12 de junio de 2025 - 21:00

Trabajo infantil en Mendoza: más chicos en venta ambulante, como limpiavidrios o en elaboración de alimentos

Por la pobreza, más niños y adolescentes hacen tareas de supervivencia. Hay una reducción del trabajo hecho para el mercado debido a mayor conciencia.

Duele el alma. No hace falta ir muy lejos para ver algún niño pululando entre mesas de bares intentando vender algo. De hecho, ni siquiera hace falta salir de la casa para escuchar la voz de un chico que vocifera que vende empanadas calentitas. Debería estar jugando o haciendo tareas escolares.

Los organismos oficiales lo saben: por la pobreza, hay más chicos que deben trabajar para sostener los ingresos de su familia en Mendoza. Quienes trabajan en prevención del trabajo infantil ven que se dedican a la venta ambulante o trabajan como limpiavidrios o en basurales. También, puertas adentro de sus hogares, son incorporados a la producción doméstica para la supervivencia o para cubrir otras tareas hogareñas.

Es lo que observan desde la Comisión Provincial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (Copreti) de Mendoza y reflejan los datos del Ministerio de Capital Humano a nivel nacional. Esto está en directa relación con las condiciones socioeconómicas de los últimos años.

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El trabajo infantil es más frecuente en zonas rurales

El trabajo infantil es más frecuente en zonas rurales

Los adolescentes son los que más se ven empujados a la calle y participan más en tareas domésticas como cuidado de otros y compras, lo cual está más atravesado por cuestiones de género por lo que afecta notoriamente más a las mujeres. Pero en este escenario de tanta vulnerabilidad, también se observa que los niños colaboran en la elaboración, generalmente de alimentos, que puedan luego ser vendidos en la calle.

“Hemos visto más chicos en tareas de supervivencia. Por ejemplo, venta ambulante, y hemos vuelto a ver chicos de limpiavidrios, más adolescentes que niños en este caso. Y en lo que es la venta de ambulantes y producción doméstica, por ejemplo, la elaboración de tortitas y panificados para venta callejera, este tipo de cosas, ahí tenés chicos de aproximadamente de 10 a 14 años aproximadamente”, refirió a Los Andes Natalia Andino, responsable de la Copreti.

En la región urbana de Cuyo, 5,4% de los NNyA realizan trabajo infantil, mientras que en las zonas rurales la cifra asciende significativamente, con una mayor participación de mujeres (23%).

De qué trabajan los chicos en Mendoza

La mirada sobre la realidad actual es más cualitativa que cuantitativa ya que los datos estadísticos ya tienen algunos años y ha cambiado radicalmente el contexto. De todas formas, permiten entender la situación.

En Mendoza, 6 de cada 100 chicos se encuentran en riesgo de trabajo infantil. Concretamente, según los datos de la Organización Internacional del Trabajo, Cepal y el Ministerio de Trabajo de la Nación, el riesgo de trabajo infantil y adolescente en Mendoza es del 6,4%. Esto involucra chicos de entre 5 y 17 años y los datos son 2017.

Según analizan los expertos, la incidencia es mayor en las zonas rurales, donde hay mayor naturalización de esta problemática y la falta de espacios disponibles y accesibles para el cuidado de niños mientras los padres trabajan. Andino apuntó que lo usual es que en la provincia suceda en esos entornos, entre familias migrantes . De hecho, solo se detectó un caso en 2024 y fue el de una niña proveniente de Salta. Además, se detectaron 15 casos de trabajo adolescente no protegido.

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Según detalla un informe del Ministerio de Capital Humano, en Argentina, el porcentaje de hogares con al menos un NNyA de entre 5 y 17 años que se encuentran por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 46,2% en el segundo semestre de 2024. En ellos reside el 53,7% de NNyA de dicha franja etaria.

Según detalla un informe del Ministerio de Capital Humano, en Argentina, el porcentaje de hogares con al menos un NNyA de entre 5 y 17 años que se encuentran por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 46,2% en el segundo semestre de 2024. En ellos reside el 53,7% de NNyA de dicha franja etaria.

En esto influyen otras concepciones culturales mientras que dijo que con la población local se ha trabajado mucho en esas zonas de producción por lo que se ha minimizado. “No hemos visto un aumento del trabajo infantil en el sistema de mercado, o sea, cuando existe un empleador”, apuntó. Y agregó: “Los empleadores saben que está prohibido el trabajo infantil, y algunos han tomado la medida de generar espacios de protección y de cuidado en los mismos establecimientos para que los chicos no estén en los espacios de los padres; de esta manera se mitiga la situación del trabajo infantil”.

“Las mayores detecciones se registran en la producción agrícola y hornos de ladrillo, especialmente en zonas rurales y productivas. También se identifican casos en contextos urbanos vinculados a situaciones de pobreza, como la venta ambulante o la recolección en basurales”, expresaron desde la Subsecretaría de Trabajo y Empleo de Mendoza. “Otra modalidad frecuente es el trabajo doméstico, donde niños y adolescentes asumen responsabilidades de cuidado y tareas del hogar. En Cuyo, de quienes trabajan, 7 de cada 10 son varones. Sin embargo, en el entorno doméstico, la proporción se invierte y participan más las mujeres.

Mas pobreza, más riesgo

El riesgo del trabajo infantil se define como el que es peligroso para la salud, seguridad o desarrollo del niño, que interfiere con su educación y el derecho a jugar. Para determinarlo se considera el contexto familiar y socioeconómico en el que vive y se tienen en cuenta aspectos como pobreza, condiciones de vivienda, acceso a educación y servicios de salud.

Según detalla un informe del Ministerio de Capital Humano, en Argentina, el porcentaje de hogares con al menos un NNyA de entre 5 y 17 años que se encuentran por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 46,2% en el segundo semestre de 2024. En ellos reside el 53,7% de NNyA de dicha franja etaria. Dentro de este conjunto 9,9% de estos hogares son indigentes e incluyen al 12,6% de NNyA entre 5 y 17 años.

El 5,1% de los hogares con chicos de esa edad habita en condiciones de hacinamiento crítico (habitan más de tres personas por cuarto).

Se busca no solo abordarlo sino generar conciencia: cada 12 de junio es el Día internacional contra el trabajo infantil.

El trabajo infantil en Argentina

En Argentina, el trabajo de las personas menores de 16 años está prohibido por la ley. La edad legal que habilita a trabajar son los 18 años pero puede hacerlo alguien a partir de los 16 años si cuenta con una autorización de sus progenitores o representantes.

Hay una excepción: una persona a partir de los 14 años puede trabajar en la empresa de su padre, madre o tutor.

“En estos casos podés trabajar 3 horas diarias o 15 semanales. Tenés que cumplir con la asistencia escolar y no hacer tareas riesgosas o que perjudiquen tu salud”, advierte el Ministerio de Justicia de la Nación.

Lamentablemente, nunca ha dejado de existir el trabajo infantil, pero está claro que recrudece en situaciones de crisis y pobreza. En ese sentido, desde la subsecretaría de Trabajo local advierten: “Pese a los avances, la problemática aún se encuentra naturalizada en muchos sectores y persisten desafíos, especialmente en el acceso a espacios de cuidado para hijos e hijas de trabajadores, sobre todo durante épocas de cosecha”.

Uno de cada cuatro adolescentes trabaja, lo que impacta en su trayectoria escolar. Además 10% busca trabajo, según una encuesta de Unicef.
Uno de cada cuatro adolescentes trabaja, lo que impacta en su trayectoria escolar. Además 10% busca trabajo, según una encuesta de Unicef.
Uno de cada cuatro adolescentes trabaja, lo que impacta en su trayectoria escolar. Además 10% busca trabajo, según una encuesta de Unicef.

Un abordaje de Unicef, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Observatorio de Trabajo Infantil y Adolescente de la Secretaría de Trabajo Empleo y Seguridad Social hecho en 2024 muestra cómo en función del deterioro económico aumenta la participación de adolescentes de entre 13 y 17 años en actividades productivas, lo que incluye tareas domésticas y de cuidado. Desde 2022 se observa un incremento de la participación en tareas domésticas y realización de compras, en lo que más suelen participar, en torno a 8 y casi 9 de cada 10.

En tareas domésticas ha ido en ascenso y se situó en 88% el año pasado. Desde ese año también aumentó la cantidad de chicos que cuidan a otros, lo cual hace 44%. También se incrementó la proporción de quienes trabajan para el mercado, lo cual hace 1 de cada 4 (25%). La participación en tareas domésticas es mayor en hogares endeudados, probablemente porque más miembros de la familia deban salir a trabajar para complementar ingresos.

La funcionaria explicó que el trabajo infantil se asocia al ingreso tardío al calendario escolar. “Generalmente, el trabajo infantil está ligado a dos realidades. Por un lado, a su naturalización como una cuestión cultural, que no solamente tiene que ver con colectividades del norte del país, sino con nuestros inmigrantes, nuestros abuelos o bisabuelos”, expresó. Pero además lo vinculó al contexto socioeconómico: “La mayoría de las familias que nosotros salimos a contener tienen generalmente jefes de familia en la informalidad, no tienen un techo estable, o sea, están ligados a vulnerabilidad económica”.

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Quienes trabajan en prevención del trabajo infantil ven que más chicos se dedican a la venta ambulante. | Imagen ilustrativa / Grok

Quienes trabajan en prevención del trabajo infantil ven que más chicos se dedican a la venta ambulante. | Imagen ilustrativa / Grok

Dijo que en Mendoza se trabaja mucho en capacitación, en concientización a los padres y con el sector empresario para generar, por ejemplo, espacios de cuidado en sus entornos.

Hay 5 departamentos de Mendoza con alto riesgo de trabajo infantil

La OIT toma el mencionado indicador para hablar de nivel de riesgo. En ese sentido, solo 4 departamentos de Mendoza quedan en riesgo bajo y corresponden a la zona del Gran Mendoza: Ciudad, Guaymallén, Luján y Las Heras, donde el riesgo está por debajo del 5,9%.

Hay 5 que son calificados como de riesgo alto, con una proporción de entre 7,7% y 9,5%: Tupungato, Rivadavia, Santa Rosa, San Martín y Lavalle. El resto, se encuentra en riesgo medio, con un indicador de entre 5,9% y 7,7%.

La OIT destaca en relación al contexto local que los departamentos con riesgo alto de trabajo infantil y adolescente se caracterizan por tener mayor porcentaje de población rural y de hogares con necesidades básicas insatisfechas. Además, estos departamentos presentan el mayor porcentaje de NNyA que no asisten a la escuela, especialmente en el tramo etario de 15 a 17 años. También se observa que el porcentaje de hogares con jefe asalariado no registrado es mayor en estos departamentos.

Respecto del mayor impacto en la ruralidad, se señala que en la zona urbana de Cuyo los niños, niñas y adolescentes (NNyA) que asisten a la escuela tienen 3,1 veces menos probabilidad de realizar actividades laborales. Y en la zona rural, 5 veces menos probabilidad.

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