Impactantes fotos del río seco en Lavalle hace unos años y el mismo paisaje hoy, con la vuelta del agua

“Agua, ¡cómo te deseo!... Agua, ¡te miro y te quiero!... Agua, corriendo en el tiempo... Agua, bailando en manos del sol...”

Las fotos virales del regreso del río Mendoza a Lavalle tras 15 años: emoción y peligro

La canción de Los Piojos ya es un himno para este elemento vital de la naturaleza, aquel que tanta falta hace en la vida de cualquier ser vivo. Y si a la histórica secuencia del agua volviendo a correr sobre el cauce seco del Río Mendoza, a la altura de La Asunción (Lavalle) se le agrega esta banda sonora, sin dudas sería un emotivo videoclip (de esos que tanto se han elaborado ya en las redes sociales, siempre con el agua como protagonista central).

Durante la tarde de este lunes, y como hacía entre 8 y 15 años no ocurría -dependiendo el paraje-, el agua regresó a esos tramos del Río Mendoza en los que la denominación de “río” era testimonial, una mera formalidad. Y La Asunción, uno de los tantos distritos lavallinos castigados por la sequía desde hace más de una década, volvió a ver el agua correr por su parte del río.

“Es importante el regreso del agua y la gente lo festeja. No tanto porque vaya el agua por el río para bañarse y refrescarse -más allá de paliar el calor-, sino porque el agua de río es vida para los animales de los puestos, que se están muriendo de sed y de hambre”, destacó Juan Martoni Nievas, vecino de Costa de Araujo y -principalmente- lugareño que recorre periódicamente toda la zona del secano.

Hace 5 años, durante una de las tradicionales cabalgatas de Semana Santa y por las capillas lavallinas -organizadas por los gauchos de Lavalle-, Los Andes recorrió la traza del Río Mendoza en La Asunción. “Recorrer” literalmente, ya que la travesía fue por la huella de tierra y arena del -por entonces- cauce seco.

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Es el mismo sitio por el que hoy corre agua. Y el contraste entre ambas imágenes habla por sí solo, así como también la ilusión de los puesteros y lugareños, quienes se entusiasman con que el agua pueda volver -siguiendo la traza del río- a Lagunas del Rosario el próximo fin de semana.

EL ANTES Y EL DESPUÉS: ASÍ SE VEÍA EL RÍO MENDOZA SECO EN ASUNCIÓN HACE 5 AÑOS Y ASÍ LUCE AHORA, CON AGUA

Semana Santa de 2019. En sintonía con la celebración religiosa, las federaciones gauchas lavallinas organizaron la tradicional procesión a caballo y por las capillas de Lavalle. Desde hace ya varios años, la ruta es la misma. Y, quizás resignados y acostumbrados -incluso, hasta con la idea de acortar el camino-, parte de la cabalgata se solía hacer por el cauce seco del Río Mendoza, a la altura de La Asunción. Por supuesto, así fue en 2019.

Pero si esa cabalgata se repitiera hoy, habría que utilizar el mismo camino que se usaba hace -en promedio- 15 años. Porque, al igual que el Gustavo André -donde, a partir del fin de semana pasado, la gente tuvo que volver a usar el puente para cruzar el Río Mendoza-, en esa parte del río regresó el agua. ¡Y de qué manera!

“Era clara, era vida; de mis manos, se escurría... Me besaba, me envolvía, pero siempre agua seguía...”

Así sigue, más adelante, otra de las estrofas de la ya transcripta canción “Agua”, de Los Piojos. Y es con esa ilusión y esperanza que los pobladores de La Asunción, San José y Lagunas del Rosario se ilusionan con que el agua sigua corriendo hasta volver a bendecirlos con su presencia (como ya ocurrió en Costa de Araujo, Gustavo André y una parte de La Asunción).

“Tengo mucha fe de que va a llegar a Lagunas. En Potrerillos ya no hay más capacidad, por lo que van a seguir mandando agua sí o sí. Y, si sigue yendo esa cantidad de agua, yo calculo que para el fin de semana el agua estará en Lagunas”, se entusiasma el poblador.

Aunque cueste creerlo -sobre todo si se tiene en cuenta el panorama de sequía desoladora a partir de la segunda mitad de la primera década del 2000-, hasta hace 30 años los pobladores de Lagunas del Rosario vivían de la pesca en las, hoy secas, lagunas que dan el nombre al paraje.

Incluso, en la época previa a la colonia, los primeros habitantes de la zona vivían rodeados de agua y basaban su supervivencia en la caza y la pesca. Esas lagunas de hace siglos, y que llegaban hasta El Bermejo (Guaymallén), se fueron secando con el paso de los años. Y Lagunas del Rosario fue uno de los paisajes y ecosistemas más cambió como consecuencia de la sequía y del calentamiento global.

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