No hay placer más grande que cortar un budín casero y descubrir en su interior un corazón cremoso de dulce de leche. Este budín es la combinación perfecta de lo esponjoso con lo dulce y cremoso, ideal para acompañar unos mates a la tarde o darse un gusto con el cafecito de la mañana.
Si alguna vez intentaste hacer un budín con dulce de leche y terminaste con todo el relleno hundido en el fondo, no te preocupes, porque en esta receta te contamos el truco infalible para que el dulce de leche quede en el centro, creando ese efecto sorpresa que hace que cada bocado sea una delicia.
El secreto es no mezclar ni aplastar el dulce de leche al colocarlo en la preparación. Con una simple técnica, podés lograr que quede justo donde querés y así sorprender a todos con un budín de aspecto tentador y sabor irresistible.
Cuando lo cortes, vas a ver que el dulce de leche quedó justo en el centro, creando ese efecto perfecto que todos amamos. Este budín es ideal para compartir con familia o amigos, o simplemente para guardarlo y disfrutarlo en cualquier momento del día.