La perra de 5 años quedó atrapada entre las rejas de su casa. Afortunadamente no se lastimaron órganos y, tras operarla de urgencia en Guaymallén, se recuperó a la perfección.
La increíble historia de Uva, la perrita que estuvo atravesada por 5 hierros en el abdomen y volvió a la vida. | Foto: Gentileza
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Vaya uno a saber si de milagro o por una increíble -y afortunada- casualidad; lo cierto es que la historia de vida (o, mejor dicho, la historia de ganas de vivir) de la perrita Uva tiene tintes cinematográficos. Y, junto con esta voluntad y resiliencia de la can, juegan un rol protagónico e indispensable los 7 veterinarios y auxiliares que estuvieron a su lado desde el principio.
La perrita mendocina de 5 años sobrevivió a un impactante accidente doméstico y que derivó en que su abdomen quedara atravesado por cinco hierros de una reja de la casa donde vive con su familia.
“No sabemos cómo esquivó los intestinos, la vejiga y todos los órganos, pero lo cierto es que ninguno quedó dañado. Y eso ayudó a la recuperación. No fue fácil, pero podríamos decir que fue un milagro que no se haya dañado nada dentro del cuerpito de Uva"; rememora la veterinaria Noelia Pizarro, dueña de la Clínica Veterinaria Estrada (Guaymallén), donde operaron y le salvaron la vida a la perrita.
El domingo 15 de junio, en el momento en que la familia festejaba el Día del Padre, Uva intentó sortear las rejas de la casa donde vive. Fue en ese instante, ante un mal cálculo, que su cuerpito quedó atravesado por cinco de los hierros de la reja del exterior de la vivienda, lo que derivó en la desesperación de su familia humana.
De inmediato dieron aviso al 911 de la situación y, dadas las características del episodio, fueron los bomberos quienes llegaron al domicilio.
"Los bomberos fueron quienes primero intervinieron y actuaron perfecto, porque cortaron las rejas del paño para liberar a la perrita. Sin mover los hierros -que es lo que se recomienda hacer-, la familia de Uva la llevó de urgencia a la veterinaria más cercana de su casa, y de allí la derivaron a nosotros", cuenta Noelia.
Al tratarse de una clínica con internación, la Veterinaria Estrada está posicionada como un centro de derivaciones y urgencias abierto durante las 24 horas y de referencia. Por esto mismo es que situaciones como las de Uva son una constante en este sitio desde hace 9 años. No obstante, el panorama con que llegaba esta perrita -con los hierros atravesados e inmóviles- no era nada alentador a simple vista.
"Eran entre las 17 y las 18 y, como era domingo, la recibió quien estaba de guardia. Pero en el acto, al ver a la gordita, se activó todo el protocolo de emergencia, por un lado para compensar a la paciente. Pero, además, para brindarle contención y acompañamiento a la familia que estaba muy angustiada", sigue Noelia.
Manipulando a Uva con todo el cuidado posible -principalmente para no retorcer los hierros y agravar una posible lesión profunda e interna-, se la ingresó al quirófano. Al momento de iniciar la intervención, ya eran siete los especialistas que estaban abocados íntegramente a salvarle la vida a la perra.
Uva quedó inmovilizada y le colocaron una máscara de oxígeno. Lo primero que hicieron los cirujanos fue someter a la perra a una laparotomía exploratoria, procedimiento que consiste en tratar de retirar los hierros con el menor daño posible. Por medio de una radiografía previa, quienes realizaron la operación ya tenían una noción indispensable sobre la disposición de los hierros en el cuerpo de Uva.
"Los cirujanos fueron sacando de a uno los hierros atravesados y que estaban a distinta profundidad a la altura de la panza. Pero todavía restaba ver si había alguno de los órganos internos en riesgo. Por ello hicimos toda la exploración del abdomen y no había ningún daño", recapitula Noelia.
Durante la operación, tras explorar el interior del cuerpo de la perrita, se procedió a limpiar toda la zona y a suturar los músculos y todo lo que se había lastimado. La cirugía transcurrió sin grandes contratiempos, justamente por ello de que no había órganos afectados, y Uva permaneció dos horas en el quirófano.
"Lo que más demoró fue cortar y retirar hierro por hierro", agrega la veterinaria.
La familia humana de Uva ingresó a verla al quirófano ni bien terminaron de operarla, mientras que la perra permaneció internada en observación durante 24 horas. En ese periodo, los especialistas estuvieron atentos a que no se presentasen complicaciones. Además, evaluaron la tolerancia al agua y a la comida.
"Luego Uva y su familia siguieron viniendo para controles periódicos, a fines de seguir la cicatrización y verificar que no presentara nada extraño (vómitos u otros síntomas). Fue muy favorable todo, mejoró paulatinamente y el alta definitiva se la dimos después de sacarle los puntos, que fue 10 días después de la operación", explica Pizarro,
Así las cosas, la semana pasada Uva fue revisada y pasó por los últimos controles relacionados a la operación. También le habían dejado un dispositivo de drenaje en el interior del abdomen para que allí se dirijan los líquidos. Y esto fue lo último en retirarse, previo a darle el alta definitiva.