5 de mayo de 2025 - 17:14

Los 10 autos de El Eternauta: "Lo viejo funciona, Juan", exaltación a la rica industria automotriz nacional

Los autos que aparecen en la serie, con Ricardo Darín como protagonista y una producción impactante, han conmovido a los memoriosos como la misma historia.

La serie El Eternauta, la ambiciosa producción de Netflix basada en la historieta de Héctor Germán Oesterheld, no solo trajo de vuelta al clásico de la ciencia ficción argentina: también le dio un lugar protagónico a los autos que marcaron a fuego las calles del país durante las décadas del 60 al 80.

No es casualidad que estos vehículos, todos fabricados en Argentina, estén presentes en los momentos clave de la serie. Más allá del realismo de época, los autos viejos funcionan como testigos silenciosos de una Buenos Aires en ruinas, sumida en la nieve radiactiva, pero también como símbolos de la memoria popular.

A continuación, repasamos los seis más icónicos que aparecen en El Eternauta, con su historia y su peso en el imaginario de la industria automotriz nacional.

Los autos de El Eternauta: IKA Estanciera (1957–1970)

Es el primer vehículo que aparece en pantalla y uno de los más representativos de la serie. La Estanciera, producida por Industrias Kaiser Argentina (IKA) en la planta de Santa Isabel, provincia de Córdoba, fue la versión nacional del Willys Jeep Station Wagon.

Se la conocía como "la rural argentina" y se convirtió en emblema del trabajo y la familia en zonas rurales y urbanas por igual.

Versátil y robusta, con tracción trasera (y más tarde, versiones 4x4), la Estanciera fue la precursora de las SUV criollas. Con más de 66.000 unidades producidas, aún se la ve rodar en el interior del país.

En El Eternauta, la vemos abriéndose paso en una ciudad silenciosa y congelada, casi como una postal detenida en el tiempo.

Los autos de El Eternauta
Los autos de El Eternauta.

Los autos de El Eternauta.

Ford Falcon (1963–1991)

Si hay un auto que sintetiza la historia argentina, es el Ford Falcon. Fabricado en la fábrica de Ford de General Pacheco, se convirtió en un ícono por su confiabilidad y su uso extendido en todos los estratos sociales. Su silueta es inseparable de las calles del conurbano bonaerense y también de su lado más oscuro: el Falcon verde asociado a los años de la represión de la última dictadura.

En la serie, su aparición, en su versión rural, tiene un peso simbólico potente. El Falcon es refugio de una familia que busca escapar, representando la resistencia de una clase media golpeada, que en la historia también resiste a la invasión invisible.

Los autos de El Eternauta
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Los autos de El Eternauta.

IKA-Renault Torino (1966–1981)

Desarrollado en Argentina y con diseño europeo, el Torino fue un punto de inflexión para la industria nacional. Su motor Tornado y su diseño por Pininfarina lo volvieron un lujo criollo. Fabricado en Santa Isabel, fue el orgullo automotriz argentino durante más de una década.

Su aparición en El Eternauta, en uno de los afiches de promoción, nada menos, es muy relevante: en medio del desastre, el Torino mantiene su prestancia. También es una forma de recordarnos que, incluso en un contexto apocalíptico, hay símbolos que evocan lo mejor del desarrollo argentino.

Los autos de El Eternauta
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Los autos de El Eternauta.

Ford Taunus (1974–1984)

El Ford Taunus argentino fue una versión adaptada del modelo europeo, producido en la planta de General Pacheco y destinado a un público de clase media con aspiraciones de elegancia y modernidad.

Su silueta fastback (en las versiones coupé) y sus líneas rectas se destacaban en la transición de los años 70 a los 80. En El Eternauta, su presencia es sutil, pero cargada de realismo: el Taunus era habitual en los barrios porteños de clase media-alta, lo que refuerza la ambientación de una ciudad congelada en su propia cotidianeidad.

Los autos de El Eternauta
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Citroën Ami 8 (1971–1978)

El Citroën Ami 8, con su diseño singular de líneas curvas y su portón trasero tipo fastback, fue un modelo producido por Citroën Argentina como parte de su línea económica, compartiendo base mecánica con el 2CV.

De mecánica simple y confiabilidad probada, era muy popular entre estudiantes, jóvenes profesionales y familias pequeñas. En la serie, su apariencia frágil y simpática contrasta fuertemente con el dramatismo de la nevada mortal, dando un toque melancólico y humano a las escenas callejeras.

Los autos de El Eternauta
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Los autos de El Eternauta.

Peugeot 404 (1962–1980)

Fabricado por SAFRAR bajo licencia de Peugeot, el 404 fue uno de los autos más queridos por taxistas, viajantes y familias de clase media por igual. Su confiabilidad, economía y elegancia lo hicieron protagonista de una era. Su producción nacional incluyó versiones sedán, rural y pick-up.

En El Eternauta, el Peugeot 404 aparece como parte del mobiliario urbano con tanta naturalidad que casi pasa desapercibido, pero los amantes del fierro lo reconocen al instante: es un emblema discreto de la Buenos Aires trabajadora.

Los autos de El Eternauta
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Los autos de El Eternauta.

Renault 12 (1971–1994)

El Renault 12, producido en la planta de Santa Isabel (Córdoba), fue uno de los autos más populares y longevos del país (23 años de producción). Robusto, confiable y de mantenimiento sencillo, motorizó a docentes, obreros, empleados públicos y hasta familias enteras durante más de dos décadas.

Con su baúl cuadrado y su andar firme, incluso con versión Rural, fue parte del paisaje urbano y suburbano por igual. En El Eternauta, su figura aparece detenida, semienterrada por la nieve tóxica, como símbolo de una Argentina interrumpida en su ritmo habitual y enfrentada a lo desconocido.

Los autos de El Eternauta
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Los autos de El Eternauta.

Mercedes-Benz LO-1114 (colectivo urbano, años 70–80)

El colectivo 1114 carrozado, ícono absoluto del transporte urbano argentino, fue más que un medio de traslado: fue un espacio social rodante. Con su frente redondeado, su trompa robusta y sus colores según la línea, el Mercedes-Benz LO-1114 marcó generaciones de pasajeros desde los 70 hasta bien entrados los 90.

En la serie, toma la forma de una casa rodante, otro de los usos que se le podía dar al popular modelo.

Los autos de El Eternauta
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Renault Gordini (1962–1970)

Con su diseño compacto, faros redondos y espíritu económico, el Renault Gordini -en rigor, Renault Dauphine con especificaciones locales- fue uno de los primeros autos pequeños que motorizó a las clases trabajadoras urbanas en la Argentina de los 60.

Fabricado en la planta de Santa Isabel, era conocido por su mecánica simple y su confiable motor trasero. En El Eternauta, su presencia es casi entrañable: estacionado en una calle helada, parece esperar a su dueño que nunca vuelve, como una postal de esa Buenos Aires cotidiana interrumpida por el desastre. Para muchos, verlo es recordar a un abuelo, a un vecino, o a ese primer auto que se manejaba "a pulmoncito".

Los autos de El Eternauta
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Los autos de El Eternauta.

Jeep IKA (1956–1978)

El Jeep IKA, versión nacional del Willys MB adaptado por Industrias Kaiser Argentina, fue el primer vehículo de fabricación local y sinónimo de resistencia mecánica. Pensado inicialmente para el campo y las fuerzas armadas, terminó adoptado por particulares, municipios y hasta empresas rurales. Su estructura simple, tracción 4x4 y fiabilidad extrema lo volvieron legendario.

En El Eternauta, aparece cruzando calles nevadas como si fuera parte natural de ese paisaje de supervivencia, en este caso utilizado por el Ejército argentino. Su imagen robusta, casi militar, refuerza la atmósfera de emergencia y lo convierte en símbolo de movimiento en medio del colapso.

Los autos de El Eternauta
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Los autos de El Eternauta.

El tiempo y los fierros

El Eternauta no solo adapta uno de los mayores relatos de resistencia de la cultura argentina; también pone en pantalla un museo viviente sobre ruedas. Cada auto que aparece es una cápsula de memoria, una forma de conectar el pasado con el presente y de entender que la identidad también se construye con fierros, calles y silencios.

Netflix, quizás sin proponérselo del todo, produjo una de las reconstrucciones más cuidadas del parque automotor argentino de medio siglo hacia atrás. Y para quienes amamos los autos, eso también es parte de la historia.

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