Un parapentista chino vivió una experiencia límite cuando, durante un vuelo en las montañas de Qilian, China, fue absorbido por una nube de tormenta que lo arrastró hasta los 8.598 metros de altitud, una altura comparable a la cima del monte Everest. A pesar de las temperaturas extremas de -40°C, la falta de oxígeno y los síntomas de congelación e hipoxia, el joven logró mantenerse consciente, grabar lo que ocurría y finalmente descender con vida. Su caso sorprendió al mundo y reabrió el debate sobre la seguridad en los deportes extremos.
Qué ocurrió en los cielos de China
El impactante suceso ocurrió en las montañas de Qilian, entre las provincias chinas de Qinghai y Gansu. Mientras realizaba un vuelo de parapente, el joven fue arrastrado por una corriente de aire ascendente muy poderosa, típica de las nubes cúmulo nimbo, utilizadas muchas veces como advertencia para pilotos y deportistas por su capacidad destructiva.
En pocos minutos, la corriente lo elevó sin control a más de 8.500 metros. El frío era extremo, el oxígeno escaso y el parapentista comenzó a sentir los efectos físicos de la altitud: dolor de cabeza, dificultad para respirar, desorientación e incluso congelamiento facial. En un momento, sus cejas y pestañas quedaron cubiertas de hielo, y su rostro mostraba signos de sufrimiento.
A pesar de todo, logró mantenerse lo suficientemente lúcido como para grabar un video con su cámara personal, donde se lo puede ver temblando, con la voz entrecortada, pidiendo ayuda y describiendo el dramático ascenso. Las imágenes recorrieron el mundo por su crudeza y realismo.
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Cuál es la postura de las autoridades chinas
Tras el incidente, las autoridades chinas iniciaron una investigación, ya que el deportista no contaba con autorización para realizar ese tipo de vuelo ni había presentado un plan formal ante los organismos correspondientes.
Además, desde la comunidad de parapentistas y expertos en deportes extremos se advirtió que volar a altitudes tan elevadas representa un riesgo extremo, especialmente si no se cuenta con equipamiento especial como oxígeno suplementario o traje térmico adecuado.
El caso generó un debate en el país sobre los límites de las actividades deportivas sin supervisión y la necesidad de mayores controles en zonas naturales de alto riesgo. El parapentista por su parte se recupera favorablemente y aseguró que jamás volvería a volar sin un equipo profesional y sin respetar todas las normas de seguridad.
