso fenómeno comenzaron de inmediato a través de los medios de comunicación, con entrevistas a científicos, especialistas en semiología y teorías del mensaje, en telecomunicaciones y telemática, filósofos, teólogos, economistas, políticos, abogados, negociantes, astrólogos, cabalistas, mentalistas y gente del común.
Pero son aún más extraordinario el relato de los impactos de la opinión pública mundial y las reacciones inmediatas y posteriores que se manifiestan en las sociedades, tales como los casos de moribundos, los líderes espirituales.
Una nueva brecha a escala global se abría frente al anuncio: los escépticos, incrédulos, temerosos, se agrupaban en la categoría de los "no, pero sí" y los optimistas, crédulos y confiados integraban al grupo de los "sí, pero no". Nadie se animaba a aceptar el mensaje tal cual había sido recibido.
Tras las celebraciones y los festejos multitudinarios, algunos elementos comienzan a manifestarse, como saturación de los hospitales por aquellos enfermos terminales que no morían, pero tampoco sanaban. Nuevas amenazas como la explosión demográfica que afecta la disponibilidad de recursos naturales en todo el mundo.
Reacciones fundadas en intereses como la Asociación Global de Federaciones Regionales de Empresas Fúnebres o la curiosa organización de Herederos Potenciales manifiestan sus reclamos. Y no podían faltar agentes de inteligencia y operaciones encubiertas, ni reuniones internacionales o la "Primera Conferencia Mundial sobre la Muerte".
Como la vida en el nuevo Milenio, el relato imagina con una gran visión de anticipación las incertidumbres y el desconcierto, el temor y la esperanza en las que vive gran parte de la humanidad, lo que se refleja en el poderoso y trascendente mensaje con el que culmina este relato que refleja con gran precisión cómo será el mundo en el siglo XXI.
Algunos elementos clave del cuento son: anticipación de tecnologías futuras: por la capacidad de distribuir un mensaje global en tiempo real, sin identificar al emisor, lo que hoy tres décadas después, apenas pareciera posible con la revolución en el uso de tecnologías de comunicación global, con las que llega simultáneamente a toda la población mundial en ese momento, en los más diversos idiomas, lenguajes y culturas.
Exploración de la relación entre la tecnología y la sociedad: Godoy muestra cómo la tecnología puede influir en la sociedad y viceversa, especialmente en cuanto a la suspensión de la muerte y sus implicaciones en la humanidad.
Evolución de la globalización: Godoy describe el impacto en individuos del común, dirigentes, medios, organizaciones e instituciones, en todo el mundo, lo que es un ejemplo de la transición de la globalización del siglo XX al XXI.
Usos de las tecnologías de información y comunicación: El relato utiliza todas las tecnologías de información y comunicación, modernas y ancestrales, para transmitir el mensaje, y para recopilar y analizar la información, como las agencias de inteligencia coordinadas en el mundo.
La relación entre la ciencia y la tecnología y su importancia en la comprensión y la resolución de problemas globales, especialmente en cuanto a la suspensión de la muerte. Finalmente, Godoy invita a reflexionar sobre las fronteras entre la realidad y la ficción, especialmente en cuanto a la suspensión de la muerte y sus implicaciones en la humanidad.