Una tormenta de gran intensidad descargó más de 600 milímetros de lluvia en pocas horas sobre el oeste formoseño, causando anegamientos masivos y daños materiales en varias localidades. El evento, ocurrido entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, dejó campos inundados, viviendas afectadas y rutas cortadas, especialmente en las zonas de Palo Santo, Subteniente Perín y Bañaderos.
Según confirmó Alfredo Maglietti, presidente de la Sociedad Rural de Formosa, las precipitaciones superaron ampliamente los registros históricos para este tipo de fenómenos. “En algunas regiones se acumularon más de 600 milímetros en una sola noche”, detalló. En otras zonas, los registros oscilaron entre los 300 y 400 milímetros, también considerados valores extremos para tan corto lapso.
El 80% de los pueblos resultó afectado
Las lluvias intensas generaron el ingreso de agua en casas particulares, provocando la pérdida de muebles, ropa, electrodomésticos y enseres básicos. Vecinos debieron evacuar de manera urgente y algunas familias fueron asistidas por personal municipal y fuerzas de seguridad.
Los caminos rurales quedaron completamente cubiertos de agua, al igual que muchas rutas provinciales y accesos secundarios, lo que dificultó la circulación y el ingreso de ayuda. En las zonas más comprometidas, el transporte estuvo limitado a vehículos elevados o tractores, y algunos pobladores permanecieron aislados durante varias horas.
La magnitud de las precipitaciones también comprometió parcialmente la infraestructura eléctrica y de comunicaciones en distintos sectores.
Productores improvisaron medidas de emergencia para resguardar animales
En el sector agropecuario, los productores se vieron obligados a tomar decisiones rápidas ante el avance del agua. En varios establecimientos se levantaron refugios improvisados para proteger al ganado menor, principalmente aves de corral. También se observó maquinaria agrícola elevada con maderas y animales reubicados en zonas más altas.
Si bien no se reportaron pérdidas importantes en ganado mayor, se registraron daños en instalaciones, alambrados, silos y reservas forrajeras. El barro acumulado y el deterioro de los caminos impidieron la normal alimentación y el movimiento de animales.
El presidente de la Sociedad Rural sostuvo que es necesario realizar un seguimiento de la situación en los próximos días, no solo para evaluar las pérdidas sino para garantizar que las condiciones sanitarias en los campos no se vean afectadas por la acumulación de agua.