Bajo el principio del iure sanguinis, el gobierno italiano otorga prioridad a personas con apellidos vinculados a la historia migratoria del país.
Italia prioriza la ciudadanía a descendientes con apellidos tradicionales vinculados a su historia migratoria.
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Gentileza LN El derecho a obtener la ciudadanía italiana por descendencia sigue vigente y se basa en el principio del iure sanguinis, es decir, “por derecho de sangre”. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano, cualquier persona puede iniciar el trámite si logra acreditar documentalmente su vínculo con un ancestro nacido en Italia. En este marco, el gobierno otorga prioridad administrativa a quienes porten ciertos apellidos con fuerte raíz histórica en el país.
Aunque no existe una lista oficial con valor legal, se han difundido apellidos frecuentes en distintas regiones italianas que pueden facilitar la comprobación del linaje:
Con A: Abate, Abà, Labate, Abatino, Abatantuono, Abaterusso, Abaticola, Achilla, Achille, Achilleo, Achillini, Anes, Anesin, Anesini, Annes, Annesi.
Con B: Bianchini, Bianchetti, Biancone, Lo Bianc, Bottari, Bottarelli, Bottarini, Bottaro.
Con C: Chiletti, Chiloni, Chilesotti.
Con D: Deanesi, De Anesi, Bianco, Bianchi, Dal Bianco, Di Giovanni, Della Giovanna, Da Rossa.
Con E: Espósito, Espositi, Degli Sposti.
Con F: Fiore, Di Fiore, Fiorelli, Fiorucci, Fiorio, Fioribello, Flores.
Con G: Giovannetti, Giannelli, Giannoli, Giani, Giannetti.
Con L: Lo Russo, La Russa, Larossa.
Con N: Natale, Natali, Natalino, Nalato, Nadali, Nalesso, Nadin.
Con R: Ricci, Riccio, Rizzi, Rizzo, Rizza, Rizzati, Risso, Lo Riccio.
Con S: Sorace, Soraci, Surace, Suraci, Soracca, Soracchi, Soracco.
Con V y Z: Vani, Vannucci, Vannicelli, Vanno, Vanetto, Zanella, Zanoli, Zannier.
La transmisión por línea paterna no tiene límite generacional. En cambio, si la ciudadanía se transmite por vía materna, solo será válida si el hijo o hija nació después del 1 de enero de 1948, debido a las leyes italianas vigentes en ese momento.