Los resultados electorales en Alemania, en general, no fueron una sorpresa para nadie. Todas las encuestas señalaban que Friedrich Merz, líder del partido conservador CDU (Unión Demócrata Cristiana), sería el nuevo canciller federal, que la extrema derecha de AfD sería la segunda fuerza más votada y que el Partido Social Demócrata del actual canciller Olaf Scholz obtendría un fuerte retroceso en el caudal de votos.
Lo que sí ha impactado es la magnitud de los porcentajes obtenidos. Es que AfD (Alternativa para Alemania), en cuatro años, ha duplicado el número de votos obtenidos. En las elecciones de 2021 AfD (partido fundado en 2013) obtuvo 10,3 % y en los recientes comicios obtuvo 20,8 %. Sin duda que factores no deseados influyeron emocionalmente en los votantes del partido populista. Los últimos atentados ocurridos en diversas ciudades del país alentaron el voto a un partido euroescéptico y xenófobo que ve en el cierre de las fronteras y la repatriación de inmigrantes en situación irregular, la gran solución a la inseguridad que azota al país.
En diciembre pasado un saudí de 50 años atropelló con su vehículo masivamente a los visitantes de un mercado navideño en Magdeburog (capital del estado federado de Sajonia-Anhalt), provocando 5 muertos y unos 200 heridos. En enero de este año un afgano de 24 años cometió un ataque con cuchillo en Aschaffenburg (al norte de Baviera) causando la muerte de un hombre y de un niño. En Munich, 13 de febrero, otro afgano atropelló masivamente a un grupo de manifestantes, provocando la muerte de una mujer y de su pequeña hija. Dos días antes de las elecciones, un sirio solicitante de asilo, atacó con cuchillo a un turista español en un lugar emblemático de Berlín, como es el Memorial del Holocausto. Esta serie de hechos ha conmocionado a la población, inclinando las preferencias a favor de AfD. Sus líderes han celebrado el resultado como si hubieran ganado y avizoran obtener la mayoría de los votos en las elecciones de 2029.
La otra sorpresa es la contundente caída en la cantidad de votos obtenidos por el partido del actual canciller federal. El SPD, o Partido Socialdemócrata, en 2021 obtuvo el 25,7 % de los votos mientras que en los comicios recientes obtuvo un 16,5 %, casi diez puntos menos. Scholz nunca fue un canciller popular, pero si bien se esperaba una derrota nadie imaginaba que sería tan contundente.
Otro hecho significativo fue que el partido FDP (partido liberal que hasta noviembre formaba parte de la coalición de gobierno) haya sufrido un fuerte castigo en las urnas, a tal punto que al no superar el umbral del 5 % del total de votos, no tendrá representantes en el Parlamento. Las discusiones y debate interno ante el resultado magro obtenido trajeron aparejado la renuncia del secretario general del partido, Marco Buschmann, y el anuncio de la despedida de la política del líder del partido, Christian Lindner. Los votantes no olvidaron el escándalo sucedido el 16 de noviembre pasado que derivó en la ruptura de la coalición entre el SPD, los Verdes y el Partido Liberal y el inesperado adelanto de las elecciones, inicialmente previstas para septiembre de este año.
El gran interrogante ahora es sobre la coalición que el partido conservador, al no obtener la mayoría de votos, se ve obligado a formar. El lunes 24 de enero en horas de la tarde, ya se habían iniciado las conversaciones preliminares (“Sondierungsgespräche”) entre la CDU/CSU y el Partido Socialdemócrata (actualmente en el gobierno). En dichas negociaciones el partido de Scholz no podrá pretender mucho ante el magro resultado obtenido en los comicios. Todo lleva a pensar que el SPD obtendrá alguna cartera ministerial casi como de cortesía, sin mayor relevancia. Si bien los votos obtenidos por los dos partidos no llegan al 50 %, las complejidades del sistema político alemán, han llevado a que la suma de votos los lleve a obtener más de la mitad de los escaños en el Bundestag.