Escasez de agua en el Área Metropolitana de Mendoza
La carencia de agua potable es un problema acuciante en diferentes barrios del Gran Mendoza. El investigador comparte los primeros avances de su investigación, que enfatiza las estrategias de la población en contextos de prolongadas sequías.
Los
problemas de distribución y acceso están presentes en todos los
departamentos mendocinos y sectores sociales del Área Metropolitana de
Mendoza. Foto: Los Andes
De acuerdo con un informe publicado por elDepartamento General de Irrigación, de enero 2025, “En todas las cuencas analizadas se observa una disminución progresiva en la oferta de agua superficial, acompañada de una creciente demanda agrícola, poblacional e industrial” (Plan Maestro para el sector hídrico de la provincia de Mendoza, página 165). En el mismo informe, el escenario tendencial hacia 2050 resulta muy preocupante para el abastecimiento poblacional en la cuenca del Río Mendoza.
Si bien existe una gran cantidad de estudios sobre sequías y escasez de agua para el sector agrícola y rural mendocino, son pocos los que analizan la problemática para áreas urbanas y periurbanas. Desde el grupo de Historia ambiental del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla -Conicet), y en el marco de una tesis doctoral en Ciencias Sociales (de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Cuyo), estoy desarrollando una investigación que se propone analizar la escasez de agua para consumo humano en el Gran Mendoza. Me interesa describir y analizar las estrategias comunitarias que despliegan los ciudadanos que sufren la falta de acceso al agua potable. Mi principal fuente son entrevistas, que realizo tanto a personas afectadas por este problema, como a funcionarios públicos y a representantes de entes involucrados en la gestión del agua.
Construirán un acueducto para abastecer de agua potable a los barrios ubicados en la zona de El Challao, ya que al no tener agua los vecinos de la zona contratan camiones para tener agua.Dario abastece de agua a becinos de un barrio de la zona Foto: Jos
Estrategias. Las prácticas realizadas en barrios populares se basan en el almacenamiento de agua en bidones y tachos, duchas de bajo consumo y lavaderos comunitarios entre varias familias.
Complementariamente, estoy llevando adelante una encuesta mediante un formulario de Google, que he distribuido a través de redes sociales y contactos que he conocido durante mi investigación. Entre los primeros resultados obtenidos, se destaca que sólo el 6% de los encuestados manifestó no tener problemas con su abastecimiento de agua potable. Otro dato relevante es que, en una primera aproximación, identifico que los problemas de distribución y acceso están presentes en todos los departamentos mendocinos y sectores sociales del Área Metropolitana de Mendoza. Sin embargo, las estrategias para hacer frente a esta escasez son diferentes, y dependen especialmente de los sectores socioeconómicos y de las historias de los diversos barrios involucrados.
Almacenamiento
Entre las estrategias que he identificado junto a mi equipo de investigación, las prácticas realizadas en barrios populares, como, por ejemplo, La Favorita o Sueños de María, se basan en el almacenamiento de agua en bidones y tachos, duchas de bajo consumo, lavaderos comunitarios entre varias familias, y distribución de tareas, como el lavado de ropa, en casas de familiares que habitan en barrios con mejor acceso al agua, entre otras. Si bien suelen comprar agua, o se la provee el municipio, los vecinos consideran que muchas veces el agua que les llega no es potable, o presenta problemas de turbidez. Algunos manifiestan haber llevado adelante estudios que lo demuestran. En contraste, los barrios y áreas de mayores ingresos cuentan con reservorios de agua de gran cantidad de hectolitros, bombeo subterráneo propio y ocasionalmente compran agua (de buena calidad) que les llega en camiones.
La principal fuente fueron entrevistas, que el autor realizó tanto a personas afectadas por este problema, como a funcionarios públicos y a representantes de entes involucrados en la gestión del agua. Complementariamente, llevó adelante una encuesta mediante un formulario de Google, que distribuyó a través de redes sociales y contactos que he conocido durante mi investigación.
Más allá del nivel socioeconómico, hay otras variables que influyen en los modos de afrontar las sequías y los momentos de escasez hídrica. Por ejemplo, estamos realizando un mapeo de diferentes barrios y áreas de la mancha urbana del norte mendocino, donde vemos zonas que, por estar constituidas hace varias décadas, sufren mucho menos los problemas de agua si las comparamos con las zonas periurbanas o de urbanización posterior al año 2000.
De 20 a más de 50 días
Otro dato de interés es que los problemas no se limitan a la estación estival. Si bien el suministro escasea más en verano, en muchos casos el problema persiste durante todo el año. Un 13% de los encuestados manifestó no tener agua potable en periodos que van de 20 a más de 50 días anuales.
Otro tema clave es la necesidad de contar con mayor información sobre el consumo de agua, en una provincia localizada en la Diagonal Árida Sudamericana, donde cuidar este bien es un tema clave para pensar políticas públicas sustentables. No es menor destacar que el 66% de la muestra relevada hasta el momento, no sabe cuántos litros de agua potable consume al mes.
En definitiva, esta investigación busca generar información que pueda servir de insumo para la generación de políticas de gestión del agua más eficientes y equitativas, considerando la calidad de vida urbana y las realidades específicas de los diversos barrios que componen nuestros departamentos. Asimismo, esta investigación busca constituirse como un insumo para la sociedad civil interesada en estos temas, que pueda contribuir a la generación de soluciones para y desde las comunidades locales.
*J.A. Figueredo Hernández es licenciado en Sociología; MSC (master en ciencias) en Desarrollo Social (Flacso-UH y becario doctoral en el Ianigla-Conicet-UNCuyo. Investigación dirigida por Facundo Rojas y Lucrecia Wagner, Grupo de Historia Ambiental del Ianigla-Conicet.