Volantazo educativo. Una o varias granizadas de grandes proporciones activan la emergencia agropecuaria. Encienden todas las alarmas. Qué hacer, entonces, con la cantidad de muertos y accidentes que se producen en calles y rutas de la provincia todos los días. En sólo dos jornadas (domingo y lunes pasado) murieron cinco personas. Y si somos más específicos, ya suman más de 30 los motociclistas (en su mayoría jóvenes) fallecidos en lo que va del año. Estamos, al menos en lo simbólico, ante una emergencia vial. Una alerta roja que se mide por muertos, pero también debería mensurarse por la cantidad de heridos y por las lógicas secuelas psicológicas en los familiares de los accidentados. Buena parte de estos incidentes se producen por exceso de velocidad, por conducir alcoholizados, por no respetar las normas de tránsito o por una mezcla letal de malas decisiones al volante. Cualquiera que conduzca en Mendoza tiene un panorama clarísimo de lo mal que manejamos. Tampoco parecen traccionar las multas -ni las leves ($42.000) ni las gravísimas ($4.260.000)- para disuadir a los indolentes conductores. Como todo en este anarcopaís, al problema se lo podría/debería reducir a la educación. Cómo manejamos habla de cómo aprendimos o cómo nos educaron. Por eso no es un tema menor que la provincia cuente con una ley que busca cimentar una nueva cultura vial desde el ámbito educativo. Desde el 2017, la Ley de Tránsito N°9.024 establece en su artículo 26 la implementación de Educación Vial en el sistema educativo provincial. Tanto en el nivel primario como el secundario, la Dirección General de Escuelas viene trabajando contenidos "para la reflexión y la toma de conciencia, tendiente a estimular conductas favorables para lograr un desplazamiento seguro en el espacio público". Sembrar ahí es la mejor inversión, no tengamos dudas. Los propios niños advirtiéndoles a sus padres cómo actuar en ciertas situaciones, es algo tan espontáneo como efectivo en un contexto de ansiosos a los que ni los semáforos parecen frenar. Digamos también que el estado de las calles y las rutas, destruidas o casi y sin perspectivas de que cambien al menos en el corto plazo, no contribuye a que el panorama vial mejore. Y ahí tampoco hay de parte de los gobiernos (municipales y provincial) una acción concreta. No es lo prioritario; su acto reflejo es sacarse el tema de encima con pobrísimos bacheos que duran unos pocos días. Queda claro: las estadísticas de accidentes fatales no conmueven a ningún gobernante, salvo al entorno de las víctimas. El año pasado Mendoza sumó 171 muertos y este año no arrancó mucho mejor. Estamos en Emergencia Vial, aunque todavía no se decrete como tal.
Sinergia cuyana. En una muy interesante entrevista que dio a Los Andes, el gobernador de San Juan no anduvo con medias tintas. "La minería no es una opción, es una necesidad", sentenció, pero además dio una lección de sinergia. Marcelo Orrego destacó que su provincia tiene mucho para aportar a Mendoza desde su expertise minero, siempre y cuando se considere a ésta como una política de Estado, pero también reconoció que él aprende de la nuestra en cuanto al desarrollo turístico. Rara vez, reconozcamos, los mandatarios provinciales plantean un "ganar-ganar" en estos términos.
Decir basta. Se cabreó Javier Cercas. En su columna en El País salió con los tapones de punta: "Lo que seguro que no es antipolítica es lo que suele considerarse antipolítica, lo que los políticos y sus aplaudidores denuncian como antipolítica: el exabrupto de un particular que protesta por la degradación de la política. No: la antipolítica no es lo que hacen ni lo que dicen los ciudadanos, aunque se equivoquen; la antipolítica es, por definición, lo que hacen los políticos. Los malos políticos. O los buenos contagiados por los malos. En cualquier caso, la antipolítica solo pueden hacerla los políticos...". Lo del gran escritor español, aunque lo parezca, no es un disparo a la frente de la casta (Milei dixit), sino un reclamo lícito a quienes nos representan. Cuando nos quejemos (es decir todos los días), no nos olvidemos que desde 1983, con la recuperación de la democracia, tenemos elecciones regularmente. No serán las urnas la solución completa, pero son parte de la solución.
Equivocarse feo. Eduardo Sacheri presentó en la Feria del Libro su nuevo libro, Demasiado lejos, basado en la guerra de Malvinas. Tan valioso como lo que escribió, lo que dijo ahí: “Cuando hay un silencio demasiado blindado, me molesta. Me molesta cuando todos van para el mismo lado. Escribir una novela es una manera de tocarle el hombro al lector y decirle ‘pensá un poco más en esto. Yo no sé para dónde tenés que pensar, pero pensalo un poco más’". En eso de pensar el silencio, cómo no hablar de aquel que "resonó" tras el final del conflicto en 1982: "No hay un silencio sobre Malvinas como intención, pero la guerra es otra cosa. En ese silencio hay una culpa, una vergüenza, una sensación de humillación. Una sensación de que nos equivocamos feo y no lo vimos”.
Sabias palabras. Siempre es un buen plan entrar al Diccionario de la lengua española y conocer nuevas palabras, ampliar el vocabulario y encima gratis. Encontrarse, por caso, con paralogismo. O sea, un razonamiento falso. Usado como verbo, "paralogizar" es intentar persuadir con discursos falaces y razones aparentes. Su origen, soplaría Mariano Grondona, proviene de la forma griega "parálogos", léase fuera de cálculo, irracional. Una tentación aplicar paralogismo, paralogizar, a tanto de lo que se escucha a diario en boca de políticos, empresarios, influencers, y sí, también, periodistas.
Maridaje de la semana. Creado por bailarines y danzaterapeutas, el taller Tango & Parkinson utiliza el baile como herramienta para mejorar la coordinación y el movimiento en general. Según los especialistas, el 2x4 es ideal para acompañar el tratamiento en cualquier etapa de la enfermedad. Arrancó en Buenos Aires, pero desde Europa ya miran con expectativa esta nueva terapia.
* El autor es secretario general de redacción de diario Los Andes.