Al comienzo del otoño volvemos a centrar la atención a las enfermedades respiratorias que provocan epidemias estacionales. Una de las más frecuentes es la gripe A, causada por la infección con los virus de la familia influenza.
El virus de la gripe tipo A H1N1 se evidencia cada otoño. Globalmente, se actualiza cada año la composición de la vacuna, recomendada para grupos de riesgo. Este trabajo trata sobre nuevas estrategias para la prevención de casos severos de la enfermedad.
Al comienzo del otoño volvemos a centrar la atención a las enfermedades respiratorias que provocan epidemias estacionales. Una de las más frecuentes es la gripe A, causada por la infección con los virus de la familia influenza.
¿Qué es un virus? Los virus son entidades genéticas, son parásitos obligados de las células a las que infectan con el fin de multiplicarse e infectar más tejidos. Así es que la maquinaria celular una vez “tomada" por el virus, dedica toda su energía a la replicación viral, y se transforma en una fábrica de virus hasta que muere.
Las partículas virales son estructuras muy bien “diseñadas”, que poseen una estructura de nave espacial, con una parte central que contiene la información genética y con sus espículas a modo de patitas que reconocen al receptor en la superficie celular. En la estructura más central protege la información genética necesaria para generar nuevas partículas virales idénticas, y también algunas herramientas necesarias para llevar a cabo, los primeros pasos de la infección viral.
La infección viral típicamente involucra una primera interacción del tipo llave-cerradura, entre la espícula que actuaría como llave, y el receptor celular, que actuaría como cerradura. Este paso es seguido de un paso donde entra el material genético viral, al núcleo de la célula. Una vez que los genes virales alcanzan el núcleo cuentan con los ingredientes (moléculas) y herramientas (organelas) para producir muchas copias, que, a modo de fábrica, produce las diferentes partes que el virus necesita para formar nuevas partículas virales. El armado de las nuevas partículas virales, ocurre en parches de la membrana celular donde se acumulan las proteínas virales.
Los virus de la gripe A continúan siendo responsables de brotes y epidemias en aves y mamíferos incluyendo a los humanos. Cada año el virus estacional H1N1 infecta a unos 100 millones de personas en todo el mundo, causando infecciones agudas en 3 a 5 millones de personas y entre 290.000 a 650.000 muertes. A partir de la pandemia de 2009, el virus H1N1 desplazó al virus H3N2 que epidemia cada otoño, y se estableció en la población humana como virus estacional dominante. En la Argentina, el subtipo H1N1 (80,43%) permanece prevalente frente a H3N2 (19,57%), en pacientes hospitalizados.
Las infecciones del tracto respiratorio inferior son una de las principales causas de enfermedad y muerte en todo el mundo, especialmente en niños pequeños y adultos mayores. Si bien las infecciones gripales típicamente están confinadas al tracto respiratorio superior, en los casos en los que la inmunidad del paciente no puede combatirla, la infección puede avanzar al tracto respiratorio inferior. El virus influenza es el responsable del 11,5% de los casos, afectando mayormente a adultos de mayores de 70 años, y niños menores de 5 años de edad, pudiendo desencadenar la insuficiencia respiratoria que puede resultar fatal.
La mejor forma de prevenir la gripe es la vacunación anual, que se hace indispensable para las personas en grupos de alto riesgo. Una buena higienización también es importante. Cubra su boca y nariz al estornudar, lave sus manos frecuentemente, use alcohol en gel, y evite contacto cercano con cualquier persona que esté enferma.
Los individuos pertenecientes a grupos de riesgo deben vacunarse anualmente para evitar el desarrollo de cuadros severos por la infección con virus de la gripe, son los individuos mayores de 65 años, menores de 2 años, embarazadas y pacientes con patologías crónicas.
A partir de la pandemia de 2009, el virus H1N1 desplazó al virus H3N2 que epidemia cada otoño, y se estableció en la población humana como virus estacional dominante. En la Argentina, el subtipo H1N1 (80,43%) permanece prevalente frente a H3N2 (19,57%), en pacientes hospitalizados.
La vacunación anual en los individuos de riesgo, actualiza la protección frente al virus. Similarmente a lo ocurrido con Covid 19, globalmente, se realiza la vigilancia de los cambios genéticos acumulados por el virus de la gripe, a lo largo del año. En función de esos cambios, anualmente se incorpora el nuevo virus a la vacuna. Como hemos mencionado, no solo el virus H1N1 sino también el H3N2 están presentes en la población infectada. La vacuna incluye además dos virus influenza tipo B cuya infección representa un muy alto riesgo de vida en niños menores de 2 años.
Nuestro grupo describió por primera vez anticuerpos terapéuticos con características excepcionales que los posicionan como candidatos ideales para su uso en el tratamiento de pacientes de riesgo. Estos resultados fueron obtenidos en ensayos preclínicos, en el modelo animal, realizados con anticuerpos específicos administrados por la vía intranasal. Más aun, los resultados mostraron que la nebulización de anticuerpos, usando un respirador artificial, permite lograr una distribución homogénea en el tracto respiratorio de un paciente adulto.
Estos resultados son muy alentadores dado que la administración por nebulización permite el acceso directo al tracto respiratorio de los anticuerpos, usando dosis menores a las utilizadas con productos inyectables, de modo que además reduciría potenciales efectos secundarios. De este modo, se podría usar para prevenir los casos severos que pueden derivar en hospitalizaciones, de pacientes de riesgo con diagnóstico de gripe H1N1.
(*) Mariana Puntel es investigadora adjunta, Conicet. Grupo de Biotecnología Viral, Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca. Universidad Nacional del Sur (UNS).
Producción y edición: Miguel Títiro - [email protected]