Ecosistema digital: todo en todas partes al mismo tiempo

El salto de un producto a otro sin que se nota la diferencia al utilizarlos es cada vez más común e incluye cada vez a más dispositivos. Tiene muchas ventajas para el usuario, pero también algunas contras.

Esta no es la primera vez que abordo al ecosistema digital en mis notas de tecnología. Cuando expliqué este tema en 2023 me enfocaba en cómo armarlos y cuánto dinero podía costar armar uno, pero ahora me centro en sus beneficios y sus riesgos frente a un usuario desprevenido.

La hiperconectividad cada uno la vive como puede, pero pocos son ajenos a los ecosistemas digitales aunque no lo sepan.

Los ecosistemas digitales en los últimos años no pararon de crecer, todas las marcas ofrecen uno y los usuarios los adquirieron casi sin darse cuenta. Aunque el hogar conectado parecía un premisa futurista, muchos dispositivos que "hablan" entre sí invadieron el hogar simplemente cuando compramos un nuevo aparato para reemplazar a una viejo o en desuso.

Voluntariamente o no, todos estamos dentro de un ecosistema digital si al menos tenemos un teléfono inteligente y un televisor smart, dos dispositivos que son casi omnipresentes en todos los hogares. Con ambos aparatos configurados podemos pasar de uno a otro sin problema, aunque no todo el mundo explora estas opciones. Hay muchos equipos más disponibles para aumentar la conexión, pero los costos -especialmente en Argentina- reducen la cantidad de aparatos que nos gustaría sumar a nuestros ecosistemas hogareños.

Igualmente, la variedad de productos es amplía y el rango de precios también. No saldremos en masa a comprar una heladera smart con IA y pantalla táctil que vale más de 10 millones de pesos, pero sí es probable que cambiamos los focos de casa por unas lámparas led con WiFi que se pueden programar y manejar desde una app o con comandos de voz que cuestan 8.800 pesos.

Los que sí aprecian la interconexión entre dispositivos valoran la comodidad, la sincronización y la automatización, pero el árbol de la versatilidad no debe impedir ver el bosque de la dependencia que implica tentarse con un ecosistema que muchas veces exige comprometerse con una marca.

Pensar en cómo se va a usar cada dispositivo es esencial para tener una experiencia conectada y no solo una colección de gadgets.

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