En el norte de Córdoba, existe un rincón poco conocido que ofrece aguas termales naturales, a aproximadamente 500 kilómetros de la provincia de Mendoza.
Las Termas del Quincho, en Cruz del Eje, Córdoba dio inicio a su temporada turística.
Foto:
Gentileza Las Termas del Quincho, en Cruz del Eje, Córdoba dio inicio a su temporada turística.
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Gentileza Las Termas del Quincho, en Cruz del Eje, Córdoba dio inicio a su temporada turística.
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Gentileza Las Termas del Quincho, en Cruz del Eje, Córdoba dio inicio a su temporada turística.
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Gentileza Cuando se "alinean los planetas "y aparece un sorpresivo fin de semana largo en Argentina, surge una misma pregunta ¿dónde puede ir a descansar? que sea cerca y barato. Hay un destino que queda a solo 500 kilómetros de Mendoza y que cumple con estos requisitos.
Este pueblo se encuentra ubicado a unos 20 kilómetros de la localidad de Serrezuela, en el departamento Cruz del Eje, en Córdoba. Este paraje conocido como Termas del Quicho se presenta como un destino alternativo para quienes buscan tranquilidad y contacto con la naturaleza. Sus aguas mesotermales alcanzan temperaturas cercanas a los 40°C y son visitadas por personas que valoran sus propiedades naturales. El sitio no cuenta con una infraestructura turística desarrollada, pero ofrece servicios básicos y espacios para pasar el día o acampar.
El predio dispone de un gran piletón donde los visitantes pueden sumergirse, junto con asadores, mesas al aire libre y zonas habilitadas para camping. El acceso al lugar es gratuito, aunque algunos servicios pueden tener costo. En ocasiones, emprendedores locales ofrecen comidas regionales como empanadas o cabrito. La señal de teléfono es limitada, lo que contribuye a la desconexión del entorno urbano.
Para acceder a las termas, se debe tomar la Ruta Nacional 38 en dirección a Serrezuela y desde allí recorrer alrededor de 25 kilómetros por un camino de tierra. El trayecto total desde Córdoba capital es de aproximadamente 200 kilómetros, lo que convierte al destino en una escapada posible para un fin de semana. El paisaje, caracterizado por su aridez y cercanía a las Salinas Grandes, acompaña la experiencia con un entorno natural particular y poco intervenido.