La innovación en el sector eléctrico y la búsqueda de soluciones sostenibles han sido siempre dos de los pilares fundamentales en el desarrollo de las cooperativas eléctricas. Como parte de ese compromiso, observo con gran interés el avance del sistema agrivoltaico, que representa una sinergia entre dos industrias esenciales, la agricultura y la energía. El sistema agrivoltaico, que combina la producción de energía solar mediante paneles fotovoltaicos con la actividad agrícola en la misma superficie de terreno, es una tecnología prometedora.
Este modelo no sólo permite un uso eficiente de los recursos naturales, sino que, como ha revelado recientemente una bodega italiana al instalar paneles solares en sus viñedos puede tener efectos inesperados y positivos sobre la agricultura.
En ese caso, además de generar energía, los paneles ayudaron a mejorar la calidad del vino al proteger los viñedos de las condiciones extremas y moderar la temperatura. El proyecto aplicado en La Svolta, una bodega de la región italiana de Puglia, se llama Vigna Agrivoltaica di Comunità y cuenta con 7.770 paneles solares de película delgada de doble unión. Entre todos suman una potencia de salida de 970 kilovatios (kW).
En ese caso, el sistema agrivoltaico mejoró el estrés hídrico de las plantas, protegió las uvas de excesos meteorológicos y redujo la velocidad del viento a la mitad, en comparación con el campo abierto. La bodega hizo estudios técnicos que muestran una reducción del consumo de agua para riego de hasta un 20% y un aumento del rendimiento de la tierra entre un 20% y un 60%.
En Argentina, este sistema representa una oportunidad única para impulsar la transición energética y promover un desarrollo sostenible, especialmente en las regiones rurales del país donde la agricultura es una actividad central; el sol es un recurso inagotable y su aprovechamiento mediante energías renovables es clave para enfrentar los desafíos del cambio climático y fortalecer las economías locales. Las cooperativas pueden ser protagonistas en la implementación de estos sistemas.
Nuestra vasta red de cooperativas en todo el país tiene una relación directa con el territorio y con los productores agropecuarios, lo que nos posiciona para fomentar proyectos de energía solar adaptados a las necesidades de las comunidades rurales. En un mundo donde el cambio climático y la sostenibilidad energética son desafíos urgentes, el sistema agrivoltaico se presenta como una solución que genera beneficios ambientales, económicos y sociales.
* El autor es presidente de Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas (FACE)