Cuatro personas murieron y una cincuentena resultaron heridas, entre ellas un chileno y dos argentinos, al descarrilar un tren este viernes que iba desde Vigo, en el noroeste de España, hasta la ciudad portuguesa de Oporto.
El conductor del tren, de nacionalidad portuguesa, figura entre los muertos de este accidente ocurrido en la región de Galicia, en el noroeste de España. También hay dos españoles fallecidos, uno de ellos el interventor del convoy.
El gobierno regional informó de 47 personas heridas. "Hay españoles y portugueses, pero también estadounidenses, alemanes, chilenos, argentinos", dijo el responsable de Sanidad gallego, Jesús Vázquez Almuíña, señalando que algunos acababan de hacer el camino de Santiago de Compostela.
En 2013, la región ya se vio impactada por el peor accidente ferroviario sucedido en España desde 1944, que provocó 80 muertos y también afectó a muchos peregrinos.
El pequeño tren transfronterizo se descarriló sobre las 09H30 (4:30 en Arfentina) cuando entraba en la estación de Porriño, al sur de Vigo, cerca de la frontera con Portugal, explicó la compañía ferroviaria española Renfe que ofrecía el servicio junto a su homóloga lusa Comboios de Portugal (CP).
El vagón frontal, que quedó completamente volcado, impactó contra una torre eléctrica. Los dos otros vagones parecían intactos.
En el tren, propiedad de Renfe pero alquilado por la compañía portuguesa, viajaban al menos 65 personas.
Además del maquinista y el interventor, también falleció un joven vigués de 23 años al que los equipos de urgencias no pudieron salvar, dijo el responsable de Sanidad gallego.
A media jornada, 37 personas seguían ingresadas aunque en ninguno de los casos se sufre por su vida, añadió en declaraciones a la cadena pública 24 horas.
"Veníamos sentadas tranquilamente y el tren empezó a hacer así", explicaba una pasajera simulando un balanceo. "De repente vi que no paraba y me caí al suelo", dijo en una entevista grabada por La Voz de Galicia.
Cuando se produjo el accidente, Álex Ramilo, de 15 años, pasaba en bici por el puente que cubre la vía.
"He oído un ruido para dejarte sordo. He mirado la estación y he visto el descarrilamiento. Me quedé sin palabras, en shock", dijo pdesde el café Rami en Porriño.
Él y otros vecinos se acercaron a ayudar a los heridos, algunos colaborando con los bomberos "a sacar a las personas de los vagones".
El gobierno regional desplazó a la zona del siniestro dos helicópteros y una decena de ambulancias.
La gestora de la red ferroviaria española, Adif, anunció que abría "una investigación para determinar las causas del accidente ferroviario".
"El tren estaba en perfectas condiciones. El mantenimiento del tren no está en cuestión", dijo el presidente de CP, Manuel Queiro, a las televisiones portuguesas en el lugar del siniestro.
El secretario general del sindicato de maquinista español Semaf, Juan Jesús García Fraile, opinaba que "esta vía estaba en condiciones perfectas para la circulación de trenes".
Pero en el siniestro había dudas. "Es un tramo recto, el tren tenía que parar a 50 metros, o sea que no es una cosa muy normal", señaló el propietario de la cafetería de la estación, Ramón González, a la televisión 24 horas.
Los partidos políticos suspendieron la campaña que acababa de empezar para las elecciones regionales del 25 de septiembre en Galicia.
El jefe del gobierno en funciones, Mariano Rajoy, oriundo de la región, expresó su "dolor" y "tristeza" en Twitter. Su ministro de Fomento, Rafael Catalá, está en la zona para seguir el rescate y la investigación.
La región de Galicia ya se vio impactada en julio de 2013 por un grave accidente ferroviario cerca de Santiago de Compostela que provocó 80 muertos y 144 heridos, el peor en España desde 1944.
El tren, procedente de Madrid, entró a 179 km/h en una curva peligrosa donde la velocidad estaba limitada a 80 km/h, descarriló y chocó violentamente contra un muro.
El conductor, que poco antes del suceso se distrajo hablando por teléfono, era el único imputado por el siniestro. Sin embargo, a finales de junio, la justicia reabrió la causa para determinar si la empresa estatal Adif podía ser parcialmente responsable.